Los componentes de Il Divo lograron conquistar al público de Gran Canaria en el arranque de su gira europea en una actuación en la que entonaron su abanico de registros vocales, de idiomas y de guiños para echarse al bolsillo a los miles de espectadores que no quisieron perderse su único concierto en Canarias.

Sus integrantes no abandonaron la galantería en ningún momento, si bien el español Carlos Marín, el latin lover del grupo, se lanzó a la conquista desde el minuto uno, así fuera para servir de diana de sus compañeros, que quisieron hacer gala de su humor para entusiasmar al público como si sus voces no fueran suficiente cualidad para arrancar emociones, así que también arrancaron alguna que otra carcajada del entregado auditorio.

Como todo momento esperado, el apagado de luces ya generó expectación, pero fue la aparición de sus siluetas la que llevó la primera ovación desde las gradas del Gran Canaria Arena hasta Il DIVO, que se entrega a cada nuevo público como un reto, tal como aseguró el suizo Urs Bühler antes de esta actuación posibilitada por el Cabildo y DN7 Eventos.

Su gira mundial Timeless comenzó con seis conciertos en México, y qué mejor conexión para continuar hacia Europa que Canarias, habitual puerta de entrada musical hacia el continente, de modo que Gran Canaria pudo comenzar a disfrutar de esta parada con Hello de Adele cantada en español y Right Here Waiting y el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Gran Canaria.

Este es un año muy especial para IL DIVO porque cumple quince años en el escenario y entre tema y tema, engarzaron una canción especial para cada uno, en el caso de Bühler, la que hizo que un niño que creció rodeado de música clásica cayera rendido ante la ópera gracias a los personajes de la Flauta Mágica de Mozart, y en el de Marín, la que imprime su debilidad por Granada, a la que cantó en una escenografía de fuego y pasión que encandiló al público junto al cuerpo de baile que los acompañó en su recorrido musical por el tiempo y el espacio, siempre ante imágenes de Roma, París o cualquier evocadora imagen para sus acordes.

También contaron las vivencias que les llevó a elegir su canción especial el estadounidense David Miller y el francés Sébastien Izambard y juntos homenajearon al séptimo arte con Moi et toi de Barbara Streisand en Tal como éramos o I will always love you de Withney Houston en el Guardaespaldas, y tampoco faltó Ghost porque como ellos mismos exclamaron, hay películas en las que no se puede pensar sin su banda sonora, y las ofrecieron adaptadas a su estilo único y con cambio de idioma para enriquecerla.

Especial fue el momento de su retrospectiva, cuando demostraron una vez más que la complicidad es la clave de su unión y volvieron a entonar sus voces de barítono y tenor ante imágenes de estos quince años, sus conciertos, sus viajes, sus firmas, sus momentos. Siempre en permanente diálogo con el público que demostró que no salió defraudado puesto de pie con sus ovaciones, sobre todo con los temas que eligieron para cerrar la noche: Somewere, Regresa a mí y la inolvidable My way.