Con una de las discografías más interesantes del pop norteamericano de los noventa, Joan of Arc siempre se han mantenido fiel a unos principios que se basan en elaborar un pop de calidad con elementos vanguardistas, pero sin llegar a niveles excesivos de otros paisanos de su Chicago natal. Y el ejemplo lo tenemos con este nuevo trabajo, mucho más minimalista de lo habitual, en el que Melina Ausikaitis se erige como única protagonista elaborando una especie de autobiografía cantada de su propia vida. Destacar títulos como Punk kid que recogen algo del Neil Young de los setenta. O la explosión instrumental de la violenta People pleasure.
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