La ejecución del tango en formato multiinstrumental a caballo entre la tradición y la vanguardia, en continua exploración de otras paletas sonoras y estilísticas, es la insignia musical de Altertango. Esta formación de Mendoza (Argentina) integrada por Elbi Olalla, al piano; Ezequiel Acosta, al bandoneón; Pablo Conalbi, a la batería; y Gerardo Lucero, al contrabajo, cumple la mayoría de edad con un discurso tanguero de alto voltaje que revienta los corsés del género y conjuga múltiples patrones y códigos para enhebrar un lenguaje propio sobre la base del tango.

Después de reinventarse como cuarteto instrumental tras la marcha de su cantante, Victoria Di Raimondo, en 2016, la formación lanzó el pasado marzo su séptimo proyecto, enriquecido con bagualas, tonadas y otros aires folklóricos bajo el título Sie7e, en el que fortalecen el sello de esta nueva etapa con la colaboración de voces reconocidas de la escena argentina desde distintos terrenos sonoros, como Juan Saieg (Usted Señálemelo), Bruno Beguerie (Perras on the beach) o Juan Pablo Fernández (Acorazado Potemkin).

El itinerario de la gira de presentación de Sie7te, que ya ha recorrido parte de Argentina, Uruguay y Chile, desemboca este fin de semana en Gran Canaria, lo cual reviste un significado especial para los miembros de Altertango. "Aquí se inició parte de todo esto", confiesa Olalla. "El segundo concierto que hicimos como formación instrumental fue en el Cicca, en Las Palmas de Gran Canaria, así que podría decirse que el comienzo fue en Canarias. Y funcionó". Además, desde entonces, a juicio de Lucero, "el formato ha evolucionado muy rápidamente".

El tour de Sie7e atesora dos paradas en la Isla, que arranca esta noche en el Huerto de las Flores, en Agaete, y el domingo, en The Paper Club, en Las Palmas de Gran Canaria, bajo la premisa de embarcar a músicos locales en cada concierto. La primera parada contará con la participación de Andrés Leoni, músico de la banda tinerfeña Tangato, y el domingo con el músico Ginés Cedrés, alma máter de Los Coquillos y del proyecto Ginés & Soda, que rinde tribudo a la mítica banda de rock argentina, y que interpretará con Altertango composiciones de Gustavo Cerati, cantante de Soda Stereo. "Nos gusta vincularnos con la gente de cada lugar a través de la música", revela Olalla, a lo que Acosta añade que "compartir con los músicos locales es una experiencia maravillosa, porque te permite conocer otros músicos e instrumentos, no necesariamente tangueros".

En este sentido, "el disco siempre estuvo planteado desde un lugar de convergencia y de compartir, con nosotros como cuarteto instrumental base", apunta la pianista. Además, esta propuesta heterogénea resulta siempre en "conciertos muy intensos". "La banda en vivo tiene mucha fuerza y, aunque tiene muchos matices, lo que más salta a la vista es esa energía y esa potencia. Siempre que terminamos de tocar nos quedamos fuera de combate, pero tratamos de conservar un discurso musical coherente tanto en lo fuerte como en lo suave, y eso requiere cambiar de energía muy rápido".

Esta hibridación de géneros y de ritmos trata de modernizar y conectar el tango con otros sonidos contemporáneos, desde el rock hasta el nuevo movimiento que recorre Argentina denominado manso-indie, "una corriente de jóvenes músicos argentinos que la están rompiendo a nivel internacional, como Begueri o Fernández", apunta Olalla. "Nosotros siempre hemos tenido mucha onda con el rock porque todos venimos de tocar rock y, de hecho, tocamos rock todavía. Son nuestros orígenes", añade. "Pero el tango es música urbana argentina y mundial, así que creemos que tiene que ver con toda la música, con el folclore, el jazz o el rock. Y no puedes dejar estancar la música, que es lo que pasa con los purismos, porque se puede respetar la tradición y la raíz en lo técnico, pero, para que eso siga vivo, tenemos que apropiarnos de ese discurso y reelaborarlo como nosotros podamos y sintamos".

Los inicios de Altertango se forjaron en el cambio de milenio a lomos de una corriente de renovación del tango bajo el epígrafe Tango Siglo XXI. "Éramos gente muy joven que se propuso rescatar el tango, que estaba entonces marginado en la escena de la música; los maestros no querían enseñarlo y los jóvenes no sabíamos tocarlo. No se había renovado, apenas se tocaba en bares o salas, salvo en reductos muy pequeños, porque pasó a ser de gente vieja", explica la pianista. "Pero aquel movimiento resurgió el tango, quizás por una cuestión identitaria o por necesidad de identificarse con algo real. Y en ese contexto, nace Altertango".

Este movimiento desenterró las raíces del tango y reinventó sus pasos en un nuevo sendero que comenzó con versiones de los años 30 o 40 del pasado siglo. "Nuestra primera etapa como Altertango se basó en reversionar esos tangos olvidados, que están recogidos en nuestros primeros discos", apuntan desde la banda. Pero cada vez más músicos se embarcaron en el Tango Siglo XXI que giró el timón para acercar el tango a otras orillas y "resignificar el género". "Nos criticaron al principio", afirma la banda; pero, poco a poco, el abanico de miradas en torno al tango se consolidó en un circuito de locales en distintos puntos de Argentina "en los que se toca tango y a los que va muchísima gente joven". "Incluso, ya hay una generación más joven que nosotros que no tuvo que pasar por el rock, sino que empezó directamente a tocar tango, con composiciones nuevas, y que se hacen eco de lo que está pasando a nivel social", sostiene Acosta.

En este sentido, la trayectoria de Altertango se ha consagrado de la mano de esta transformación y renovación del género. "Para nosotros, es un orgullo", afirma Olalla. "Creo que estamos escribiendo parte de la historia de este país, porque plata no hay y fama tampoco (risas), pero lo que nos mantiene en esto es la certeza de que estamos escribiendo un capítulo de la historia de nuestro país y que estamos interviniendo y solidificando algo que, todavía hoy, es un desafío permanente", concluye.