La singular aleación de soul, funk, boogaloo, afrobeat, samba, bossa nova, rare-groove y sonoridades africanas que desgrana El Especialista Manel Ruiz en sus sesiones musicales le ha permitido adueñarse de un ideario propio que traza la banda sonora de múltiples establecimientos y eventos de distinta índole en la capital grancanaria.

Su apuesta por la sonoridad del vinilo y por marcar el ritmo de la noche a través de un hilo musical coherente, pero sin rigideces; receptivo, pero sin deponer los principios artísticos, forjan el sello identitario de uno de los pinchadiscos más conocidos de la Isla. "Yo entiendo una sesión como un discurso o narración en la que tienes que saber engarzar bien una canción detrás de otra, de modo que el resultado final sea un viaje", revela el dj barcelonés afincado en Las Palmas de Gran Canaria. "Y en ese cuento que vas relatando no puede haber un tropiezo y, en el momento en que lo haya, hay que saber levantarse para continuar", añade Ruiz, quien, la semana próxima, hará las maletas para volar con rumbo al Festival Heineken Jazzaldía, en San Sebastián, cuya 25ª edición despega el 25 de julio.

Manel Ruiz, el nombre detrás de El Especialista, inició su andadura como pinchadiscos después de instalarse en la capital grancanaria en el cambio de siglo. Sus comienzos en el extinto proyecto MC2 Radio en 2001 ligaron sus sesiones radiofónicas al circuito de la noche capitalina, pero su vertiente melómana debutó con los platos al abrigo del Festival Womad 2004, con una sesión de música brasileña.

A esta primera toma de contacto en cabina le sucedió un cada vez más intenso periplo por diversos festivales y locales a lo largo del Archipiélago, en el que, poco a poco, y hasta la fecha, consolidó un discurso en las latitudes del soul, el funk y las músicas del mundo. "Primero comencé como un dj de pop-rock indie, pero el devenir del Womad me abrió el espectro musical a otros tipos de música", revela.

Esta paleta de estilos y sonidos brasileños desembocó de manera natural en nuevos territorios sonoros, "como el jazz, la música negra o el funky". "Creo que el nombre clave sería Fela Kuti, porque en su desarrollo del afrobeat recoge la improvisación del jazz, las latitudes del funky y la polirritmia africana", apunta Ruiz, quien se internó en estos senderos "pero sin perder todo lo que he ido recopilando por el camino". "Mi repertorio va nutriéndose de lo que me encuentro por el camino y, al mismo tiempo, hay cosas que acabo abandonando, porque veo que no acaban de funcionar o que ya no funcionan como lo hacían antes", sostiene.

Y esta inquietud por cultivar y profundizar en un imaginario musical propio, que se desmarca de la columna vertebral de las sesiones genéricas de las noches capitalinas, se inscribe en una voluntad de "abrir caminos a través de la música". "Lo que yo tengo es un ansia por comunicar todo ese universo y que todas esas músicas o canciones generalmente desconocidas por la gente les llegue de una u otra forma", revela El Especialista. "Y eso es una espuela que me motiva a seguir adelante compartiendo música de otros rincones del planeta, como Brasil o África, que va más allá de lo tradicional o lo folclórico, pero que no llega a explotar fuera de sus fronteras porque se queda en esa pequeña distribución que la gente no llega a conocer".

Sin embargo, las sesiones de El Especialista Manel Ruiz intercalan siempre dos nombres imprescindibles en cualesquiera de los derroteros que tome la noche: Lonnie Smith y Nina Simone. "Estos son dos artistas que aparecerán siempre en cualquier sesión, ya sea de jazz o de música africana; ya sea una sesión más suave o más intensa, porque se pueden utilizar cualquiera de sus temas para hacer una entrada, una despedida o para introducirla a mitad", revela. Luego, a la hora de enfilar una pinchada, confiesa que no enhebra propuestas de antemano, ni establece un rumbo prefijado. "Sencillamente, procuro llevar el máximo de discos posible para poder dirigir la sesión según la necesidad del público o de las circunstancias, basándome en mis palos estilísticos", afirma.

Sin embargo, su defensa del vinilo se desmarca de los purismos asociados a este soporte de culto. "Para mí, el vinilo no es una exigencia o requerimiento sine qua non, sino que se debe más un ir aburriéndome de determinados formatos", confiesa. "Entonces, el vinilo aparece como una forma de complicarme un poco la existencia y de exigirme más técnicamente, porque me convierte un poco en francotirador a la hora de seleccionar los temas y me obliga a comprar discos originales y seleccionar. Y ese hecho me exige limitarme el campo". A lo largo de estos años, El Especialista ha construido una colección que rebasa los 1.500 discos y atesora unos 400 vinilos.

Tampoco escapa a su conocimiento que cada vez son más los aficionados que se apuntan al fenómeno del dj wannabe. "Creo que lo fundamental en un dj es no hacerse notar", opina, a este respecto. "Por ejemplo, en un restaurante, la protagonista es la comida y no puedes eclipsarla con la música, así que hay que buscar el volumen o límite técnico en el que tu música está presente sin interferir en la experiencia gastronómica", señala. "Por otra parte, uno tiene que conocer el equipo con el que está llevando a cabo la reproducción y tiene que conocer la potencia o el desarrollo de secuencias. Por ejemplo, hay djs que no ecualizan, o que no juegan con la ecualización de la mesa de sonido, y dependiendo de en qué sala estés, vas a sonar de una forma o de otra".

Con todo, uno de los méritos de El Especialista ha sido abrirse un hueco propio en la escena de Las Palmas de Gran Canaria. "Creo que, hasta hace unos años, no existía ese hueco mío a medio tempo, porque todo se reservaba a la música electrónica o la música más dura. Lo que yo hago no es música comercial, ni electrónica, sino que me muevo en un páramo a mitad de los campos del indie y lo comercial. Por tanto, me he tenido que generar un espacio propio, tanto en locales donde se puede comer y beber, como en la pista de baile", concluye. " Y creo que la gente me conoce porque me he preocupado mucho por esa faceta, porque hoy la gente no viene a buscarte y, en mi caso, he sido parte de una promoción efectiva para que mi nombre aparezca en los carteles de los locales".