Cuando las llamas redujeron a cenizas el interior del Museo Nacional de Brasil, el mayor centro de historia natural y antropológica de América Latina, el pasado dos de septiembre, su destrucción despertó una conciencia universal sobre la vulnerabilidad de nuestro patrimonio cultural, que es lo mismo que la fragilidad de nuestra memoria, porque es la herencia de lo que somos. La reconstrucción de la institución científico-cultural más antigua de Brasil, que custodiaba más de 20 millones de piezas y documentos únicos, como el cráneo de Luzia, el fósil humano más antiguo de América Latina, costará más de 10 años, según estimaciones de la Unesco. Pero lo que el incendio se llevó es irreparable, porque, como sucediera en la concatenación de catastróficas desdichas que culminó con la quema de la antigua Biblioteca de Alejandría, no sólo se ha extinguido una parte del conocimiento sobre el mundo antiguo, fruto de 200 años de estudio, sino que el germen de futuras investigaciones sobre las culturas que nos preceden.

Esta tragedia ha sembrado la alarma sobre la importancia de la protección y, sobre todo, prevención de incendios en los museos, pues el estado de abandono en que se hallaba la pinacoteca brasileña, que carecía de sistemas de seguridad y medidas antiincendios, simboliza el escalafón al que se confina la inversión en la conservación de la cultura y el patrimonio en tiempos de recortes.

En el caso de Gran Canaria, El Museo Canario, una de las instituciones culturales más antiguas y señeras del Archipiélago, que custodia un valiosísimo fondo arqueológico, patrimonial y documental de la población aborigen de Gran Canaria, cuenta con las medidas "mínimas" de detección y extinción de incendios. El plan de modernización de su sistema de seguridad y emergencias está recogido en el proyecto de rehabilitación y ampliación del centro, paralizado desde hace seis años. También el Museo Néstor, cerrado por obras de rehabilitación, contempla una mejora de sus sistemas de seguridad y de emergencias recogida en la tercera fase del proyecto de recuperación del Pueblo Canario, donde se ubica su sede.

Normativa

La normativa vigente recogida en distintos textos legales, como la Ley de Patrimonio Histórico, los Estatutos del ICOM (Consejo Internacional de Museos) y el Reglamento de Museos de Titularidad Estatal y del Sistema Español de Museos, establece la obligatoriedad de la "conservación preventiva" de los bienes culturales custodiados por un museo, que deben materializar un plan de autoprotección y de protección de las colecciones ante emergencias, que, en caso de incendios, recoge en la actualidad el Reglamento de protección contra incendios, según el Real Decreto 513/2017 (BOE nº 139, de 12 de junio de 2017),

Sin embargo, ningún museo es igual a otro, por lo que cada centro debe ir más allá de la normativa para desarrollar un plan de contingencia con medidas especializadas y protocolos de evacuación acordes con las características del edificio -diseño y sectorización de salas, temperatura, riesgos potenciales, etcétera- pero también de las colecciones, pues, en el ámbito de la seguridad en los museos, es tan importante proteger a las personas como a las obras de arte. A este respecto, la formación del personal del museo, la vigilancia permanente y la revisión periódica de las estructuras del edificio constituyen cuestiones vitales para la protección de nuestra memoria.

En Gran Canaria, todas las instituciones museísticas consultadas por LA PROVINCIA disponen de las medidas de seguridad mínimas que establece la normativa, pero no todas presumen de sistemas modernos y especializados que puedan prevenir tragedias como la acaecida en Brasil.

El Museo Canario

"Estamos mal atendidos y tenemos que ser conscientes", declara Diego López, presidente del Museo Canario, al cotejar la tesitura de la sociedad científica y cultural de Vegueta con la fatalidad acontecida en la institución brasileña. La situación no es la misma, puesto que el Museo Canario dispone de un sistema antiincendios normalizado y homologado, basado en la presencia de alarmas y extintores en las distintas salas del museo, revisadas periódicamente. Sin embargo, "las condiciones dejan mucho que desear, porque la economía del Museo Canario ya sabemos todos cómo es", advierte en relación a la crisis de financiación del centro, cuya última consecuencia ha sido que 18 trabajadores no pudieran cobrar la nómina de agosto con motivo del bloqueo de una subvención de 500.000 euros del Cabildo de Gran Canaria.

"Las cosas hay que decirlas con claridad y prefiero no ocultar nada: las medidas que tenemos en las zonas del museo que hoy se están utilizando, tanto las que están abiertas al público como las que de uso interno, no son ni sofisticadas, ni modernas, ni especializadas", manifiesta López, quien precisa que "esto no quiere decir que tengamos el patrimonio desprotegido o que el museo esté en peligro, pero no me gusta presumir de lo que no tenemos". "En el Museo Canario contamos con un sistema de alarmas contra incendios básico y rudimentario, por lo que no estamos exentos de que pueda ocurrir un siniestro que afecte al patrimonio, porque eso es así. Si se produjese un incendio localizado, no duraría ni un minuto, pero una institución como El Museo Canario merece estar mucho mejor dotada ante cualquier posible riesgo".

Con todo, López destaca que el proyecto de ampliación del Museo Canario, paralizado desde hace seis años cumplidos el pasado abril, "sí recoge, como es lógico, todos los sistemas actuales de seguridad y de medidas especializadas contra incendios. Y además, ya están prácticamente instalados". Este sistema incluye medidas específicas como puertas cortafuegos o un sistema automatizado a base de agua nebulizada instalado en el área del archivo documental, que consiste en un sistema de humidificación que extingue el incendio sin que se moje el papel. "La sofisticación del sistema de seguridad y prevención de riesgos que tanto anhelamos está previsto en el proyecto que se estaba ejecutando y que está hoy parado", lamenta López.

Por otra parte, López señala que el Museo Canario cuenta con pólizas de seguro actualizadas "que cubren todo el contenido y el continente del museo". Sin embargo, admite que, ante tragedias como la de Brasil, "no hay seguro que cubra el daño real cuando se pierde el patrimonio de un museo, porque es irremplazable". Por esta razón, la prevención constituye un mimbre fundamental dentro del área de conservación, pues "en caso de incendio, el seguro de patrimonio no tiene sentido". Y cita como ejemplo: "El Museo Canario tiene asegurado todo su patrimonio, como el Idólo de Tara, una pieza conocidísima, que ahora mismo se está exhibiendo en el Museo Histórico Alemán, en Berlín. Antes de este viaje, firmamos una póliza de seguro a partir de su valor, pero ese cálculo realmente sirve en caso de que sufra un desperfecto que se pueda reparar. Sin embargo, en caso de pérdida, nunca se podrá sustituir porque es insustituible. Y ese es el gran peligro de los incendios".

Museo Néstor

Fundado en 1956, el Museo Néstor, referente en el patrimonio cultural de Las Palmas de Gran Canaria y el legado del artista grancanario Néstor Martín-Fernández de la Torre, se encuentra inmerso en el proceso de reforma del conjunto arquitectónico del Pueblo Canario, que, en su tercera fase, contempla la rehabilitación del Museo Néstor, que comportará grandes cambios para ponerse a la "altura del siglo XXI". Su director, Daniel Montesdeoca, auténtico conocedor de este templo y del legado de Néstor , revela que, en materia de seguridad, el centro disponía de un sistema contra incendios ajustado a los protocolos internacionales, pero que requería "ponerse al día".

En este sentido, la nueva museografía recogida en el proyecto de remodelación del Museo Néstor contempla, entre otros aspectos la modernización de su sistema de seguridad y emergencias, que "indudablemente, se había quedado desfasado y que era necesario mejorar con técnicas más sofisticadas", apunta Montesdeoca. Entre estas mejoras, "vamos a cambiar toda la instalación eléctrica, con dispositivos especializados para la prevención". La previsión es que las dos primeras fases de recuperación del Pueblo Canario culminen en este último trimestre de 2018, de modo que el abordaje de la tercera fase sea inminente.

Al respecto del incendio del Museo Nacional de Brasil, Montesdeoca destaca que "estamos hablando de una tragedia sin límites, porque la pérdida del patrimonio es irremplazable. No solo se ha perdido una parte de la historia de Brasil, sino de la historia de la Humanidad". "No nos percatamos de la importancia de conservar y proteger los fondos de los museos, que es donde realmente se guarda todo el patrimonio de una cultura", añade Montesdeoca, quien hoy recuerda el día en que, estudiando en la Universidad de Escocia, en 1992, ardió el milenario Castillo de Windsor. "Creemos que estas cosas no pasan en Europa, pero pueden pasar en cualquier sitio. Y hay que estar preparados", manifiesta.

CAAM

El Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), inaugurado en 1989 en el casco de Vegueta, cuenta con un Plan de Seguridad y Emergencias que se actualiza cada año mediante la impartición de cursos de formación al personal del museo, que incluye exámenes online sobre los protocolos de actuación en caso de incendio y simulacros anuales en el inmueble. Se trata de una apuesta por la seguridad que, en este sentido, equipara el esquema de seguridad del CAAM al de los grandes museos nacionales.

En cuanto a medidas concretas, el edificio del CAAM alberga extintores de distinta tipología, detectores y bocas de incendio repartidos por todo el centro, así como alumbrado de emergencias, sirenas interiores, indicaciones en caso de incendios, cámaras de seguridad en todas las salas y vigilancia las 24 horas del día, que es una medida que comparten las principales pinacotecas españolas. También se realiza una revisión periódica de los medios técnicos y de las instalaciones del inmueble como parte de las medidas de mantenimiento y prevención de riesgos en materia de seguridad ante robos, incendios o accidentes, según revelan fuentes de los servicios especializados del centro.

Precisamente, una parte del CAAM también se encuentra cerrada temporalmente desde el pasado agosto con motivo de las obras de renovación del sistema de climatización del edificio principal, radicado en Los Balcones, número nueve, que subsana así una asignatura pendiente del acondicionamiento del museo.

Red de museos del Cabildo de Gran Canaria

Las medidas de protección contra incendios en los seis centros de la red de museos del Cabildo de Gran Canaria, que comprende la Casa de Colón, Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, Casas-Museo Pérez Galdós, Casa-Museo León y Castillo, Casa-Museo Tomás Morales y Casa-Museo Antonio Padrón. Centro de Arte Indigenista, se inscriben en el marco del programa de Riesgos Laborales y del Plan de Emergencias establecido desde el servicio de museos de la corporación insular acordes a la normativa.

El conjunto de estos museos cuenta con un sistema contra incendios recogido en el citado plan, que incluye sistemas de detección y extinción que son objeto de rigurosas revisiones trimestrales en base a contratos plurianuales con las empresas especializadas adjudicatarias, bajo el epígrafe Servicio de Mantenimiento Preventivo y Correctivo de los Sistemas de Protección Contra Incendios de los Museos del Cabildo de Gran Canaria. Esta revisiones periódicas certifican cada vez y en cada museo que se han realizado las pruebas oportunas establecidas en el Reglamento de Protección Contra Incendios y Normas UNE, según el Real Decreto 513/2017, al tiempo que se establecen mejoras y actualizaciones periódicas, según revelan desde el área de comunicación de la red de museos.

Además, el personal de los distintos museos ha sido formado e instruido en materia de emergencias en los aspectos referidos a la prevención, la contención y la evacuación de personas y de colecciones de los centros, atendiendo a las especificidades de cada museo. También se lleva a cabo, de manera regular, un simulacro de evacuación y emergencia por fuego en cada uno de los centros museísticos. Y como método añadido de trabajo, se dispone de una plataforma digital interna donde se recogen las incidencias y novedades en materia de riesgos laborales y sistemas de protección contra incendios, recogidas en carpetas compartidas por cada museo.

Por otra parte, también cabe destacar que el servicio de museos de la red de centros del Cabildo de Gran Canaria fue pionero en el establecimiento de la figura del coordinador de mantenimiento en la administración pública insular.

Fundación Martín Chirino

La Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino, radicada en el Castillo de la Luz, en La Isleta, desde 2015, consagrada a la custodia, catalogación y difusión del legado del escultor grancanario, cuenta con un sofisticado sistema de seguridad y emergencias contra incendios basado en las últimas tecnologías, con medidas específicas repartidas en todas las salas diseñadas en el proyecto de rehabilitación de los arquitectos Nieto y Sobejano. Los trabajadores también han sido formados en un plan estricto de emergencias y de evacuación del castillo, según revelan desde la institución, que cuenta con un responsable de mantenimiento y revisión de las instalaciones y salas del castillo durante las 24 horas, para supervisar que no haya una sobrecarga en el espacio.

Al cierre de esta edición, no fue posible consultar a las fuentes pertinentes del Centro de Arte La Regenta, único museo del Gobierno de Canarias en la Isla.