La soprano catalana Montserrat Caballé, una de las voces líricas más relevantes del siglo XX a nivel internacional, falleció en la madrugada de ayer, a los 85 años, en el Hospital Sant Pau de Barcelona, donde se encontraba ingresada desde mediados del pasado mes de septiembre por una dolencia que sufría desde hacía tiempo. El velatorio de la figura universal de la ópera se abrirá hoy, a partir de las 14.00 horas, en el Tanatorio de Les Corts, donde mañana se celebrará el funeral.

Nacida en Barcelona en 1933, María de Montserrat Viviana Concepción Caballé i Folch, conocida en todo el mundo como Montserrat Caballé fue una diva universal de la ópera, a la altura de las mejores sopranos del siglo XX, cuando la crítica y el público la situaron al nivel de Joan Sutherland, Renata Tebaldi y Maria Callas. A lo largo de su célebre carrera, Caballé interpretó cientos de óperas y conciertos en los principales teatros de todo el mundo junto a las mejores orquestas y directores.

En cuanto a sus orígenes, la soprano pudo educar su voz solo porque la familia del industrial y político Eusebi Bertrand le costeó la continuación de los estudios musicales, ya que había nacido (1933) en una familia humilde, y, así, estuvo diez años en el Conservatorio del Liceu.

Pero no todos la alentaron: durante su primera audición, en 1956 en la ópera de Roma, el agente que la escuchó le dijo que volviera a su casa, se casara y tuviera hijos, porque su carácter no era para la "locura" del teatro, pese a su buena voz, si bien cabe destacar que, al reencontrarse tiempo después, él acabó pidiéndole que nunca revelara su nombre.

Sin embargo, Caballé no siguió aquel consejo desalentador, y las siguientes audiciones funcionaron: en 1956 entró en la Opera de Basilea, donde asimiló un repertorio amplio, pero se planteó dejar la música poco después, durante sus tres años en Bremen (1959-62). Le deprimió el trabajo maquinal en este teatro, en contraste con "la alegría y el romanticismo" de la compañía suiza, y su hermano y asesor artístico, Carles, le pidió invertir un año en recuperar la ilusión antes de dejarlo todo: la recobró, y debió mucho a la disciplina de Bremen.

Liceu

En 1962, la cantante debutó oficialmente como soprano en el Liceu con el estreno español de Arabella, con la que triunfó -actuó allí 28 temporadas seguidas, con medio centenar de óperas y 70 funciones hasta 1989- y al año siguiente renunció a cantar la Valquiria por desavenencias, pero el incendio del teatro los reunió en 1994, y actuó repetidamente: entre aquellas cuatro décadas están los mejores momentos de su carrera.

Además, Caballé yudó a impulsar al tenor Josep Carreras en el Gran Teatro del Liceu cuando él era un joven cantante, y también fue decisiva con Josep Pons, cuando le reveló que era barítono y no bajo. Al interpretar la ópera Turandot conoció a su marido, el tenor Bernabé Martí, con el que se casó en 1964. Un año después, en 1965 se la conoció internacionalmente al triunfar en el Carnegie Hall (Nueva York) con su primera Lucrezia Borgia sustituyendo a Marilyn Horne, que acababa de dar a luz: la aplaudieron 20 minutos.

El éxito de esa misma ópera se repitió en Londres, donde también triunfó después en Il Pirata cantando con muletas tras romperse una rodilla.

La capital inglesa fue también el lugar donde grabó la mayoría de sus discos, y además, en el Covent Garden cantó la 'Tosca' con la misma puesta en escena que Zeffirelli había creado para Maria Callas, amiga suya y que la asesoró entonces, diez días antes de morir (1977). En esa misma década, la propia Callas, la gran Norma del siglo XX, admitió a Caballé que la había superado en esta obra de Bellini: se convirtió en histórica su 'Norma' al aire libre en el Teatro Antiguo de Orange en 1974, año en que además le diagnosticaron un tumor maligno, y otro en 1985, pero los superó.

Su fama de diva se basó en su calidad, pero también ayudaron algunas reacciones en ensayos y en vivo ante directores y públicos protestones, aunque su imagen fue natural y popular, y se prestó además a cantar además con Freddie Mercury, Vangelis, Barbra Streisand y Frank Sinatra. En los últimos años de su carrera dio clases en Andorra, donde llegó a ser residente y fueron polémicas sus ventajas fiscales consiguientes, pero ella alegaba que su vinculación con el Principado venía de 1969, cuando no podía tener razones económicas para trasladarse. Otra de sus polémicas -pasajera- fue por su apoyo electoral a CiU, cuando la incluyeron en una lista electoral sin permiso: la federación -al que había apoyado pero desde fuera- le pidió perdón, aunque ella lo consideró un abuso de confianza.

Asimismo, también permanece en la memoria colectiva el mágico concierto al aire libre de la soprano junto al cantante de la banda Queen, Freddie Mercury, en 1988, junto al que grabó el tema Barcelona y abanderó los Juegos Olímpicos de 1992. La canción fue creada en 1988, cuando la soprano contactó con él tras haberle pedido la organización de los juegos una composición musical.

Mercury se había declarado fan de la ópera y, más concretamente, de la soprano española, con quien forjó una amistad. El estreno oficial de la canción tuvo lugar ese mismo año en La Nit de Barcelona cuando llegó la bandera olímpica desde Seúl. La canción se convirtió en un auténtico éxito debido a la proyección del vídeo en el que se mezclan las voces de ambos artistas.

En enero de 2012, el Gran Teatro del Liceu conmemoró el 50 aniversario de su debut con una exposición y un gran concierto en el que le acompañaron amigos y compañeros de trayectoria, como su hermano, Carles Caballé; su hija Montserrat Bernabé con su familia, y el barítono Josep Pons, además de la plana mayor de la política cultural.

Después de varios conciertos en plena forma, como el realizado en el Madrid Arena ese junio, Caballé tuvo que cancelar a finales de octubre un recital en el Auditorio de Gerona tras sufrir una caída que le provocó una fractura de húmero y un leve ictus. De hecho, en los últimos años, sus achaques de salud fueron también noticia al provocar la cancelación de algunos compromisos. En 1983 tuvo una insuficiencia cardiaca y tres años más tarde se le diagnosticó un tumor cerebral benigno (que hizo público en 2006); en 1996 fue operada de hernia epigástrica, una dolencia que la volvió a llevar al quirófano en 2000 y 2001.

En sus últimos años, Caballé protagonizó las portadas de los medios cuando, en 2015, un juez de Barcelona la condenó a seis meses de cárcel por un delito contra la Hacienda Pública, tras un pacto de la cantante con la Fiscalía y Abogacía del Estado en el que reconoció un fraude fiscal de 508.562 euros en el IRPF de 2010, aunque no entró en prisión.

Entre otras distinciones, Caballé recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y la Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña , siendo nombrada, además, embajadora de buena voluntad de la Unesco. La soprano deja en este mundo a su marido, Bernabé, y sus hijos, Montsita y Bernabé.