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Entrevista | Carlos Marichal

"Mi padre recuperó el legado de los grandes nombres de la República"

"Negrín no era partidista y sólo le interesaba la defensa de la democracia frente a los fascistas", afirma el historiador

Carlos Marichal, ayer en la Casa de Colón. SANTI BLANCO

¿Cómo surgió este seminario sobre la conexión América-Canarias con los tintes naturales?

Los importancia que han tenido los tintes naturales para la Historia de España se ha olvidado, pero que en el caso de Canarias tuvieron más trascendencia terminado el periodo de la colonia en el siglo XIX.. Es conocida la relación de España y América por la plata, el oro, el tabaco, el café o el comercio de ciertos productos. Por eso nos juntamos el colombiano Jorge Elías-Caro y el costarricence Ronny Viales y yo para hablar de un tema olvidado aquí como son los tintes naturales de América entre los siglos XVI y XX y las redes de intercambio con su importancia para la economía global desde hace cinco siglos. Desde el siglo XVI había un interés en cómo se podían teñir las telas, encontrar nuevos productos para que adquirieran el rojo, negro, azul, y otras variantes. Cuando Cortés llega a México encuentra diversos productos nuevos que no se conocían en Europa y uno era la grana cochinilla. Era un rojo muy intenso que era igual que el que utilizaban los monarcas y la iglesia en Europa, el de los trajes de los cardenales, y el de las capas y alfombras rojas de los reyes. Era algo que procedía de los césares cuyo color era el púrpura o el rojo. Es una herencia que representan símbolos de jerarquía y poder porque los colores tenían un poder simbólico y en el Antiguo Régimen tenía mucha importancia el color de la ropa asociado a la estructura jerárquica. Por eso se pagaba mucho dinero por tener telas de esas clases, teñidos por diferentes colores claves que duraran y que fueran brillantes. La grana cochinilla era un color rojo carmesí, fundamental y se pagaba muchísimo dinero por ella.

¿Cómo era su importancia comparado con otros tintes?

Fue el tinte más caro del mundo desde el siglo XVI hasta el XIX. Otros tintes americanos incluían el palo de Brasil, que es de un árbol, rojo también y de ahí vine el nombre de ese país porque fue su primer producto exportador, que viene de la corteza de un árbol. Otro es el añil, conocido hoy en día mejor como índigo, que es azul, y se cultivaba en Centroamérica. Otro curioso es el palo de Mora, que es para el caqui, y que viene de una plantas de Centroamérica, etc.

¿Cómo se instala en las Islas?

La grana cochinilla es un insecto que crece sobre el nopal, que es un cactus que se trajo de México a Canarias en el siglo XVIII, pero es en el XIX cuando se empieza a producir en las Islas. Era el producto de exportación más importante aquí desde 1830 hasta 1880 cuando entra el plátano. Era el tinte más solicitado a nivel mundial para los rojos. Y los campesinos en Gran Canaria se dedicaron a producir grana porque se vendía bien. Y Canarias, siendo relativamente pobre en el XIX, habiendo decaído el comercio con América, necesitaba un producto de exportación para Europa y Estados Unidos. Y Canarias se convierte en el mayor exportador mundial de grana, con distancia, situando a México y Guatemala a un segundo o tercer plano. Es una historia muy vinculada con el campesino canario que siempre ha tenido que buscarse la vida. La grana cochinilla se produce en pequeñas unidades porque el insecto crece en la hoja del nopal, la misma planta que produce la tuna. Y sobre esa hoja crece el insecto, la grana cochinilla, y de las hembras se saca el tinte rojo. Pero hay que producir 140 mil de esos insectitos para un kilo de tinte.

¿Qué destacaría de la figura de su padre, Juan Marichal?

Mi padre era canario, pero con la Guerra Civil emigró a México y luego acabó como catedrático de literatura en Harvard. Publicó las obras de Azaña en los años sesenta, porque con el franquismo en España no se podía, pero llegaban en barco y se vendían bajo cuerda. Después mi padre se interesó por figuras de otras épocas como Unamuno, Ortega, etc., recuperando el legado del primer tercio del siglo XX el de los grandes intelectuales de la época. Recuperó el legado de los grandes nombres de la República e hizo ensayos sobre Negrín como algo diferente a Azaña. Era un gran médico canario, pero además un gran estadista. Fue quien llevaba a cabo el esfuerzo organizativo, administrativo y militar de la guerra y el de las organizaciones internacionales por su manejo de idiomas. Fue la cara de España antes y después de la guerra.

¿Con qué objetivos ha creado la web que lleva el nombre de su padre y que presenta hoy en la Fundación Negrín?

Mi padre tiene una obra muy extensa que está agotada. Yo pensé que todos estos temas valían la pena ponerlos en un sitio temático donde cualquier pueda verlos. Y ahora se puede consultar todas su obra, tanto la parte, literaria, como intelectual, las conferencias y estudios directos. Todo está en la página juanmarichal.org que creamos el domingo pasado. Como estamos en esta fase de la transición digital, he querido ponerlos en línea con imágenes, etc. Su nieta, Carmen Negrín, se mostró muy interesada en el proyecto y participará en la misma presentación.

¿Cuál es la principal conclusión a la que llegó sobre el ex presidente de la República?

A Negrín no se le hizo caso durante mucho tiempo. Ni el Partido Socialista del que había sido dirigente por su esfuerzo de salvar la República. Porque Negrín no era partidista ya que le interesaba sólo la defensa de la democracia contra los fascistas. Era un hombre de acción y de gran claridad. Y un científico, un gran neurólogo que hizo la Ciudad Universitaria de la Complutense. Era hombre con características de héroe porque Alemania e Italia ya habían ocupado un espacio grande. Pero Negrín supo que la lucha contra el fascismo en España era la última oportunidad del mundo occidental. Lo veía como el último baluarte de la democracia frente al avance del totalitarismo y que sólo así se podía evitar el estallido de la II Guerra Mundial. Representó los valores ético y morales de aquella época.

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