El procés, 365 días después, se paseó este domingo como un viejo fantasma por las tripas del Recinto Modernista de Sant Pau (Barcelona). Fatigoso, asustadizo, sin querer hacer ruido. Allí, donde un año antes el pulso independentista de la Generalitat monopolizaba las conversaciones previas al Premio Planeta 2017, ayer solo fue un vago recuerdo. No tocaba hablar del tema. Tal vez porque el asunto cansa, quizá porque lo que hace 12 meses apuntaba a huracán hoy, de momento, ha quedado en una simple tormenta post tropical o acaso porque todo, poco a poco, vuelve a la normalidad, 24 horas antes de que el grupo editorial presidido por José Creuheras entregue su galardón -dotado con 601.000 euros de recompensa para el ganador-, el libro centró el debate. El libro en todo su ser: formato, amenazas, rendimiento económico y relato. Y ahí, justo en lo más relevante para el lector, en la trama, el Premio Planeta de 2018 apunta a convertirse en un amplificador para la voz femenina.

"Hay novedades", advirtió Juan Eslava -portavoz del jurado- antes de analizar las diez obras finalistas. "La Guerra Civil y la novela histórica", apuntó, "ceden terreno hacia libros de orientación femenina". El aviso tenía fundamento. Entre las diez piezas que han superado el último corte, ocho cuentan con mujeres como protagonistas. A juicio del propio escritor andaluz, ganador del Planeta en 1987 por En busca del unicornio, "este tipo de trabajos se acercan a la visión de la mujer en la sociedad y a algunas visicitudes actuales". "Incluso", agregó, "cuando el narrador es un hombre la voz femenina está presente en la trama".

Las palabras de Eslava encontraron respaldo en el canario Fernando Delgado -miembro también del jurado-, quien no dudó en apuntar que "hay un giro hacia la novela social, pero no a la novela social que surgió con el franquismo para denunciar la falta de libertades" y subrayar que "en los trabajos que hemos recibido hay una visión de la sociedad, se cuentan las visicitudes de nuestro tiempo y la voz de la mujer está presente".

El nombre del escritor que seguirá la estela de Javier Sierra -ganador en 2017 por El fuego invisibleJavier SierraEl fuego invisible- se conocerá la noche de este lunes -alrededor de la medianoche- de entre diez finalistas: El adiós, de Sandra Glaser (seudónimo); Violencia de género, de Paulina Ayerza (seudónimo); Mirando a un cielo silencioso, de Elena Francis (seudónimo); El ascenso, de James Sussex (seudónimo); El arte de la fuga, de Daniel Tordera; La sombra del cerezo, de Ariane Onna (seudónimo); Los perdedores, de María Díez García; Mate, de Hatshepsut (seudónimo); Ángela, de Leticia Conti Falcone; y El amante de la Viuda Negra, de Ray Collins (seudónimo).

Continuidad en Madrid

Creuheras, presidente del Grupo Planeta, abrió la rueda de prensa con la mención de tres temas que "preocupan" a los editores. "El primero", recalcó, "es lamentar la ausencia de un plan especial de apoyo a las librerías". "Las librerías", prosiguió, "son el puente para llegar al lector y hay que preservarlas como tal en ciudades y pueblos".

"El segundo", continuó Creuheras, "es la falta de respeto a la labor de los autores". "La piratería", detalló, "ha crecido un 12 % en España. En nuestro país, al año, se descargan 420 millones de libros. Eso, cada minuto, supone la descarga ilegal de 800 libros. Hay que poner en marcha un plan de concienciación y de respeto".

"Y el tercer tema", puntualizó el presidente del Grupo Planeta, "es la necesidad de fomentar la lectura en las escuelas, porque una sociedad que lee, es una sociedad mejor que crea un mundo mejor".

Ante esas tres demandas de Creuheras, Jesús Badenas -director del área libros de Planeta-, puso cifras al mercado editorial. Y los números apuntan hacia un crecimiento del negocio por cuarto año consecutivo y de la resistencia del formato de papel frente al ebook o el audiolibro. "El libro", explicó el ejecutivo, "es el sector de contenidos más potente del mundo". "Y el formato del libro impreso", aclaró, "es el más importante porque los lectores así lo quieren".

Badenas, además de anotar el auge de películas y series basadas en libros, detalló que "en España la facturación por venta de libros ha pasado de los cien mil millones de pesetas, 600 millones de euros, del año 2000 a los mil millones de euros de 2018, doscientos más que en 2014, y cerca de los 1.200 millones de euros de 2010".

En otro año de participación récord -se han presentado 642 obras-, el libro recuperó el protagonismo frente a la política, que sólo al final, y casi a trompicones, hizo algo de ruido. Preguntado por si se dan las condiciones para que la sede fiscal del Grupo Planeta regrese a Barcelona -el año pasado, ante la amenazada de la declaración de independencia de Cataluña, emigró a Madrid-, Creuheras cortó el asunto de raíz. "No nos lo planteamos porque no se dan las condiciones. Con todo, nuestra estructura sigue igual que antes de que surgiera este tema. Nuestras delegaciones siguen abiertas en las mismas ciudades. Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla... Esa decisión, jurídica, se tomó para proteger a nuestros accionistas. Pero nada ha cambiado".