El Festival Cero cerró ayer domingo su tercera edición con una afluencia de 4.500 espectadores durante las tres jornadas de conciertos celebrados en el espacio acondicionado en el anexo a la Plaza de la Música, en la capital grancanaria. A éstos hay que sumar otras 600 personas, público infantil en su gran mayoría, que se sumaron a las actividades en familia entre música en directo y talleres.

"El balance es positivo y desde el equipo de producción estamos muy contentos del desarrollo del festival, de la participación del público, que es uno de los retos, e igualmente por cómo han funcionado los artistas de este año". Es la reflexión que hacía ayer tarde Sergio Alonso, de Jeito, que junto a Algato Producciones son los responsables del Festival Cero, impulsado por el Ayuntamiento capitalino. Según Alonso, la respuesta del público en las jornadas de jueves, viernes y sábado permite hablar con optimismo acerca del posicionamiento del festival en la agenda cultural de la capital.

"Los grupos han respondido bien, y los artistas se han adaptado a las condiciones, lo que supone -caso de las bandas nacionales- trasladarse hasta Canarias", subraya. En este disco, desde Jeito se destacan dos de los conciertos que quedan grabados en la corta historia del Cero, caso de Xoel López y Lori Meyers, que cerraron la programación de jueves y sábado.

Dos hitos

En el caso de Xoel López porque presentaba su nuevo trabajo Sueños y pan, y otras canciones de discos anteriores y con su etapa como Deluxe, con la banda al completo, y que tuvo al público de su parte. Y en cuanto a Lori Meyers, porque la banda de Granada celebraba su primer directo en un escenario de las Islas con la gira de su 20º aniversario, y cubrió las expectativas a nivel artístico y de público.

Desde la organización también se destacó la presencia del resto de formaciones nacionales y la acogida que tuvieron entre el público, como Coque Malla, La Bien Querida, Zahara y La Sonrisa de Julia, además de las tres bandas canarias que participaron este año: Avernessus, Nimañana y Lajalada.

"Esto es una carrera de fondo y en cuanto al futuro no sabemos que es lo que va a pasar", puntualiza Alonso. Lo que si es una realidad es que "estamos abriendo el festival a público nuevo", según la productora, como se ha podido constatar desde el pasado jueves.

Entre las novedades de este año estaba la jornada familiar de ayer domingo, que comenzó con un ligero retraso por la lluvia que cayó a mediodía, y que no impidió que unas 600 personas entre padres e hijos se sumaran a unos talleres con una chiquillería entregada, y la banda sonora que sirvieron Billy Boom Band -con miembros de La Sonrisa de Julia- y la formación grancanaria Los 600.