Podría ser una lección para sus excompañeros de The War on Drugs sobre cómo hacer un disco de pop comercial sin caer en lo empalagoso. Una obra en la que lo acústico y eléctrico se encuentre en su medida sin traicionar su compromiso con sus seguidores. Porque este Bottle it in es un trabajo de escucha agradable y lúdica donde el músico de Pennsylvania construye verdaderas gemas de entre lo asequible y laborioso. Como si de un crooner contemporáneo se tratara, el ejemplo más palpable es un título envolvente y adictivo como Teah bones. Aunque no tiene problemas en emular a Lou Reed en one Trick ponies. O a Bowie en Rollin' with the flow.
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