Oumou Sangaré Oumou Sangaré(Bamako, Mali, 1968) regresa al festival Womad en la capital grancanaria por seguda vez, y lo hace alzando la voz en favor de las mujeres africanas, porque como subraya desde el mismo escenario Santa Catalina en el que horas más tarde desplegará junto a su banda el repertorio de su último disco Mogoya (2017). "Llevo girando desde los 13 años y vengo a presentar mi último disco, y es muy importante que los artistas subrayen el sufrimiento de las mujeres africanas porque las mujeres no tienen voz, y los artistas pueden jugar un papel importante en dar a conocer esta situación", asegura la artista y activista.

Con un discurso que pone el acento en los derechos de la mujer, asegura Oumou Sangaré que "conozco el sufrimiento de la mujer, y la sociedad debe saberlo". Lo dice con la rotundidad que le otorga conocer estas situaciones en su entorn doméstico, y que le impulsó a erigirse en acérrima defensora de la mujer en el continente vecino. Los artistas tienen su responsabilidad en este contexto. Lo explica: "es algo que he hecho siempre, para mi es fundamental porque lo he vivido en primera persona y en mi propia casa, y siempre he querido dar a conocer esta situación desde mi trabajo", asegura.

La situación no ha cambiado en décadas, y como apunta, "de haberlo hecho se habría parado la lucha". La artista insiste en que queda mucho por hacer para normalizar la vida de las mujeres, sobre todo cuando "la mujer africana está de pie, preparada para desarrollarse en todos los ámbitos de la vida que sean necesarios".

Mali es un país de palabras, un país de música”, expresa al ser cuestionada sobre la prohibición a la música impuesta por los fundamentalistas islámicos al norte del país. “Los músicos siguen tocando porque la música es algo muy fuerte y la gente se comunica a través de la música. Un arte de alto riesgo y una prohibición a la que le plantó cara Oumou Sangaré y decidió celebrar un concierto. “Me llamaron loca”, recordó, aunque no tuvo miedo por lo que pudiera ocurrir en el evento que tuvo la protección de soldados de Naciones Unidas sin que ella lo solicitara.

Sangaré presentaba en 1990 sus credenciales como artista con el álbum Moussolou (Mujeres), que le permitió dar el salto al circuito internacional de la world music.

Le seguirían trabajos como Ko Sira (1993), Worotan (1996), Oumou (2003), Seya (2009) y su más reciente Mogoya (2017), para el que ha contado con colaboraciones como el baterista Tony Allen, y que tal como avanza la artista arropa el repertorio que la trae de vuelta al Womad grancanario tras su primera visita en 2009. De aquella visita, en la que vino con otro registro sonoro, recuerda la alegría que le produjo tener enfrente a “un público fuerte y entregado. Este último disco le ha reportado un éxito notable y numerosos reconocimientos en un año en que recibió en la localidad polaca de Katowice el Womex 2017 Artists Award en reconocimiento a su trayectoria profesional y por haber dado voz a las mujeres del continente y amplificar la realidad africana por el planeta. De su nuevo repertorio, con piezas como Bena Bena, Yere Faga, Fadjamov, Kamelemba, Kounkoun o el que da título al disco, Mogoya, se siente “muy orgulllosa” por el impacto que ha tenido en el público joven: “He conseguido que la gente baile y se mueva”, concluye.