Entre las embestidas de la crisis, el abandono progresivo de las artes plásticas y la exigua formación artística en España, los galeristas se reinventan como el ave fénix para que la proyección del arte no se reduzca a cenizas. En Canarias, donde el vacío de subvenciones públicas, las barreras de su condición ultraperiférica y de un mercado artístico casi inexistente a menudo cercenan el vuelo antes de alzarlo; abrir la puerta de una galería de arte contemporáneo en el corazón de Las Palmas de Gran Canaria cada día, desde hace 30 años, constituye casi un milagro. Y el nombre de ese milagro es Saro León.

"Supongo que es casi una proeza", declara la galerista, "pero se puede llegar a tanto con mucho entusiasmo, mucha ilusión y muchas ganas de hacer cosas por los artistas de tu comunidad". Su galería privada radicada en la calle Villavicencio 16 conmemora su trigésimo aniversario la semana próxima con la exposición Nacimiento de Venus, del escultor grancanario Manolo González, uno de los artistas destacados de la nómina de creadores locales que han recalado en la sala de Saro León y quien, además, también celebra tres décadas de carrera artística.

Su inauguración rinde homenaje a la trayectoria de esta veterana sala capitalina de proyección cuatricontinental, que se erige en uno de los puntos neurálgicos del diálogo con las distintas manifestaciones del arte contemporáneo las latitudes de lo universal y lo local. Sus cuatro paredes han alojado un espectro creativo infinito que engloba la pintura, la fotografía, el dibujo, el grabado, la escultura, la instalación, la arquitectura, el videoarte, la performance, la danza, el teatro, el videojuego o el graffiti, toda vez que también ha acogido presentaciones de libros y revistas, debates artísticos, conferencias sobre coleccionismo o encuentros feministas. En este sentido, una de las líneas más distintivas de Saro León es el espíritu crítico, activista, libre y subversivo que ha jalonado tres décadas de encuentros y despertares a través de sus ventanas a distintas formas de expresión y de belleza.

Cuenta Saro León que, aquel noviembre de 1988, la ciudadanía grancanaria tomaba las calles al abrigo del lema Universidad, Ahora, para reclamar la construcción de la Universidad para Las Palmas de Gran Canaria en tanto que su galería levantaba el telón por primera vez. Entonces, la galerista se abrió paso en la sombra de un exiguo mercado artístico desde la apuesta por artistas canarios emergentes y la incorporación progresiva de creadores internacionales de carácter mutidisciplinar. "Creo que tuve mucha suerte porque, cada vez que inauguraba, casi toda la obra estaba prácticamente vendida, quizás porque entonces había en Canarias un grupo de gente entusiasmada y con ansias de aire fresco, de ver cosas nuevas y de comprar obras de arte", revela la galerista.

Bonanza

Esta etapa inaugural de bonanza consagró el potencial de la sala expandiendo su horizonte a artistas nacionales, europeos, caribeños y africanos en la década de los 90 que, posteriormente, abarcaría también el mercado oriental. "Yo he sido la primera galerista de España en apostar por el arte africano contemporáneo, tanto en mi galería como en distintas ferias de arte a las que he llevado a los artistas", señala Saro León, quien cita, entre otros, a Abdoulaye Konate, Michele Magema, Barthélémy Toguo o Malick Sidibé.

"Luego empezaron a abrirse centros de arte públicos en la ciudad, así que el mismo gobierno rompió el tejido cultural que se creó entonces, porque apenas se concedió ningún tipo de ayudas a la iniciativa artística privada, pese a que quienes vendemos y promocionamos el producto de los artistas somos los galeristas", indica Saro León, quien denuncia "la dejación absoluta que existe con respecto a la empresa de gestión cultural y las artes plásticas, que nunca hemos existido para la administración pública".

Sin embargo, en este mismo contexto, la galería de Saro León exhibió la primera muestra de la escultora madrileña Blanca Muñoz, Premio Nacional de Grabado y fichada por la Galería Marlborough de Madrid, toda vez que, en 1996, catapultó el salto internacional del fotógrafo Alberto García-Alix, Premio Nacional de Fotografía, desde la sala capitalina con la muestra La soledad de mis delirios.

Las constelaciones culturales y geográficas que engloba la propuesta expositiva de Saro León embarcó a artistas nacionales e internacionales como Betsabée Romero, Monique Hoffman, Marcos Lora, Guillermo Gómez-Peña, Monika Bravo, Santiago Rodríguez Olazabal, Mark Gibian, Esther Azpeitia, César Martínez, Albert y Marcus Oehlen, Christoph Steinmeyer, Harald Vlugt, Concha Prada, Elia Arce, Miquel Navarro o Cuco Suárez, entre otros incardinados en distintas partes del globo.

En cuanto al destacamento canario, la nómina contempla a numerosos referentes del arte contemporáneo en Canarias que, desde sus respectivas disciplinas, han hallado en la galería un espacio de exhibición, diálogo y encuentro, entre los que desfilan Juan Hidalgo, Teresa Correa, Paco Guillén, Concha Jerez, Eli Cortiñas, José Ruiz, Alejandro Reino, Ángel Sánchez, Pedro Déniz, Karina Beltrán, Rosa Mesa, Ricardo Cárdenes, Adassa Santana, Severo Acosta, Miguel Ángel Sanmed, Julio Blancas, Ayoze Jiménez, Nira Santana, Marisa Culatto, Juan José Valencia, Domingo Díaz, Gregorio González, José Otero, Moneiba Lemes, Judith Marrero o Marta Vega, entre otros. "Muchos estuvieron en la galería casi desde sus inicios y hoy son referentes internacionales", celebra.

En esta progresión, Saro León ha posicionado a sus artistas en ferias y bienales nacionales e internacionales, como la X Bienal de La Habana, con la producción de un espectáculo de performance en el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam protagonizado por los artistas latinoamericanos Guillermo Gómez-Peña, Roberto Sifuentes y Tania Bruguera. También la fotógrafa grancanaria Teresa Correa expuso el proyecto fotográfico Juana Bacallao, comisariado por Orlando Britto, actual director del CAAM, en esta prestigiosa sala de La Habana.

Saro León y la conexión internacional

Entre el arsenal de vivencias y recuerdos al abrigo de la galería, Saro León destaca sus conexiones con el mercado artístico coreano, donde descubrió talentos como el de Kim Joowon, en el marco de galerías y encuentros como SeulPhoto, y que, a su vez, le permitió incursionar en el país asiático con proyectos de artistas canarios como inVórtice (2012), una exposición interdisciplinar con fotografías de Teresa Correa, esculturas de Manolo González, la pintura-collage de Juan Rivas y la música del compositor Juan Manuel Artero. Sin embargo, una de sus experiencias más significativas tuvo lugar en la Bienal de Fotografía de Bamako, en la que participó con un taller impartido por dos creadoras. "En aquella sociedad tan terriblemente machista removimos la conciencia de los alumnos", recuerda, "las chicas se empoderaron y nos felicitaron, porque fue realmente emocionante lo que conseguimos".

A este respecto, la lucha por un sistema cultural igualitario constituye una de las líneas esenciales de la trayectoria de Saro León, quien se ha enfrentado a lo largo de los años a un mercado eminentemente machista en sus múltiples vertientes. "Sé que ser mujer ha sido un hándicap absoluto, que me ha cerrado muchas puertas", revela Saro León. "Los propios colegas del mundo del arte me lo han dicho: el mercado del arte español es un mundo marcadamente machista, donde las galerías y las ferias de arte tienen mucha mayor representación masculina que femenina", explica. "Luego, las estadísticas reflejan que se compra más a los creadores que a las creadoras, como si tratasen de animar a que se siga apostando más por hombres que por mujeres, lo cual es una manipulación destinada a mantener en vigor ese sistema patriarcal de la sociedad".

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Precisamente, Saro León integra el colectivo activista ArteMisia: Mujeres + Arte, conformado por profesionales vinculadas a las distintas esferas del arte, que desde hace años investiga y plantea fórmulas para revertir esta lógica desigual que marca la trayectoria del arte contemporáneo y, a su vez, visibilizar y promover el trabajo de las creadoras. "Y ya hemos conseguido algunas victorias", apunta Saro.

Así lo demostró como pregonera de las pasadas Fiestas Fundacionales de Las Palmas de Gran Canaria, donde brindó un discurso feminista flanqueada por una alineación de hombres en el escenario de la Plaza de Santa Ana. "Para muestra, un botón", señaló Saro, sonriente, entre el público y sus acompañantes. Pero precisamente Saro ha demostrado que se puede ir más allá de todas las fronteras. Para muestra, aquí sigue.