La última revolución seriéfila de la ficción española, Arde Madrid, creada por Paco León y Anna R. Costa en torno a la detonación de sexo, whisky y tablaos flamencos capitaneada por Ava Gardner en los años 60 del franquismo, anuncia su renovación para una segunda temporada en Movistar+ apenas una semana después de su desembarco el pasado 8 de noviembre. En las mieles de su excelente acogida, sus artífices ya enfilan los próximos derroteros de la estrella rutilante de Hollywood en la burbuja de desenfreno que abrió en su reducto madrileño en una España en blanco y negro.

Protagonizada por el propio Paco León, Inma Cuesta, Anna Castillo y Debi Mazar, entre otros; el músico, productor y dj lanzaroteño Ale Acosta, alma máter de la banda Fuel Fandango, continúa al frente del apartado musical después de firmar la banda sonora de la primera temporada. Y es que la música de Arde Madrid constituye una de las fortalezas de la serie, configurándose como un personaje más en las bacanales de la Gardner en el número 11 de la calle Doctor Arce, así como en las tensiones y contradicciones de unos personajes reprimidos en jaque ante ese espectáculo lisérgico de puertas para adentro.

"Cuando Paco me llamó en pleno rodaje de la serie y me hizo la propuesta de componer la banda sonora me quedé flipando, porque me encantó cómo tenía planteado el proyecto", declara Ale Acosta, quien había trabajado antes con el director en el tema principal de su película Kiki, el amor se hace, nominada a Mejor Canción Original en los Premios Goya 2017. "El proceso ha sido un regalo y un reto muy bonito", añade el músico.

Autoría

La copla y el flamenco arropan los acontecimientos y escándalos de Arde Madrid en las voces de Rosalía, El Niño de Elche, Chelo Pantoja o El Capullo de Jerez, pero el hilo musical que enhebra los ocho episodios de la temporada es obra de Acosta. En la estela del electroflamenco de Fuel Fandango, su atmósfera sonora incorpora matices del flamenco mezclados con otras músicas del mundo y envueltos en un halo tarantiniano.

El músico revela que la composición es fruto de un viaje retrospectivo a las melodías y sonoridades de los años 60. "La idea era utilizar instrumentos de esa misma época y buscar lo que funcionaba bien con la estética del blanco y negro, así que al final dimos con esa mezcla de guitarras barítonos y de baterías y guitarras eléctricas garajeras de los 60", explica Acosta, quien se zambulló en "un estilo musical donde, además, me siento muy cómodo". Este proceso de composición se fraguó en paralelo a la fase de montaje de la serie, con el objetivo de "empaparse bien de la trama y buscar esa identidad sonora de cada espacio y de cada personaje", apunta el compositor.

"Al principio, Paco me pasó el guión completo y empezamos a investigar propuestas de músicas y de sonoridades", explica Acosta. "Luego, estuve en los rodajes viendo cómo se materializaba la trama visualmente y, ya con los primeros montajes, empecé a componer la música. Parece que no, pero conlleva un trabajo de varios meses hasta que das con la clave de la sonoridad que quieres imprimir a la serie", añade.

En cuanto a la dinámica de trabajo, el músico destaca que tanto León como Costa, seguidores fervientes de Fuel Fandango, siguieron de cerca su proceso creativo, pero, sobre todo, le concedieron un margen total de libertad. "Paco es un melómano empedernido y me pasó referencias que le gustaban de esa época para saber por dónde empezar", revela Acosta. "Luego, el proceso creativo fue muy natural y muy libre: yo trabajaba por mi cuenta en mi estudio con los montajes y, cuando ya tenía algunas propuestas claras, se venían Paco y Anna al estudio e íbamos viendo escena por escena lo que funcionaba o lo que no. Por tanto, la banda sonora se creó a partir de ese diálogo continuo, así que fue un trabajo muy chulo, porque tuve mucha libertad creativa pero también fue un intercambio de opiniones e intuiciones".

Se trata de la primera composición del productor de Fuel Fandango para una serie, aunque ya atesoraba experiencias previas para bandas sonoras de documentales y largometrajes. "Para mí ha sido un lujo que fuera con Paco y con Anna, porque los dos estaban volcadísimos con cada detalle y apartado de la serie", manifiesta. "Paco tiene mucha intuición y sabe dar muy bien con la tecla de la gente con la que trabaja, así que te deja hacer y te da mucha libertad porque, si te ha llamado, es porque confía en ti. Y eso te lo transmite desde el principio y, por tanto, envalentona para empezar a crear. Por eso, el trabajo musical cuajó desde el primer minuto".

Con todo, Arde Madrid gravita sobre la estancia madrileña de la actriz hollywoodiense Ava Gardner (Debi Mazar), apodada como "el animal más bello del mundo" en 1961, a quien Ana Mari, una instructora de la Sección Femenina (Inma Cuesta) debe espiar de cerca infiltrándose como criada a petición de una comisaria franquista (Carmen Machi). Le acompañan en esta confrontación de realidades el buscavidas Manolo (Paco León), que ejerce de chófer de la actriz, y otra joven sirvienta (Anna Castillo), en un pulso entre la miseria y el puritanismo frente al derroche y el desenfreno.

El propio Acosta coincide en que "la serie está funcionando muy bien", a lo que añade que " era de esperar, porque es una producción muy potente". Por su parte, el músico y productor compaginará la composición musical de la segunda temporada con el nuevo proyecto musical de Fuel Fandango, que verá la luz el próximo 2019 y que, además, coincide con el décimo aniversario de la formación. "En abril del año próximo empezaremos esta gira de celebración, así que habrá mucho lío, pero estoy encantado", concluye.