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La originalidad de las antípodas

El grupo de Melbourne The Braves publica un segundo álbum que lo sitúa a la cabeza de las bandas de garaje dentro del prolífico rock australiano actual

The Braves en directo. LP / DLP

Las antípodas siempre han sido una cantera de talentos para el rock desde los años cincuenta hasta ahora. Y con un marchamo especial que se traduce en un toque de excentricidad que, con algunas excepciones como la de los míticos ACDC, convierte a sus propuestas en especiales dentro de la coyuntura de cada movimiento concreto. Quizás determina en el resultado el entorno mayormente hostil del continente y la situación geográfica en el otro lado del mundo. Y ahí están los casos tan curiosos en los que han asumido las claves desde un prisma totalmente particular de géneros o estilos como el postpunk (Birthday Party), la new wave (Men at Work), el pop de los ochenta (Midnight Oil), el funk-pop (Inxs), el psychobilly (Gun Club), el mainstream (Crowed House), la neopsicodelia (The Church), el nuevo pop anglosajón (The Vines), o la elegancia crooner (The Triffids), por poner algunos ejemplos. Pero donde los australianos han sido unos maestros es en el rock de garaje con cuatro casos de excepción que han liderado a todas las generaciones posteriores como los de Hoodo Gurus, Beast of Bourbon, The Scientits o Radio Birhman.

Pero es que, en estos momentos, el rock del continente oceánico vive una nueva edad de oro con una larga lista de bandas que incluye a propuestas tan fascinantes como Tropical Fuck Storm, DZ Deathrays, Batpiss, o High Tension. Pero quizás el caso más paradigmático sea el de The Braves que con este segundo trabajo se confirma como una de las más sólidas propuestas a nivel internacional. El trío de Melbourne construye una propuesta implecable y coherente a través de medios tiempos intensos en los que juega constantemente con la melodía y la estructura de la canción.

La esencia de su discurso se resume en la maravillosa How the money rolls in en donde recrean al mejor Nick Cave del The first born is dead pervirtiendo el blues a golpe de solos de puro noise. Otra de las grandes joyas es People donde la distorsión recuerda a los Stooges.

Un disco que incluye desde cierta oscuridad decadente ( The good son), hasta asimilación del arty neoyorquino ( Side by side), pasando por recreaciones de la esencia del punk de los setenta ( Big sleep). Una obra que define los cauces por los que se mueve actualmente el rock austral y que, de alguna manera, conecta sin problemas con la propuesta liderada por los prodigiosos y prolíficos King Gizzard & The Lizard Wizard.

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