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Entrevista | Pablo Losa

"Lo que me ha conmovido a mí quiero que al espectador le conmueva también"

"No añado a la figura humana porque realizo una crítica a su destrucción de la naturaleza", manifiesta el pintor

En la galería del Club Náutico podemos apreciar en primer término al pintor Pablo Losa con una de sus últimas creaciones abstractas y al fondo dos de sus clásicos cuadros realistas. J. PÉREZ CURBELO

¿Qué novedades trae a esta nueva exposición en Las Palmas de Gran Canaria?

Traigo una novedad resultado de unos trabajos que iba haciendo por hobby, una especie de intuiciones, de juegos de colores, lo que denominaría pintura efímera conceptual, es decir, que se va destruyendo poco a poco. Tomo fotografías de los diferentes procesos del cuadro, voy haciendo mis intervenciones, algunas las dejo al azar y otras las introduzco con pinceles y espátulas. Es una pintura hecha en óleo y acrílico. No tengo intención de que mi pintura vaya a cambiar de repente sino que se trata de algo que había hecho a lo largo de los años, pero que nunca había expuesto porque tal vez rompía mucho con mi estilo más bien impresionista o hiperrealista.

¿Cómo definiría sus ideales estéticos?

Mi pintura es realista, dentro de lo que se podría considerar el impresionismo. Paso de este al expresionismo. Hay un trasfondo común en toda mi obra. No pongo la figura humana porque realizo una crítica a su destrucción de la naturaleza y procuro pintar siempre paisajes bellos. No busco la fealdad que está tan de moda. Hay trasfondos a veces telúricos, como me señalaba un gran pintor de Gran Canaria, Carlos Morón, quien hablaba de la traumaturgia de mis nubes, que expresan ese dolor por la destrucción del entorno. Dibujo estéticamente paisajes con movimiento. A medida que vas viendo un cuadro en la distancia de dos, tres o cuatro metros se va conformando como si tuviera movimiento. Se trata de técnicas puntillistas que utilizaban los postimpresionistas en que se van fundiendo los colores a medida que te vas separando del cuadro. Por ejemplo, si coloco un punto amarillo y uno azul al lado, al mirar de cerca el lienzo distinguirás los dos, pero a medida que te vas alejando irás viendo más el verde. Juego, por tanto, con que el cuadro tenga vida, movimiento, y provoque un impacto visual, te llegue al alma.

Se considera autodidacta, pero trabaja en un medio, el canario, donde hay que competir con muchos colegas. ¿Cómo ve la competencia?

No la siento. Pinto lo que me gusta, pero la actualidad dibujar tiene sus dificultades económicas. No veo competencia, incluso habiendo buenos pintores aquí, porque cada uno tiene su estilo aunque a veces copien mis ideas.

Su obra suele ser de raíz realista y muy rica de color. ¿Le interesan también las experiencias digitales, la performance , etc...?

Hasta un punto. Es algo que me ha pillado ya un poco mayor. He jugado un poco con photoshop en las abstracciones, pero no he hecho instalaciones ni nada de performance.

¿Planea el contenido de sus muestras, o realiza lo que estimula su imaginación en cualquier momento?

Me preparo un poco para la inspiración. Por ejemplo, tengo estudiados todos los fenómenos de la naturaleza. Si veo que en la cumbre se está creando una tormenta o hay mares de nubes y vientos del sur o tormentas en el mar, llego a fondo en este tema. Me voy con el coche a los sitios donde realmente se está formando algún fenómeno meteorológico. Ayudado de la cámara de fotos saco unos reportajes de todo lo que estoy visionando y si tengo un millón de visiones a lo largo de la mañana o de la tarde, de ellas extraigo 100 ó 200 fotos que me recuerden los momentos. Cuando veo las visiones, tanto de los mares como de las cascadas de nubes de la cumbre o del sol cuando se enrojece y parecen explosiones volcánicas en la cumbre, todo eso para mí es un cuadro. A veces me quedo esperando horas a que se repita un fenómeno como un oleaje. Al final visualizo una obra y me pongo a pintar, no inmediatamente sino que empiezo a recordar y aprovecho el material fotográfico, pero no copio la fotografía, me baso en recordar, los accidentes formales del dibujo, por ejemplo, que aquí la montaña llegaba más arriba o más abajo, lo que me conmovió. Lo que me ha conmovido a mí quiero que al espectador le conmueva también. Mis lienzos son de aspectos bellos de la naturaleza, contienen una pequeña denuncia y pretendo que supongan un goce estético. Tardo muchos meses en elaborarlos, los aparto de vez en cuando y los vuelvo a retomar para completarlos. El pintor madrileño Antonio López decía que sus cuadros casi nunca están terminados y a mí me pasa un poco lo mismo, pero hay que saber dejarlo en un punto para no estropearlo.

¿Cuáles son sus artistas predilectos, en Canarias y en general?

En Canarias hubo un pintor que pasó algo desapercibido porque tuvo una vida abandonada y se retiró de la sociedad. Era un gran retratista y pintaba unos bodegones excepcionales. Se llamaba Carlos Morón. Otro que me encantaba fue Miró Mainou. Para mí es el mejor colorista de Canarias. Yo también trabajo mucho el color, pero soy más formalista, más realista. Él casi llegaba a una abstracción. Néstor es un gran pintor de talla mundial. Martín González es un paisajista extraordinario también, de mi estilo. De la Península mis artistas predilectos son: Velázquez, Sorolla y Carlos de Haes, otro gran paisajista, que enseñó a los grandes pintores del siglo XIX de España, entre ellos, a Sorolla.

¿Cree que existe en las Islas un mercado para el arte?

Muy pequeño. El mercado del arte en Canarias tiene muchas dificultades. Se ha apoyado en subvenciones. Han ayudado a pintores que, a lo mejor, ya estaban consagrados cuando a la gente joven no se les ha apoyado.

¿Qué consejos daría a las generaciones jóvenes?

Que trabajen a nivel digital. Si a mí me pillara con 20 años menos me dedicaría a hacer videojuegos, a las decoraciones, a los castillos, que son auténticos cuadros. Eso, creo que es el futuro, trabajar sobre los medios audiovisuales. Yo les diría que conozcan las técnicas bien estudiando Bellas Artes o en cualquier otra escuela de arte. La técnica permite que lo que quieran expresar sea fruto de su conocimiento, no de su incapacidad para pintar. Hay muchos pintores sin técnica que dejan el cuadro porque no pueden más. Su técnica no les da y sale lo que su falta determina. Con técnica tú dominas cómo se tiene que acabar el cuadro o por dónde tiene que ir.

La crisis general ha hecho estragos en la actividad artística. ¿Estamos remontando ese mal momento?

Es muy complejo lo que ha pasado con el arte porque no le ha perjudicado sólo la crisis sino unos cambios de valores. Las enseñanzas de letras en los colegios han ido a menos. Ya al arte, la literatura y la filosofía no se les da importancia. Por eso noto que a la gente entre 20 y 25 años no les llama la atención un cuadro como lo hacía hace 30 años. Asisten también menos a las galerías. También ha inundado el mercado mucha gente aficionada que expone en ellas y que carecen de interés. Hay por otra parte, chanchullos de galerías de arte. Ha habido mucho trapicheo encumbrando a pintores que no valían nada. La especulación en el arte por ciertas galerías ha hecho daño al comercio en general. Muchas han cerrado porque no tenían razón de ser. Se veía que vendían humo y que han engañado a muchos clientes.

¿Qué políticas de apoyo a la creación plástica sugeriría a los organismos públicos?

Que sean permeables a las solicitudes de las personas, de los artistas jóvenes, que se les tenga en cuenta. Que haya ayudas a través de concursos públicos o de becas para talentos para que estudien fuera o puedan hacer sus exposiciones o promoción del arte canario, pero que se trate de gente realmente buena, no de enchufados ni de metidos en los chanchullos políticos.

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