Hace hoy 62 años, la tarde noche del 31 de diciembre de 1954, un ring levantado sobre el espacio que solía ocupar la gallera del Cine Cuyás, situada en lo que hoy es el patio del Teatro Cuyás, acogía la celebración de un combate de boxeo especial, el que enfrentó a dos de los actores que habían llegado a la ciudad dos semanas antes para el rodaje de la película Moby Dick, de John Huston, protagonizada por la estrella de Hollywood Gregory Peck como el Capitán Ahab. El canario Antonio Quevedo, campeón de natación, es de los pocos que quedan de los que estuvieron presentes en aquel combate. Quevedo es también es de los pocos locales del centenar de personas que trabajó en el histórico rodaje. En su caso, en el equipo de producción para controlar los viajes de los taxistas contratados.

El combate de boxeo fue de exhibición para una causa benéfica, para los niños pobres seguramente, por la fecha navideña, como apuntó meses atrás a este periódico el experto en boxeo Servando Vera. La celebración del combate demuestra la gran implicación de los miembros del rodaje en actividades de la sociedad isleña. Fue gracias a los vínculos con la colonia inglesa de la ciudad, consecuencia de la participación en la filmación de las compañías inglesas Miller y Elder. Servando Vera también confirmó la identidad de ambos púgiles, el actor y cantante de color, Edric Connor, que en Moby Dick interpreta el personaje del marinero Dagoo, y Tom Cleeg, que hacía del marinero indio Tashtego.

John Huston, Gregory Peck y el actor Harry Andrews, que interpretaba al segundo oficial Stubb en la película, ejercieron de entrenadores de ambos contendientes. Así lo demostraron las fotos inéditas del rodaje aparecidas este año. Las imágenes certificaban, también por primera vez, la presencia en la Isla de la novia del actor, la periodista francesa Veronique Passani, con quien Gregory Peck se casó justo un año después, el 31 de diciembre de 1955, y a la que permanecería unido hasta su muerte en 2003. Antonio Quevedo, además, aporta ahora el dato de que, para empezar el show, Edric Connor también interpretó la canción Ol' Man River, popularizada por las distintas versiones de Hollywood de la película Show Boat, la más conocida Magnolia (George Sidney, 1951), interpretada por Kathryn Grayson, Ava Gardner y Howard Keel. Se trata de un musical que tenía como escenario uno de los característicos barcos de vapor de ruedas del río Misisipi. En la lista de las 100 canciones más representativas del cine estadounidense, realizada por el American Film Institute en 2004, el góspel interpretado en el Cuyás por el afroamericano Edric Connor ocupa el puesto número 24.

Antonio Quevedo (Las Palmas de Gran Canaria, 1932) entró a trabajar en Moby Dick gracias a la natación. "Isidoro Martínez Ferry, el ayudante de dirección de la película durante el rodaje en España, también lo era", asegura, aportando un dato desconocido hasta hoy: el de la participación de Martínez Ferry en la película. Al menos hasta los años 70, el empresario, cineasta y nadador siguió ligado al cine. Su crédito más destacado es el de codirector con Marco Ferreri de El pisito (1958), protagonizada por Mary Carrillo y José Luis López Vázquez. "Lo había conocido siete años antes, en 1947, cuando se celebraron los primeros campeonatos de España de natación en la ciudad, el año que se inauguraron las primeras piscinas reglamentarias, las de Julio Navarro en Ciudad Jardín. Martínez Ferry fue la figura principal de aquellos campeonatos, ganó los 400 y los 1.500 metros libres".

Tres libras esterlinas

Antonio Quevedo había empezado a nadar con 15 años en el Club Marítimo de la calle Sagasta, situado a la altura de la actual plaza de Saulo Torón en Las Canteras. Los campeonatos del 47 los vivió desde la grada. Igual que Martínez Ferry, que llegó a nadar en los Juegos Olímpico de Londres de 1948, el espaldista Quevedo también triunfó como nadador. Fue el mejor de España -con19 años- en los campeonatos celebrados en la nueva piscina de la Casa de Campo de Madrid en 1951. Ese año fue campeón europeo en los Campeonatos Universitarios celebrados en Luxemburgo, con un equipo español integrado casi íntegramente por nadadores canarios. Revalidaría el título de campeón de España los años 1952, 1953 -ambos ya con el Club Alcaravaneras- y 1956 -con el Club Victoria-, año del estreno en salas de Moby Dick, cuando el torneo volvió a celebrarse en la capital grancanaria. Entre 1952 y 1959, Quevedo ostentó el récord de España de los 100 metros espalda, con un registro de 1:08,04. De esos años, recuerda haber nadado con el italiano Carlo Pedersoli, años más tarde reconvertido a actor como Bud Spencer.

Para el rodaje de Moby Dick, según relata Quevedo, "solo los artistas principales (Gregory Peck, John Huston, Leo Genn y Richard Basehart) estaban alojados en el hotel Santa Catalina. El resto del equipo dormía en el hotel Parque, que entonces era un hotel principal en la ciudad. Contrataron siete taxis para los traslados del equipo y mi cometido era estar todos los días a las seis de la mañana para controlar los kilómetros del día anterior y prever los de ese día. Cobraba tres libras esterlinas diarias, que entonces era un montón de dinero. A los taxistas se les pagaba cada día según el kilometraje recorrido. Horas antes", recuerda, "desde las cinco de la mañana, Gregory Peck ya estaba en la sala de maquillaje, pues debían hacerle la cicatriz que le recorre la cara. Friedrich von Ledebur, que interpretaba el personaje de Queequeg y tenía el cuerpo lleno de tatuajes, se empezaba a maquillar cada día a las cuatro de la mañana".

Antonio Quevedo controlaba los taxis que llevaban al equipo a la filmación y también cuando había que trasladarlos a comidas y fiestas. "La película hizo famoso al bar Juan Pérez de La Puntilla, pues aquí venía muchas veces a comer Gregory Peck con su novia", recuerda. El lugar lo ocupa hoy el restaurante La Macarena. A Quevedo también lo invitaron en una ocasión a ver las pruebas de las tomas rodadas, que se realizaban en el cine Avellaneda, hoy Teatro Guiniguada. También recuerda que cuando se rodaba por la zona de La Puntilla, los del equipo se encargaban de echar engodo con carne al mar para atraer a las gaviotas y que había "cuatro o cinco canarios" que ejercían de dobles de los actores que salían en las barcas a cazar a la ballena en las tomas lejanas. "Gregory Peck también tenía un doble para esas tomas lejanas, aunque a ese se lo trajeron de fuera", remarca. "La convocatoria al casting de dobles se hizo en la misma Puntilla. Se presentaron entre 50 y 60 hombres y los fueron eligiendo a dedo". Quevedo también recuerda que la Nochebuena llevó a los miembros del equipo técnico a la fiesta del Club Victoria, que se había inaugurado en el paseo de Las Canteras unos meses antes. "De ahí los trasladé de vuelta al hotel Parque, se dieron una ducha y se fueron a trabajar. Durante el rodaje se trabajaba todos los días, daba igual que fuera domingo o festivo", explica.

Accidente

Precisamente, fue el mismo 31 de diciembre de 1954 del combate de boxeo cuando se soltó el cable que unía la embarcación sobre la que se construyó la ballena blanca con el remolcador. El episodio lo relata John Huston en sus memorias A libro abierto (Espasa, 1986). En el capítulo dedicado al rodaje de Moby Dick, el director estadounidense de ascendencia irlandesa narra como él mismo se introdujo por una escotilla dentro de la ballena a la deriva. El objetivo era evitar un nuevo destrozo de la maqueta como los que ya se habían producido durante el rodaje en Gales, frente a las costas de Fishguard. Se metió con una botella de whisky. "Hasta el año que viene", dijo a los que estaban fuera después de "saludar militarmente a la tripulación y dar un largo trago".

Había que recuperar la ballena con Huston en su interior y "el problema era pasar el cable por un gran agujero que había en el vientre de la ballena", escribió el director. Finalmente se logró la proeza y Huston se refiere en sus memorias a las dos personas que lo lograron, aunque solo nombra al asistente de dirección irlandés Kevin McClory, quien tres décadas más tarde fuera productor ejecutivo de la película de James Bond Nunca digas nunca jamás (Irving Kershner, 1983). El otro era "un campeón de natación español". En mar abierto, frente a las costas de Las Palmas, escribe Huston, "grandes olas levantaban la ballena fuera del agua y luego la dejaban caer de golpe. Esos hombres arriesgaron su vida, pero finalmente consiguieron sujetar el cable y la ballena iba de nuevo a remolque. Entonces salí de la ballena y volví a bordo del Pequod". Quevedo piensa que ese español al que se refiere John Huston en sus memorias no pudo ser otro que Martínez Ferry. Otro nadador del equipo era el canario Roberto Taylor, que trabajaba ayudando a traducir del inglés las instrucciones al equipo canario. Pero Quevedo opina que "lo más seguro es que fuera Martínez Ferry, pues era quien estaba de forma permanente al lado McClory y de Huston por todo lo que pudiera ocurrir".