Dos personalidades, dos formas de concebir la arquitectura ligada al desarrollo de las ciudades, en particular de Las Palmas de Gran Canaria, así como de otros puntos de la geografía del Archipiélago, que trazan un arco temporal entre 1940 y 1990. Dos arquitectos, padre e hijo, José Luis Jiménez Domínguez (1908-1987) y José Luis Jiménez Saavedra (1941-2014), cuyos archivos, una ingente colección documental, han sido donados por la familia de Jiménez Saavedra a El Museo Canario.
El salón de actos de la sociedad científica fue anoche testigo de la recepción de la primera colección de arquitectura que custodia la institución, en un acto en el que estuvieron presentes los herederos, la viuda de Jiménez Saavedra, Carmen Castells Sanchís acompañada de cuatro de sus hijos; profesionales que trabajaron y conocieron a los dos arquitectos; y el equipo de dirección y archivo de El Museo Canario. "Es un acontecimiento importante para El Museo porque es el primer archivo de arquitectura, y se diversifica la documentación con estos dos fondos completos e independientes", que incluye "toda la documentación generada en su desarrollo profesional", tal como expresó anoche Fernando Betancor, archivero de El Museo Canario, que ha sido el responsable de catalogación del citado fondo.
Betancor abundó en detalles sobre los archivos de padre e hijo, que en el caso de José Luis Jiménez Domínguez comprende unas 42 cajas, 3.085 expedientes y 6 ficheros de fichas redactadas a mano; y en lo que respecta a José Luis Jiménez Saavedra se recepcionaron jotras 46 cajas, otras 15 cajas con planos, 326 expedientes y 150 planos de proyectos. Un fondo documental de gran valor que permite conocer y profundizar en el rol de estos arquitectos en el desarrollo urbanistico de la ciudad.
Voluntad de la familia
"Esta donación ha sido posible por la voluntad de la viuda de José Luis Jiménez Saavedra, Carmen Castell Sanchís", manifestó en la apertura del acto de la firma de la recepción el presidente de El Museo Canario, Diego López. La institución que preside "se congratula de tener este fondo", que según sus palabras, estará disponible para consulta y estudio de profesionales y público en general.
Ambos arquitectos, cada uno en su tiempo, destacaron por el valor social que imprimían a su concepto arquitectónico. Jiménez Domínguez diseño numerosas viviendas de uso particular en Gran Canaria entre 1940 y 1987, además de proyectar mercados y salas de cine en distintos municipios, instalaciones escolares y deportivas, como la amplación del canódromo en la capital grancanaria.
Por su parte, José Luis Jiménez Saavedra se significó mayormente en obra pública fruto de las distintas responsabilidades que asumió al frente de la Unidad Técnica del Ministerio de Educación en Las Palmas de Gran Canaria y de la Consejería de Educación del Gobierno canario, y que posibilitó numerosos centros educativos; y como arquitecto jefe del Servicio de Obras e Instalaciones de la ULPGC, que impulsó los distintos campus universitarios, el de Tafira, y San Cristóbal.
Además, son obras suyas otros proyectos ligados a cooperativas profesionales como el de la Cooperativa de Taxistas, en la capital grancanaria,de trabajadores del metal y en San Cristóbal. Y proyectos singulares como el Hotel Puntagrande, "el más pequeño del mundo", en El Hierrro.
Una mayúscula producción documentada con todo lujo de detalle, que incluye "bocetos que definen el proceso creativo", en el caso de Jiménez Saavedra, que no es habitual que se conserven,
Dos profesionales que trabajaron con José Luis Jiménez Saavedra, el arquitecto Faustino García Márquez y el aparejador Juan Jesús Saavedra Ayala, abundaron en el perfil profesional y humano, y en el acierto de esta donación para poner en valor la función social que imprimió a la arquitectura, y difundir su legado. Del que fuera vicepresidente de la Real Academia Canaria de Bellas Artes se recordó el acertado discurso de ingreso en 2004 en esta institución con el título de Geometría y ciudad.
"Creatividad, capacidad y método son las tres dimensiones de su forma de pensar", subrayó Faustino García. "Maestro es la palabra que lo define, su magisterio se proyectó en la sociedad", puntualizó en una evocación desde lo personal. "Su obra no es suficientemente conocida y no era habitual un talento como el suyo".
El aparejador Juan Jesús Saavedra Ayala, por su parte, trazó un relato de vida y obra de José Luis Jiménez Saavedra con el aval de ser "más amigos que compañeros de trabajo", fruto de "una convivencia personal y profesional de 47 años". Según Saavedra Ayala, su gran pasión fue "estudiar el diseño arquitectónico, del desarrollo de la ciudad desde ambos lados del Guiniguada".
