La etapa de la Ilustración fue un período de especial relevancia cultural para Canarias sobre todo por la conjunción de personajes isleños que alcanzaron una proyección internacional. Entre este grupo de destacados eruditos y sofisticados pioneros, como Agustín de Betancourt, que llegó a ocupar el puesto de ingeniero del zar de Rusia, Alejandro I, sobresale de manera brillante la figura de José de Viera y Clavijo, una de las personalidades más importantes de la cultura canaria de forma particular y también del mundo de la intelectualidad de España durante el siglo XVIII y comienzos del XIX.
La exposición Viera y Clavijo. De isla en continente, que ayer se presentó en una de las salas de La Biblioteca Nacional de Madrid, supone pagar en cierta medida la deuda histórica que se ha mantenido con uno de los grandes ilustrados de España. Tan valioso como Jovellanos o Feijoo.
El acto de inauguración de esta importante muestra que podrá verse hasta el próximo 5 de mayo contó, entre otros, con la presencia del ministro de Cultura, José Guirao, y del presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, descendiente del historiador canario, nacido en Los Realejos y que pasó sus últimos años de vida en Las Palmas de Gran Canaria.
José Guirao, que estuvo acompañado durante esta visita por la escritora y presidenta del Patronato de la Biblioteca Nacional, Soledad Puértolas, reconoció que había venido a este acto "sobre todo a aprender. Conocía algunos de los trabajos de Viera y Clavijo pero me ha sorprendido todo lo que hizo, desconocía su faceta como naturalista y que en Madrid estuvo al servicio del marqués de Santa Cruz como preceptor de su hijo".
Acercarse al mundo y a la obra de José de Viera y Clavijo representa adentrarse en una de las mentes más cautivadoras y prolijas de un momento de la historia. Viera y Clavijo no sólo fue el autor de una de las obras más celebradas y conocidas: Historia de las Islas Canarias. Este estudioso incansable también dedicó parte de su tiempo a la ciencia, a la poesía, novela, teatro, botánica y por supuesto a la historia. Como gran visionario fue el primero en hablar de ecología cuando en esos momentos ni se sospechaba que llegara a existir una materia como ésta. Se cuenta como anécdota que al ver podar de raíz los árboles en Gran Canaria se llevó las manos a la cabeza porque no entendía que se hiciera ese atropello a la naturaleza.
La amplia lista de invitados que acudieron a la inauguración de esta muestra, titulada Viera y Clavijo. De isla en continente, y que ha contado como comisario con Rafael Padrón, director de la cátedra Viera y Clavijo de la Universidad de La Laguna, se quedaron en su mayoría sorprendidos por la variedad de temas y de aspectos científicos que fueron tratados y descritos por este tinerfeño.
Desapercibido
Hasta para el ministro de Cultura, José Guirao, resultaba incomprensible que una figura de este nivel haya pasado desapercibida durante tanto tiempo, por lo menos en la complejidad y amplitud de sus aportaciones.
Para el comisario de la muestra, Rafael Padrón, la única razón que puede explicar ese desconocimiento sobre el talento y la importancia de Viera y Clavijo hay que buscarlo en la "pérdida de la memoria histórica". Sin obviar que al tratarse de una figura que se vincula en exceso con Canarias, siempre puede ocurrir que su trascendencia se minusvalore, al ser un autor de la periferia, "aunque para ser justos hay que tener en cuenta que no sólo habló o trabajó sobre las islas".
Padrón insistió en destacar que esta exposición "debe verse como el inicio de un reconocimiento nacional, pero también debe ir más allá. Es una figura de gran valía que necesita que se continúe con esta divulgación en todos esos países de Europa que recorrió y en los que también aportó su conocimiento".
Una de sus obras más valoradas, y que publicó en 1799, Diccionario de historia natural de las Islas Canarias, incorpora de forma poética una lista bastante completa de las distintas variedades de plantas que existían en el Archipiélago. Algunas de sus descripciones puede que con el paso del tiempo hayan quedado algo obsoletas, pero como reconoció uno de los promotores de esta exposición, el presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, Tomás Van de Walle, "los historiadores tienen que hacer referencia y acudir a Viera y Clavijo, en él está todo. Hace poco un topógrafo que estaba trabajando en la isla también tuvo que ver los trabajos previos de este autor, y mira si han pasado años".
La sala Hipóstila de la Biblioteca Nacional que acoge esta exposición se quedó pequeña ante la gran afluencia de invitados, personalidades del mundo de la ciencia, políticos como el consejero de Turismo y Cultura, Isaac Castellano o el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, que no quisieron perderse la oportunidad de ver de cerca el enorme legado de un erudito canario, que merece sin duda una mayor difusión nacional.
