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Crítica Festival de Música de Canarias

Inmenso Achúcarro, con la Orquesta de Cadaqués y Anu Tali

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Charla del músico Joaquín Achúcarro con los alumnos del Conservatorio

Joaquín Achúcarro es historia viva y en activo. Su nueva presencia festivalera ha sido triunfal. En la segunda década del siglo XXI y con 65 años de presencia en las grandes salas de España y del mundo, mantiene intactas la nobleza del estilo, la inspiración, la sobria y aparentemente fácil pero completa técnica, la pulsación en volúmenes medios, nunca estridentes ni teatrales, y el elan expresivo que le han convertido en una leyenda, como lo fue Larrocha el siglo pasado. La excelencia de su música en paralelo con su longevidad le hace comparable a Rubinstein o Horowitz. En este FIMC, la gloria del piano ha tenido tres oficiantes míticos: Pires, Argerich y él. No cabe pedir más.

El Cuarto concierto para piano y orquesta de Beethoven es, en las manos de Achúcarro, la pieza sagrada que merece -así lo creo- la consideración suprema entre todas las de su especie. Nuestro intérprete lo hizo sentir desde los acordes que abren un primer tiempo de pura orfebrería, que en los temas y sus variaciones desarrolla el advenimiento de algo tan extraordinario como el andante que le sigue: esa confrontación de la materia y el espíritu, la voluntad y el ensueño, el ser y el deber ser, la vida humana en definitiva, en el que Achúcarro esencializa el sonido y lo embellece hasta el éxtasis, para entrar poderosamente en la jubilosa afirmación del vivace final, tan beethoveniano. ¡Admirable!

Muy experta y muy artista, la directora estonia Anu Tali abrió el programa con las cuerdas de la Orquesta de Cadaqués en las deliciosas Vistas al mar de Eduard Toldrá, desenfadada y optimista la primera, intensa como una plegaria la segunda y magníficamente bailada la última. Tras un correcto servicio al pianista, concluyó la velada con todos los miembros de la excelente plantilla de tipo medio en la Sinfonía italiana, cuarta de las de Mendelssohn. Felizmente expresiva, desplegada en sus tempi idóneos y planteada desde el sabor y la influencia mediterráneos, muy bien asumidos por la joven maestra de la sombría región báltica.

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