La 52ª Temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria dará oportunidad a Sergio Escobar de debutar en España próximamente con el Don Carlo de Verdi, un "papel fetiche" que quería hacer en su país, confiesa el tenor.

Un artista que deseaba tener ocasión de interpretar ante sus compatriotas al protagonista de ese emblemático título de la lírica, después de haber triunfado con él en históricos teatros de Italia, donde se inició en ese rol, así como de Alemania, Japón y otras latitudes.

Enfrentado ahora al reto de mostrar su versión del Don Carlo al público español, al presentar en rueda de prensa tres funciones de esa pieza que ofrecerá los días 19, 21 y 23 de febrero la Temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria-Alfredo Kraus, Escobar no ha ocultado este jueves sus emociones encontradas.

Ya que el deseo de ver cumplido un sueño se conjuga en este proyecto con el nerviosismo de verse sometido al juicio de los espectadores "de casa", y más aún por la circunstancia de que este debut vaya a tener por escenario la capital isleña, cuna de Kraus. Puesto que se trata de un lugar donde se nota "la afición" y la "escuela" lírica que existen, ha asegurado el cantante, que ha subrayado su parecer de que eso debe ser producto, "seguramente", de la influencia del desaparecido "maestro" canario.

Sergio Escobar destacó que todos esos factores se sumarán al esfuerzo que, de por sí, conlleva encarnar un papel que, en el aspecto técnico, "vocalmente es, si no el más difícil de Verdi, uno de los dos más difíciles, con el de Radamés" de su "Aida".

Si bien se ha mostrado confiado en el éxito de esta producción de Don Carlo, en la que la asociación Amigos Canarios de la Ópera, promotora del festival, cuenta además con un reparto "excepcional", integrado en su totalidad por "cantantes de primerísima fila", según aseguró su director artístico, Ulises Jaén.

Quien ha aludido, como prueba de sus palabras, a la participación en el espectáculo, entre otros, de la soprano Rebeka Lokar, la mezzosoprano Varduhi Abrahamyan, el bajo Rubén Amoretti y el director musical Sesto Quatrini.

Como responsable en esta ocasión de la orquesta que tocará la partitura de Verdi y de ensamblar su música con las voces y las actuaciones de sus intérpretes, Quatrini manifestó también las dificultades que comporta su misión. La cual ha comparado con "una subida al Everest", por la variedad de sones y la abundancia de piezas en las que hay que llevar casi al límite agudos o graves que incluyó en su creación el compositor, por un lado, pero también por la relevancia que en ella tiene la parte escénica, por otro.

A ese respecto, el director ha llegado a expresar que, en su opinión, "el Don Carlo no es una ópera, es una obra teatral musical". Razón por la cual, a diferencia de lo que ocurre con otros títulos, al representarla "tiene que haber un matrimonio perfecto entre la música y la escena", ha explicado.

Sesto Quatrini ha alabado, pese a todo, la suerte que supone contar con el equipo de cantantes que se ha reunido para esta producción, aunque ha aclarado que eso, en parte, facilita su labor, pero también, a la vez, le obliga a ser más meticuloso en su tarea. Porque, "con un reparto con unas voces así, el director tiene que dar un paso atrás, para no encarcelarlos" ni restar sonoridad a sus interpretaciones, ha argumentado.

Con unos y otros, Amigos Canarios de la Ópera confía en que el teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria acoja un Don Carlo que sea "memorable", ya que la organización tiene la convicción de que "no podía haber elegido mejor" el conjunto de artistas que ha reunido, en palabras de Ulises Jaén.