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La ambigüedad como arte

Tyto Alba recrea la vida del enigmático pintor francés Balthus al tiempo que el Museo Thyssen-Boremisza exhibe su obra

Antoniette rechaza, una vez más, la propuesta de matrimonio de Balthus. LP / DLP

Muchos han sido los artistas cuyas vidas el dibujante catalán Tyto Alba ha trasladado al noveno arte en estos últimos años. Frida Kahlo y Chavela Vargas ( La casa azul), Carles Casagemas y Pablo Picasso ( La vida) o Fellini (Fellini en vida) son algunos de ellos, y el resultado ha supuesto una delicia para los seguidores de los pintores, músicos o cineastas homenajeados.

En dichos títulos, además, siempre ha destacado, por parte del ilustrador nacido en Badalona, un sabio conocimiento de los códigos esenciales por los que hay que manejarse en un medio como el cómic. Todos han resultado títulos de fácil lectura, con viñetas de líneas claras y apacibles, pero a su vez metafóricas y ambiguas, donde la imagen adquiere un protagonismo absoluto y donde los textos se reducen a lo más significativo, que es la regla número uno de un medio incomprendido como pocos.

Por tanto, todas las obra de Alba se han convertido hasta ahora en títulos de ágil lectura, lo cual no significa fácil o asequible, más bien lo contrario, ya que el artista incluye un gran números de detalles referentes a la vida y obra de dichos personajes que pueden pasar desapercibidos incluso para los lectores más avispados, y que hacen necesarias varias relecturas para poder absorberlos en toda su profundidad y transversalidad. Títulos tan imprescindibles como Dos espíritus, El hijo, o Tante Wussi son ejemplos sobresaliente de esto.

Sin embargo, cuando creíamos que Tyto Alba había tocado techo en una de las carreras más interesantes e inteligentes del cómic nacional, aparece este Balthus y el conde de Rola, la biografía de uno de los pintores más enigmáticos y polémicos de los últimos años que coincide con una retrospectiva suya en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza hasta el 26 de mayo.

Y lo más curioso es que el estilo figurativo del autor francés, fallecido en 2001, es el más similar al del propio Alba, guardando las distancias, por supuesto, entre dos artes.

Sea como fuera, el nombre de Balthus (1908-2001) está asociado a la polémica. Y cuadros como Thérèse soñando, La calle o La lección de guitarra han sido pasto de una censura que veía en ellos indicios de abuso sexual o pederastia, consideraciones nada convincentes a día de hoy ya que el maestro jugó con los contrastes, creando una obra singular que alternaba misterio con realidad y erotismo con inocencia, y que muchos advenedizos no supieron interpretar.

Alba combina los tiempos situando al pintor en su infancia, juventud y vejez sucesivamente, y mostrando las peculiaridades de sus relaciones con sus esposas Antoinette y Setzuko, en un estilo suave y a la vez tenebroso. Sin embargo, el autor de Sólo para gigantes deja una pequeña sorpresa en un final maestro en donde el artista plantea dudas sobre su creación.

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