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Entrevista | Antonio Fornés

"Todas las personas valen lo mismo pero sus opiniones, no"

"Vivimos una época en la que declararse religioso está visto como un demérito racional", afirma el teólogo y filósofo, que da las claves para alcanzar la sabiduría

"Todas las personas valen lo mismo pero sus opiniones, no"

Guíeme para hacer el viaje a la sabiduría.

La sabiduría comienza siempre por las preguntas y a partir de ahí cada uno debe labrarse su propio camino.

Supongo que habrá preguntas inevitables.

Sí. Todos deberíamos preguntarnos por el milagro de la existencia. Hay que caminar mirando siempre hacia nuestro interior, hacia la espiritualidad.

¿Cómo se llega a vivir plenamente?

Nuestro ser inquieto y angustioso nos diferencia de los animales. Siempre nos cabe un poco más de felicidad y de infelicidad. El hombre vive apoyado en el pasado pero mira inevitablemente al futuro. Intentar que nuestra vida sea lo más plena posible es una obligación y eso se logra no desaprovechando nuestra existencia.

¿Debo empezar por aprender a estar sola en una habi- tación como recomendaba Pascal?

Sin duda. El hombre prefiere la distracción y ahora de manera salvaje para correr hacia un precipicio. Hay que saber estar solo, reflexionar sobre nuestra vida y, sobre todo, sobre su sentido.

Y así seré feliz...

La filosofía no nos hará más felices, ni ricos, ni guapos pero sí más humanos. Solo somos insustituibles cuando pensamos y, sobre todo, cuando hacemos autoreflexión.

¿Qué le aporta a su estabilidad emocional su condición de católico?

Tan racional es ser creyente como no serlo. La existencia de Dios no se puede probar pero su inexistencia, tampoco. No creo que la religión católica sea de estabilidad emocional porque es una religión revolucionaria y más progresista que los falsos progresismos. El católico mantiene siempre una lucha interior. Es más fácil ser de otra religión que ser católico.

Declararse hoy católico en público parece no encajar bien con el pensamiento progresista políticamente correcto.

Vivimos una época en la que declararse religioso está visto como un demérito racional. Hemos abandonado nuestra sociedad occidental al secularismo eliminando a Dios pero pretendiendo vivir como si no lo hubiéramos eliminado.

Dios ha muerto, según Nietzsche.

Las sociedades secularizadas están condenadas a ser controladas por aparatos policiales porque no hay autoridad que nos diga lo que no podemos hacer. Sin Dios desaparece la moral, los valores y se acaba desmoronando la estructura política.

¿No le parece egoísta el consejo de Pascal de creer en Dios a toda costa porque si aciertas ganas y si te equivocas no pierdes nada?

Es egoísta pero el hombre siempre trata de elegir lo que le viene mejor. La vida sin Dios es el horror, la náusea y la falta de esperanza. Yo elijo la esperanza porque la razón llega hasta donde llega y no puede dar contestación a todo. En ese ínterin hay que apostar por el horror o por la esperanza.

Sócrates no se inmutó cuando le condenaron a muerte.

Seguro que se inmutó pero pecó de vanidoso al no estar dispuesto a retroceder en sus planteamientos. Se mantuvo firme al defender su ética y los atenienses se arrepintieron de condenarle a muerte, le ofrecieron huir, y él se negó.

¿Cómo se desenvuelve usted en el ruido de las redes sociales?

Regular. Siempre han existido fake news pero lo que sucede ahora es que se han eliminado todos los filtros y cualquier indocumentado puede enviar cualquier mensaje. Esto sucede por el desprestigio total que han sufrido las humanidades. Cualquiera puede opinar porque hemos confundido las opiniones con las personas. Todas las personas tienen el mismo valor y lo digo porque soy cristiano pero sus opiniones, no.

¿Por qué cree que los políticos se esfuerzan tanto en dar la impresión de que no tienen dudas?

Porque la mayoría son unos ignorantes. No te puedes fiar de un político que no tiene dudas.

Quizá los votantes quieren políticos sin dudas.

Sí. Hay una rebaja brutal del diálogo y del pensamiento político. Todo se reduce a la inmediatez y por lo tanto todo es vulgar y superficial. Se apela a los sentimientos mediante intercambios de monólogos carentes de reflexión. La pobreza política es absoluta y son todos unos reaccionarios porque hablan de ideales muertos hace años.

¿Es consciente el universo de su supuesta existencia?

No existe. Si no hubiese hombres es dudoso de que existiera el mundo. El hombre ilumina al universo.

Yo pienso, luego existo. Así que soy más inteligente que todo el universo. ¿En qué me equivoco?

Es que el universo no es inteligente ni tiene conciencia. Me puede aplastar pero no sabría que me está aplastando.

¿No es triste que uno sea un mero ser para la muerte, según Heidegger?

Más que triste es un hecho irreversible. La única certeza del hombre es que morirá y eso determina el sentido y el sinsentido de la vida. Hay que reflexionar sobre la muerte para dotar de sentido a la vida. Eso ayuda a tomar decisiones sobre el acontecimiento más importante de nuestra existencia que dura menos de 30 segundos.

Quizá damos demasiada importancia a la vida que no es más que un insignificante paréntesis de nuestra muerte eterna.

No estoy nada de acuerdo. El único absoluto que tenemos es la vida y hay que darle importancia. El universo se divide en dos mitades: yo y el resto de la humanidad.

¿Qué tenemos que hacer por los demás seres humanos para ser dignos de esa condición?

Tener presente que en un mundo sin moral nadie es mejor que nadie y por lo tanto todo está permitido. El planteamiento religioso apela a la compasión y no al utilitarismo de moralinas como la de Sartre.

¿Por qué la mentira se ha llegado a convertir en la estrella de las redes sociales, los púlpitos de nuestra época?

La mentira siempre ha estado ahí pero ahora vivimos en un mundo confuso, desordenado y caótico por la falta de filtros. Cada vez es más fácil hacer cosas siendo un perfecto idiota.

¿Qué partido le resultan ética y moralmente más detestable: Vox o Podemos?

Son diferentes. Ir contra los radicales es absurdo. Los cordones sanitarios son puro fascismo y decidir qué ideologías están más cercanas a la verdad no es bueno. Lo que está claro es que la democracia en Occidente está en decadencia.

¿Por qué?

Porque ya no queda democracia liberal en Europa.

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