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Música

Keith Flint, que actuó en Santa Cruz de Tenerife en 1998 con The Prodigy, muere a los 49 años

El vocalista de la banda británica acabana de regresar de una gira por Australia

Keith Flint, durante un concierto en la Isla de Wight, en 2006. Alessia Pierdomenico / Reuters

12 de junio de 1998. Santa Cruz de Tenerife. El día ya transitaba por la madrugada de la siguiente jornada y por el escenario ya habían desfilado Unión Lírica, Alien Fish, Species, Las Ratas y Buenas Noches Rose cuando, de repente, sonó una alerta en el Recinto Ferial: un tipo, en inglés, cogió un micrófono y anunció el avistamiento. The Prodigy, que entonces agitaban el mundo al ritmo de los 10 temas que formaban The Fat of the Land, apareció en escena y la velada se convirtió en ciencia ficción: mas que de Essex (Reino Unido), aquellos cuatro tipos -Liam Howlett, Keith Flint, Maxim y Leeroy Thornhill- parecían procedentes de Marte.

20 años después de aquella noche en el Pop Rock Festival 98 de Santa Cruz de Tenerife -en un recital marcado por el malestar de la banda por la calidad de los equipos de sonido y un incidente con un extintor entre las primeras filas del público-, The Prodigy se quedó ayer huérfano del más marciano de sus miembros. Keith Flint, con 49 años, decidió terminar con su paso por este mundo. Así lo anunció la policía de Essex y más tarde lo confirmó su compañero Liam Howlett, quien admitió sentirse "conmocionado, jodidamente rabioso, confuso y con el corazón destrozado" por la muerte de Flint -con el qu acababa de compartir días de gira por Australia-.

Howlett y Flint, el núcleo atómico de The Prodigy, se conocieron -como no podía ser de otra manera- en una rave. Con el gusto por la música electrónica como común denominador, los dos pusieron en marcha un proyecto que más de dos décadas después ha despachado cerca de 30 millones de discos -de esa cifra, 12 millones se vendieron por The Fat of the Land-.

Fue el genio de Flint el que sacó a The Prodigy de la clandestinidad. Tras ejercer, en los primeros años de la formación, como bailarín, en 1996 -tras la incorporación del rapero Maxim- firmó la letra de Firestarter. El tema, que funcionó como el primer single de The Fat of the Land, se convirtió en número uno en Reino Unido tras desbancar -de una patada- a Take That con su canción How Deep is Your Love.

El vídeo de Firestarter multiplicó el ruido alrededor de The Prodigy. La BBC, tras recibir multitud de llamadas de padres con hijos aterrados por el clip, decidió emitirlo sólo de madrugada. El éxito de ese tema, combinado con la dósis extra de polémica, animó a la banda a dar un paso al frente con su siguiente single: Smack My Bitch Up, primer corte de The Fat of the Land y considerado por los espectadores de la MTV como el vídeo más ofensivo de la historia.

Profetas del tecno

Con esa canción, The Prodigy alcanzó sus más altas cotas de éxito, provocación y escándalo. En 1998, el negocio de la música giraba a su alrededor. La revista Rolling Stone, entonces, apuntaba que el tecno era el sonido del final del milenio y The Prodigy, los elegidos para liderar ese asalto. Así se presentaron en Tenerife hace 20 años. Y a base de electrónica, punk rock y hip hop, aquella banda de marcianos levantó del suelo a los presentes en el Recinto Ferial -espacio que aquella noche no se llenó, registro que sí había alcanzado semanas antes con Alejandro Sanz-. Sólo el error de Zubizarreta, horas después, ante Nigeria en el Mundial de Francia, devolvió a todo el mundo la condición de terrenal.

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