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Entrevista | Juan Manuel de Prada

Juan Manuel de Prada: "El éxito es un mal compañero, te aparta del trabajo y sepulta tu vocación"

"Esta novela tiene el poso de la vida y a medida que uno se va haciendo viejo mete más de sí mismo", afirma el escritor

El escritor Juan Manuel de Prada. La Provincia / DLP

Su nueva novela Lucía en la noche es un regreso al Lucía en la nochethriller,

Efectivamente. Escribí ya una novela de misterio, L a tempestad, y esta es una novela muy distinta, creo que más madura y a la vez más sencilla y personal. Allí los misterios eran por unos crímenes y aquí nace de una mujer [Lucía], la protagonista, que irrumpe en la vida de un escritor [Alejandro Ballesteros] que está atravesando una fase además bastante penosa, en un momento de bastante degradación en el que ya ni siquiera tiene ganas de escribir. Y Lucía lo transforma, lo redime, trae la luz a su vida, pero luego desaparece y deja a Alejandro totalmente roto, que se dispone a saber quién era Lucía. Empieza a investigar y encuentra cosas que no sabía y que empiezan a darle una imagen totalmente distinta a la que él se había creado, o a la que ella había pretendido transmitir.

La novela está narrada en primera persona y las claves que definen al personaje masculino conducen a un ejercicio de autobiografía. El hastío por el oficio, la popularidad que no era lo que buscaba y la presencia de una mujer que redirecciona su vida. ¿Cuánto de autobiográfico tiene Lucía en la noche

Decir autobiográfico sería excesivo. Yo diría que esta novela tiene el poso que la vida te va dejando, y a medida que uno se va haciendo viejo en su obra mete más de sí mismo; por la experiencia de la vida su conocimiento del alma humana crece, y entonces en sus personajes pone mucho de sí mismo. Pero digamos que no es una autobiografía porque sean hechos que me han ocurrido a mí, sino más bien que yo he pasado por esos paisajes vitales por los que ha pasado el protagonista. Conozco bien ese sentimiento que a veces asalta al escritor cuando pierde la ilusión por el oficio, cuando después de un éxito estrepitoso viene después el hastío, e incluso la traición a tu vocación.

¿La popularidad tras el Planeta se reveló como una situación que no buscaba como escritor?

El éxito en general es un mal compañero para el artista, para el creador. Al principio parece que es un excelente compañero porque a todos nos gusta tener una repercusión, un público, pero el éxito te aparta de tu trabajo, te trastorna por completo y sepulta tu vocación porque resulta que dedicas más tiempo a cosas que nada tienen que ver con tu oficio propiamente dicho. Estás todo el día viajando: conferencias, actos sociales, y estás siendo tentado y halagado de mil y una maneras. Luego todo esto tiene una resaca demoledora ya que todo esto es como un tsunami que entra en tu vida, la barre, la desbarata por completo.

Un artista sin público, un escritor sin lectores, al que no le llega la popularidad, tampoco es buen negocio.

Una respuesta tiene que haber porque trabajar en el vacío puede llegar a ser muy duro e insoportable. Es bueno que el artista tenga una consideración. Y creo que el éxito descomunal que a veces favorece la sociedad de masas y el consumismo es demoledor y vacía al escritor, al artista. Hay que tener mucho cuidado con este tipo de éxitos. Yo además lo padecí a una edad muy temprana, era un veinteañero, y la verdad es que me costó salir de esa vorágine. Hace 25 años que publiqué mi primer libro comercial, y he publicado 20 libros o más, diez novelas, y he demostrado un tesón, una fidelidad a este oficio, y hay muchos lectores que valoran que haya desarrollado una obra seria a lo largo del tiempo.

El personaje de Lucía y las situaciones en que se ve envuelto el escritor le dan licencia para hablar de los males y las preocupaciones de la sociedad contemporánea, de arrojar luz sobre la falsa verdad a que nos acostumbramos.

Sí, vivimos en un tiempo en el que se habla mucho de las fake news, expresión por cierto que me parece patética, porque en español siempre hubo expresiones como bulos o intoxicaciones para definir este fenónemo. Se habla mucho de esto, pero en realidad estos bulos o intoxicaciones no me parecen tan peligrosos, son noticias tan falsorras que enseguida son desmentidas. Me preocupan mucho más las versiones oficiales que proceden de instancias muy respetables, de instituciones públicas o privadas más reconocidas a nivel mundial, y muchas de esas versiones oficiales son absolutamente simplistas, falsas, porque es una falsedad más sibilina. Estas versiones oficiales inoculan a la gente visiones simplistas de la realidad, y creo que en un momento como el presente donde la realidad es tan compleja, lo que se necesita es discernimiento, capacidad para afinar en los juicios, se necesita ser muy fino. En concreto, en la novela se reflexiona sobre algunos de los miedos que sobrevuelan las sociedades contemporáneas: el terrorismo islámico, conflictos en Oriente Próximo, flujos migratorios, problemas o miedos que se utilizan para hacer a la gente más manipulable.

¿Son los efectos nocivos de la sociedad de la información?

Creo que esto contribuye al esquematismo y a la fanatización y al encallamiento también de la sociedad. Las redes sociales se están convirtiendo primero en un vomitorio colectivo donde todo el mundo saca sus peores pasiones, pero también se desvirtúa el periodismo. Con lo que están haciendo Facebook, Twitter y etcétera, con el poder y alcance que tienen es banalizar la información, reducirla a titulares sensacionalistas y están convirtiendo a los medios de comunicación, incluso a los más serios, en meros proveedores, y por tanto están destruyendo el oficio periodístico. El día en que las empresas periodísticas no puedan pagar a sus periodistas, esas sociedades estarán sometidas al poder del dinero, de las grandes corporaciones. La gente en su obsesión por gorronear, que todo le cueste cero, está contribuyendo a este fenómeno. Una prensa fuerte hace una sociedad fuerte; una prensa débil, es la quiebra de la sociedad.

La película Vértigo,

Es un homenaje al cine clásico y a Hitchcock en particular. Es una novela muy cinematográfica y su esquema es muy similar a Ciudadano Kane: allí había un periodista al que le encargaban descubrir la verdad sobre el magnate protagonista de la película, y aquí ocurre esto, pero digamos que es un homenaje a Vértigo, porque los misterios que se esconden en esta novela parten todos ellos del misterio de una mujer como ocurría en Vértigo con Kim Novak. Una mujer que se oculta, que no se muestra como es, qué hace y por qué lo hace, y el motor de la trama es la obsesión amorosa del protagonista masculino, como ocurría con James Stewart en Vertigo.

Estamos en vísperas de un proceso electoral, el 28 de abril, y en un contexto en el que aflora la ultraderecha y permanecen fenómenos como el separatismo catalán. ¿Qué lectura se puede hacer de la España actual y hacia donde camina?

La impresión, en líneas generales, es que España se ha convertido en un país ingobernable. Desde hace años la fragmentación política y social es cada vez mayor, y que en estos momentos, la sociedad española está muy enfrentada y dividida, y que la división política nos va a llevar a situaciones complicadas en los próximos años que no sé cómo se solventarán. No sé si habrá alguna reacción o si vamos a un país ingobernable. En estos momentos no encuentro líderes políticos con esa grandeza que permita afrontar los problemas con altura de miras, aunando voluntades, con generosidad y autoridad. Y con el problema catalán solo veo a gente que solo habla de diálogo, y no saben de qué hablan, y otros que solo tienen el 155 en la boca, como si fuera a solucionar el problema catalán, Me preocupa, y me pasa como a Quevedo, veo que los muros de la patria están desmoronados.

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