El 19º Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria recupera con Déjà vu: siete mujeres una serie de películas de autoras que fueron pioneras en su forma de concebir el cine, tanto por la temática tratada, como por la forma y estilo que adoptaron a la hora de trazar su trayectoria.

Así, este apartado que rescata del olvido títulos que, en muchas ocasiones, sólo fueron vistos en citas cinematográficas y que permanecen en la memoria del cinéfilo, mostrará siete joyas imprescindibles de autoras que pusieron el foco, según afirma la programadora Gloria Benito, “en personajes femeninos que sitúan a la mujer dentro de la realidad histórica y social, haciéndola suya y visibilizando lo que por mucho tiempo fue invisible”.

El público tendrá acceso a la versión restaurada y copias digitalmente remasterizadas de filmes que, siendo muy diferentes en formas y contenidos, ofrecen una “reflexión feminista sobre la forma distorsionada con que se representa a la mujer en el cine y en la sociedad”, subraya Benito en el texto que acompañará a Déjà vu en el catálogo de la edición.

Los títulos que rinden tributo a la mirada de la mujer y al lugar que ocupa en los grandes festivales de cine son la oda al feminismo de Agnès Varda L’une chante, l’autre pas (1977, Francia); el retrato íntimo de una mujer que busca el equilibrio Les rendez-vous d’Anna (1978, Francia) de Chantal Akerman; el clásico magistral Wanda (1970, EE.UU.) de Barbara Loden, mujer de Elia Kazan que, sin duda, influyó en la evolución que el realizador experimentó en sus creaciones; la poética The Juniper Tree (1990, Islandia) de Nietzchka Keene, protagonizada por una joven Björk sobre las trágicas consecuencias de la misoginia; la semi-autobiográfica Losing Ground de Kathleen Collins, una de las pioneras afroamericanas que enfrentó a una profesora de filosofía a la respuesta emocional de los celos; el clásico de culto Queen of Diamonds, de Nina Menkes, un título que, desde una óptica experimental retrata la alienación de una empleada de un casino de Las Vegas; y la ganadora del Oso de Oro de Berlín de 1977: The Ascent, de Larisa Sheptiko, una obra maestra del cine soviético: filosófica, humanista y de indiscutible sensibilidad y belleza.