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Ni un paso atrás

'Es personal. Poéticas sobre trabajo, violencia y género': Margolles y Framis en el Gabinete Literario

Ni un paso atrás

A la hora de analizar el lugar que ocupa el arte feminista dentro de la historia del arte hay que distinguir entre el arte hecho por mujeres de lo que es el arte feminista propiamente dicho. Porque si el primero es en la mayoría de las ocasiones exactamente igual, en cuanto a temas y géneros, al realizado por hombres, el segundo pretende ser diferente, tratar otros temas y alterar los valores tradicionales del arte, como la representación, las estrategias materiales y la estética, examinándolos desde la óptica feminista.

Pero resulta esclarecedor que la mayoría de las veces el arte feminista suela ser a la vez arte hecho por mujeres, como si fueran las mujeres las únicas realmente concienciadas con la voluntad de denunciar el machismo. Del mismo modo, es inexplicable que las mujeres artistas sean tan poco visibles en exposiciones, ferias y galerías a pesar de que las facultades de Bellas Artes vienen estando pobladas por mujeres en más de un 70% desde los años noventa.

Como respuesta a todo ello, el equipo de creación, teoría y gestión PSJM, compuesto por Cynthia Viera y Pablo San José, ha comisariado Es personal una exposición, que responde a algunos de estos interrogantes.

El título de la muestra proviene de una sencilla frase: "lo personal es político", que a pesar de su aparente simplicidad supone un enunciado tan potente que rápidamente se convirtió en lema del movimiento estudiantil y de la segunda ola del feminismo. Ello fue posible porque esas cuatro palabras ponen el acento en las conexiones entre la experiencia personal y las estructuras políticas, porque si bien lo público ha sido considerado el espacio de lo político, de las leyes y de la razón (es decir de lo masculino), en el ámbito privado se ejerce asimismo otro poder político, de dominación y opresión, del hombre sobre la mujer.

Pero paradójicamente, cuando se da un poder de dominación, puede darse un contrapoder de emancipación y liberación, si bien la dicotomía entre lo público y lo privado deba ser superada primero.

Con ese objetivo Es personal habla del trabajo, de la economía y de la supuesta objetivación del machismo en ambos, porque cuando las mujeres son marginadas de los puestos de responsabilidad se pone como excusa: 'es la economía, no es algo personal', a pesar de que el paro y el machismo siempre lo son, porque afectan a personas, no a números, ni a seres abstractos. De tal modo todo Es personal porque afecta a personas de carne y hueso, que tienen vidas, proyectos y sentimientos.

Como ejemplo baste recordar que este año comenzó con ocho mujeres asesinadas a manos de su pareja o expareja. Pero ocho es mucho más que una cifra, porque ese número esconde ocho vidas y ocho familias llenas de tragedias que convierten a ese dígito aséptico en algo personal, porque no es otro dato sobre la "violencia doméstica", como insiste el lenguaje políticamente correcto, es simplemente violencia contra las mujeres, por el simple hecho de serlo.

Este es el significado de la muestra, articulada de forma bicéfala a través de un diálogo que se establece en la Sala de Arte Social del Gabinete Literario entre las obras de dos artistas de renombre internacional: Alicia Framis (Barcelona, 1967) y Teresa Margolles (México, 1963), pertenecientes a una generación que despuntó en los años noventa y que han representado a sus respectivos países en la Bienal de Venecia.

Estos trabajos de Margolles y Framis muestran la lucha contra la desigualdad, la opresión y la violencia contra las mujeres, porque Pesquisas realizado en el 2016 por Teresa Margolles es una instalación mural que reúne treinta fotografías de esos tristemente famosos carteles de mujeres desaparecidas que cubren las paredes de Ciudad Juárez en México. Su título proviene del nombre que reciben en el país azteca y viéndolos el espectador puede comprobar cómo a través de los años se han ido decolorando y mutilando por obra de agentes externos, como el clima o las personas, que han intervenido en la transformación de estas imágenes hasta volverlas en ocasiones irreconocibles.

Esta denuncia visual del feminicidio está flanqueada por el registro videográfico de dos acciones de Alicia Framis que se proyectan en las paredes adjuntas. Por un lado, The Walking Ceiling realizado el año pasado, es una performance que formaba parte de su gran exposición Pabellón de género aparecida en la sala madrileña Alcalá 31, en la que denunciaba el "techo de cristal".

Con este expresivo término se denomina en los estudios de género a la limitación del ascenso laboral de las mujeres, un techo que limita sus carreras profesionales y es invisible como el cristal porque no responde a unas leyes establecidas oficialmente para limitar explícitamente su carrera laboral.

Para hacer visible lo invisible, la artista pidió a ocho ejecutivas que portaran una placa de cristal apoyándola en sus cabezas. Pero estas trabajadoras de cuello blanco la llevan gracias a una almohadilla que evita que el cristal se deslice, pero que al mismo tiempo las hace parecerse a unas africanas porteadoras de agua o alimentos, lo cual contrasta fuertemente con sus uniformes y el ambiente en el que se desarrolla toda la acción. Del mismo modo su movimiento, al mismo paso, demuestra una falta de individualismo y la sujeción a una autoridad.

Enfrentado a la proyección de este video encontramos otro de la misma artista titulado 8 de junio, libran las modelos realizado el 2006 en respuesta a la invitación de Enrique Loewe a participar en la exposición Take me with you, que formaba parte de la celebración del 160 aniversario de la marca que lleva su apellido. Para ello se pidió a veinte artistas que analizaran la relación entre los individuos y sus bolsos, lo cual aprovechó Framis para realizar un atrevido cambio de roles. Al celebrarse el ocho de junio de ese mismo año una manifestación de protesta contra el uso de modelos muy delgadas en la moda, la artista no contrató modelos femeninas, sino modelos que con un simple bolso de lujo en la mano subieron a la pasarela totalmente desnudos. Los asesores de Loewe decidieron que esta propuesta era inapropiada para la compañía y para su audiencia (no en vano se contaba con la asistencia de la Familia Real a la inauguración) lo cual ocasionó su cancelación minutos después de la presentación a la prensa internacional.

De esta forma la muestra Es personal pone establece un dialogo entre la obra de dos mujeres artistas con el propósito de recordar lo mucho que queda por luchar en la equiparación entre géneros y con el deseo de no retroceder en las conquistas sociales que se han logrado, cuando a pesar de estar viviendo la cuarta ola de feminismo vemos la reaparición de discursos políticos que vuelven a poner en solfa unos derechos que la mayoría considerábamos indiscutibles.

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