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Entrevista | Cristina Quevedo

"Chupita' nos ayuda a los padres a inventarnos una historia mágica"

"Pensé: ¿Qué haría yo para que mi hijo dejara el chupete? Pues inventaría un personaje dulce que se lo llevara", destaca la narradora y dibujante infantil

"Chupita' nos ayuda a los padres a inventarnos una historia mágica"

¿Aporta usted con Chupita un nuevo personaje al imaginario infantil. ¿Cómo es y qué misiones le encomienda?

Una de las cosas que me llamaron la atención es que todos los libros para dejar la chupa eran muy generales: Adiós al chupete, Pepe deja el chupete... Pero no había un personaje tipo el Ratoncito Pérez que viniese y se llevase las chupas de los niños. La historia que cuento nació por mi hijo Pablo y porque una amiga tiene una niña de dos años y me dijo que le estaba costando mucho dejar el chupete. Pensé: ¿Qué haría yo con mi hijo cuando llegue el momento? Pues sería fácil. Inventaría un personaje que viniera, se llevase la chupa y ya está.

Pero, ¿qué aporta el libro?

No solamente ayuda a los niños sino también a los padres a inventarnos una historia mágica. Chupita viene, coge la chupa de los niños y la lleva a las estrellitas que son muy pequeñas en el cielo y les asusta la oscuridad, pero que cuando se ponen la chupa brillan, de tal forma que cuando los niños vean las estrellas brillando piensen: ¡Cuántos se han hecho mayores esta noche porque se han llevado su chupita!

Además del relato, es autora de los dibujos. ¿Qué hechos o experiencias personales la han motivado?

Me encanta diseñar, dibujar y, además, me apasionan los niños. Simplemente cogí un papel y dibujé a la nube Chupita. Quería un personaje dulce y tierno que viniera y se llevase la chupa porque es una experiencia algo traumática para los pequeños al quitarles algo que les calma, aparte de usarla para dormir.

¿Ya había tenido actividad en la esfera infantil antes de nacer su hijo, hace menos de un año?

Siempre me ha gustado la enseñanza. He dado clases a niños. Me apasiona el mundo infantil. Me encanta también escribir y en esta ocasión lo he compaginado.

La nube Chupita intenta que los pequeños dejen el chupete sin traumas. ¿Cree que a esa edad ya saben los niños interpretar las imágenes dibujadas?

Sí. Ya tres niños han dejado la chupa, uno con dos años, otro con dos y medio y un tercero, con tres. Ellos saben que Chupita se ha llevado el chupete a las estrellas.

Nos dice que con su abuela aprendió a amar el dibujo y soñar ante la hoja en blanco. Por desgracia, no todos los pequeños tienen a su alcance un estímulo parecido?

Me siento muy afortunada porque mi abuela tenía pasión por el dibujo. La recuerdo coloreando siempre en su casa todo tipo de cosas. Ella me enseñó a mezclar todos los colores. Estaría muy orgullosa si me viera ahora.

Con ambos padres trabajando, que es ahora lo habitual, los pequeños pasan muchas horas en las guarderías. ¿Es normal el paso de la tierna dependencia a la ilusionada voluntad que Chupita quiere estimular?

Ahora mismo no estoy trabajando, estoy dedicada a mi hijo, pero normalmente trabajo en una empresa familiar a la que regresaré en abril. Como ahora tengo mucho tiempo libre, en las noches de insomnio fue cuando nació el personaje. La chupa es una dependencia que queremos quitarle a los niños de una forma dulce, con una historia, con magia.

Después de esta experiencia, ¿piensa seguir escribiendo y dibujando nuevas aventuras del mismo personaje o ya concibe otros?

Me encantaría crear una pandillita. Primero quiero que Chupita se dé a conocer al menos por los niños de la Isla y cumpla su misión, pero puede tener un amiguito o varios con nuevos cometidos.

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