La banda sueca Europe emprende este vienes en Canarias una nueva gira internacional con un sonido más influenciado por el rock duro del que recuerdan la mayoría de sus seguidores, pero sin ningún problema con seguir tocando sus éxitos de los ochenta, porque les siguen "divirtiendo". "Es verdad que la música que hacíamos en los ochenta suena diferente de que lo que tocamos ahora. Lo que hacemos en este momento se parece más al hardrock de los setenta, a nuestras primeras influencias", asegura el baterista Håkan Jan "Ian" Haugland en la conferencia de prensa de presentación de los dos conciertos que van a ofrecer en Gran Canaria y Tenerife.

Sin embargo, el grupo conserva una buena relación con los megaéxitos que hace tres décadas les hicieron famosos en todo el mundo, como la balada Carrie (1987) y, sobre todo, The final countdown (1986), de cuyo álbum se vendieron 15 millones de copias.

"Con frecuencia nos preguntan si no nos cansamos de tocarla tantas veces", confiesa el teclista Gunnar Mathias Michaeli, "Mic", para de inmediato recalcar que les sigue gustando tocarla, porque esa cuenta atrás fue decisiva para "romper en todo el mundo".

Michaeli asegura que tocar The final countdown en directo aún es especial para Europe, porque el grupo es consciente de que ya no es "su canción", sino que "pertenece al público". "La gente nos da mucha energía y entusiasmo cuando la tocamos, así que sigue siendo divertido", resume. Su colega el baterista Ian Haugland asiente: "No nos cansamos de interpretar esos temas, solo hay que ver la reacción del público cuando tocamos canciones que escribimos hace más de 30 años".

El grupo ha evolucionado hacia un sonido más setentero, pero no ha dejado de cultivar otra de sus referencias: las baladas. Este tipo de temas, reconoce Hugland, son una las claves en el éxito de Europe, le dan acceso a un público más amplio. "Si solo tocáramos los temas más duros, solo vendían chicos a los conciertos y queremos que también vengan chicas".

La conexión con el público femenino da pie a otro asunto, a preguntar cómo llevó el grupo el fenómeno fan de los ochenta y el ser portada de forma reiterada de revistas de gran difusión entre las adolescentes, como fue el caso en España de "Superpop". Hugland bromea con lo que entonces se permitían y con lo que hoy solo pueden hacer con la ayuda de determinadas pastillas, para luego advertir de que es un "gran mentiroso". Pero su compañero John Leven, el bajista del grupo, confiesa: "Fue horrible".

Leven elude entrar en detalles al respecto, aunque unos minutos antes ya había advertido de que el grupo tiene tal colección de anécdotas, que varias veces ha pensado en escribir un libro. Más en serio, el grupo reflexiona sobre la pujanza que estos momentos tienen los países nórdicos en la escena internacional del "heavy metal" y sus diferentes variantes y subgéneros. Ian Haugland, uno de los dos noruegos del grupo, reconoce que les alegra que así sea, pero el tono serio se acaba en cuanto entra a explicar las razones que ve detrás del "heavy" escandinavo.

"Creo que una de las razones por la que los jóvenes escandinavos son tan activos en la música es por nuestros inviernos son jodidamente oscuros y aburridos. Así que necesitas hacer algo si no quiere suicidarte. Te tienes que entretener haciendo deporte, con la música o con algo así", aventura como explicación.

Europe toca esta noche en el Gran Canaria Arena, de Las Palmas de Gran Canaria, y este sábado en el estadio del Peñón, en Puerto de la Cruz (Tenerife), dentro del ciclo Legends live Canarias.