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La superinteligencia

La superinteligencia

Nick Bostrom, director del Future of Humanity Institute, y profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Oxford, uno de los pensadores más avezados del planeta en transhumanismo, publicó su texto paradigmático Superinteligencia, en 2014. Reparemos en su cita del matemático I. J. Good, que fue jefe de estadística del grupo con el que Alan Turing decodificó las máquinas Enigma en la Segunda Gran Guerra. Decía Good, en 1965: "Definamos una máquina ultrainteligente como aquella que puede superar con creces todas las actividades intelectuales de cualquier hombre por muy listo que sea. Puesto que el diseño de máquinas es una de esas actividades intelectuales, una máquina ultrainteligente podría diseñar máquinas incluso mejores; entonces habría, sin duda, una explosión de inteligencia, y la inteligencia humana quedaría muy atrás".

La hoja de ruta que Bostrom se plantea es la de que, una vez alcanzada una inteligencia artificial igual que la humana, es cuestión de poco tiempo que se produzca una "explosión de inteligencia" que produzca conceptos que quedarán inalcanzables para nuestra inteligencia humana, y se entenderá exclusivamente a un nivel al que no podremos acceder, por mera intraducibilidad (casi en el sentido de Willard Van Orman Quine, pero jerárquica). Es evidente que la competencia entre dos o más máquinas semejantes produciría un efecto semejante al de los modelos evolutivos que vemos en la naturaleza, pero a una velocidad impensable. De hecho, dice Bostrom sobre esta programación genética: "En los modelos evolutivos, se mantiene una población de soluciones candidatas (que pueden ser estructuras de datos o programas), y las nuevas soluciones candidatas se generan aleatoriamente mediante mutaciones o variantes que recombinan la población existente. Periódicamente, se reduce la población mediante la aplicación de un criterio de selección, que propicia que en la próxima generación sobrevivan sólo los mejores candidatos. Repetida durante miles de generaciones, la calidad media de las soluciones del grupo de candidatos aumenta gradualmente".

La potencia de desarrollo es, pues, inmensurable humanamente. Bostrom hace los siguientes cálculos: un cerebro de mosca de la fruta tiene unas 105 neuronas, y el de una hormiga tiene 250.000 neuronas. Si la masa de insectos es de 10 elevado a la 19 potencia, y asignamos 105 neuronas a cada cerebro, tendríamos 10 elevado a la 24 potencia de neuronas de insecto en el planeta. De seguido calculamos que en épocas pre-agrícolas había 10 elevado a la potencia 7 humanos, con unas 10 elevada a la potencia 11 neuronas cada humano, lo que da unas 10 elevada a la potencia 18 neuronas humanas, cifra bastante menor que la de los insectos, a pesar de que las sinapsis interneuronales con muy superiores. Traducimos estas cifras a una simulación de ordenador de 10 elevada a la 25 potencia neuronas durante más de mil millones de años de evolución, y para ello se necesitarían entre 10 elevado a la 31 y 10 elevado a la 44 FLOPS de capacidad, siendo que, en setiembre de 2013 el ordenador mayor del mundo proporcionaba sólo 33,9 elevado a la potencia 16 FLOPS: "En décadas recientes, han sido necesarios aproximadamente 6,7 años para que los ordenadores domésticos aumentaran su potencia en un orden de magnitud. Incluso un siglo de ley Moore continuada no sería suficiente para llenar este vacío". Todavía, pues, estamos lejos de un escenario evolutivo que dé lugar a una solución final humana a partir de la Inteligencia Artificial computerizada. Sin embargo, si partimos del punto actual que nos oferta lo ya evolucionado, tomemos la circunstancia de selección entre embriones: "la selección entre un mayor número de embriones produce mayores ganancias, pero esto conlleva un rendimiento decreciente: la selección entre 100 embriones no produce una ganancia siquiera cerca de cincuenta veces la que se podría obtener de la selección entre 2 embriones".

Se dan aumentos máximos del Coeficiente de Inteligencia al seleccionar de entre un conjunto de embriones inferior, de forma que si operamos con 5 generaciones de cada diez obtendríamos menos de 65 puntos, y si operamos con 10 generaciones obtendríamos unos 130 puntos de CI. Esto nos indica que "seleccionar repetidamente al número 1 de 10 durante más de diez generaciones (donde cada nueva generación se compone de los descendientes de los seleccionados en la generación anterior) producirá un mayor incremento en el valor de rasgo que una selección de 1 de 100 de una sola vez", lo cual nos permitiría "mediante la selección de embriones por iteración, comprimir a menos de un período de maduración humana múltiples generaciones de selección.

Éste es un procedimiento que constará de los siguientes pasos: 1. Genotipado y selección de un número de embriones destacados en las características genéticas deseadas. 2. Extracción de células madre de esos embriones y conversión de los mismos en espermatozoides y óvulos, madurando dentro de seis meses o menos. 3. Cruzar el nuevo esperma y óvulos para producir embriones. 4. Repetir hasta que se acumulen grandes cambios genéticos. De esta manera, sería posible llevar a cabo diez o más generaciones de selección en pocos años". Y de aquí que con este método "el nivel medio de inteligencia entre los individuos concebidos de esta manera podría ser muy alto, posiblemente igual o algo superior a la de la persona más inteligente en la población humana a lo largo de la historia", y esta enorme potencia posibilitaría que "Si el uso del procedimiento se volviera más común, sobre todo entre las élites sociales, puede haber un cambio cultural en las normas de crianza que hará ver el uso de la selección como algo que las parejas responsables y formadas hacen. Muchos de los inicialmente reacios podrían subirse al carro con el fin de tener un hijo que no está en desventaja respecto de los hijos mejorados de sus amigos y colegas. Algunos países podrían ofrecer incentivos para alentar a sus ciudadanos a tomar ventaja de la selección genética con el fin de aumentar la reserva de capital humano del país, o para aumentar la estabilidad social a largo plazo mediante la selección de rasgos como la docilidad, la obediencia, la sumisión, la conformidad, la aversión al riesgo, o la cobardía, fuera del clan gobernante".

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