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El gran humorista del surrealismo

La Escuela Luján Pérez exhibe 22 obras gráficas del pintor grancanario Julio Viera hasta el 18 de abril l Se pretende rescatar de los fondos del centro una parte de la obra del autor surrealista

Orlando Hernández, director de la Luján, en la inauguración. josé carlos guerra

La galería de la Escuela Luján Pérez expone veintidós inconfundibles obras del pintor grancanario Julio Viera, que el centro guardaba cautelosamente entre sus fondos, donde demuestra su dominio del dibujo que el autor practica a diario. Dicho octogenario, aunque autodidacta, estudió allí una temporada, así como pintura y escultura, hasta que comenzó sus periplos por Bélgica, París, Berlín, Moscú, Roma y Venecia instalándose definitivamente en Palma de Mallorca. Su estilo se aproxima al surrealismo de Dalí, según dicen, aunque él no está de acuerdo. "Me considero un surrealista realista".

"He colaborado siempre realizando exposiciones en la Luján Pérez, pensando en Canarias aunque me encontrara lejos de las Islas. Hago muestras en muchos países, pero ahora la única importante es la de Las Palmas. Empecé a trabajar en este lugar, bueno, a trabajar no porque el día en que me entere de que el arte es trabajo, lo abandono", señala este artista que se autodefine como "un gran humorista aunque a veces, incomprendido".

En cuanto a las experiencias que ha obtenido de sus viajes por medio mundo, indica que "cada uno me ha supuesto un nuevo sentimiento, cada momento representa algo distinto". Para vivir y crear se ha decantado por las islas mediterráneas. "Me he instalado en Mallorca porque antiguamente resultaba más fácil coger un avión para volar a América y luego ya formé una familia en este lugar. De todas formas, siempre me encuentro en Canarias de pensamiento".

Dalí ha sido presencia constante en las inquietudes de Viera, pero también Don Quijote. "Dalí terminaba los lienzos como una fotografía, sin embargo, yo soy más bien expresionista dentro del surrealismo. El arte de Dalí es completamente diferente al mío. No sé por qué siempre nos han asemejado. Don Quijote, en mi opinión, representa lo eterno. Pienso que no tengo imitadores porque no se atreven. Mi obra es demasiado trabajada", confiesa.

En tres de los dibujos que se exponen en la Luján aparece un texto sobre "el idioma universal del Dibujo". Al respecto, el pintor aclara que "hay que dibujar constantemente. El dibujo es la madre de la pintura y de la arquitectura de todo. Hay que saber trazar, dibujar, para resolver cualquier pintura, para lograr lo máximo". A pesar de contar con lienzos que ofrecen una imagen apasionada o caótica de la realidad, el autor no se considera neorromántico. "A mí me gusta que el público decida lo que ve, lo que quiere que aparezca. Me da igual que me encasillen en una corriente u otra. Lo importante es que la gente diga algo, aunque sea para bien" apunta y ríe.

Del mundo actual y de su inmediato futuro Viera no espera nada "porque si lo hago voy a estar todo el tiempo sentado y no hay derecho. Lo importante para mí es que la gente se mueva y que los espectadores observen los trazos del dibujo y de la pintura y encuentren un sentido a todo ello".Finalmente, el grancanario concluye indicando que "en mi epitafio pondría: Aquí vive Julio Viera, en el sentido de que seguiré viviendo en todas partes en el futuro".

Punto de arranque

Por su parte, Orlando Hernández, director de la Escuela Luján Pérez, explica que el artista estudió en el centro cuando quiso ahondar en la pintura y escultura porque era el único lugar en ese momento donde se podía aprender. "Fue su punto de arranque. Pienso que exponer ahora aquí y ver que cuenta siempre con amigos que recuerdan su obra le supone una motivación especial".

Hernández sostiene que "el surrealismo -que se ha estudiado en la Escuela casi desde su fundación y fue muy apoyado por Felo Monzón-, forma una parte de entender la vida para este autor, tanto de una forma onírica como de mecanismo casi automático de expresión, que también aplica a la escritura donde emplea la sátira y la crítica. Mostramos estos días un libro suyo ilustrado con dibujos de Don Quijote. Creo que Viera se identifica bastante con este personaje. Asimismo, observo una visión, a veces metafísica. En su propia pintura se aprecian cosas colocadas en diferentes espacios para elaborar una especie de confusión. Me parece una forma de entender la vida muy propia de los surrealistas".

En cuanto a sus semejanzas con Dalí, "en mi opinión lo ha utilizado como referencia al haber sido un hombre provocador como él en su actitud vital y mostrar una faceta crítica sobre la sociedad que le tocó vivir. Viera ha bañado su vida y obra con un gran sentido del humor", resalta.

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