¿Qué refleja el single Bañarnos en vaqueros de su activismo feminista?
Creo que es una reivindicación, un canto a la libertad como mujer ya que yo al serlo tengo tendencia a hablar de ellas, pero también un canto a la libertad como alma, como persona en general. Hago referencia a esta frase tan típica sobre quién lleva los pantalones en una relación. Es un guiño a que lo podemos hacer nosotras, a llevar también las riendas de nuestra vida. Nos dicen en casa desde pequeñas que la soledad no está bien, que a ver cuándo te casas y tienes hijos... Pienso que hay que cambiar esto porque a veces sola se está bien. Te permite conocerte a ti mismo, enamorarse de uno mismo para luego poder dar un amor bueno y sano al mundo entero. Podemos ir a por todas porque las barreras al final nos las ponemos nosotras mismas.
Usted ha dicho que "las mujeres tenemos que dejar de compararnos con los hombres e ir por nuestro lado"...
Me refiero a que a veces no nos damos cuenta de que si nos juntásemos a hacer piña nosotras seríamos más fuertes. No nos podemos quedar en la mujer como un producto sino empoderarnos. Creo que nos tenemos que apoyar más entre nosotras y dejarnos de comparar constantemente con los hombres. Formar un equipo y romper todo tipo de barreras.
En sus discos y conciertos, ¿qué es lo excluyentemente femenino?
Al ser mujer y cantautora, ya que los cantautores escribimos sobre cosas que nos han ocurrido a nosotros, las mujeres se sentirán más reflejadas con los sentimientos que transmito sobre un primer amor o una primera ruptura. El feedback que recibo es de muchas niñas y madres que me dicen que parece que la canción la he hecho para ellas porque han vivido una situación igual. De todas formas, mis temas se pueden aplicar también a los hombres porque hablo de los sentimientos, que son muy parecidos en ambos géneros.
Esta canción de los baños en vaqueros, ¿será el emblema de su tercer disco?
La verdad es que por primera vez no he estado agarrándome a la fórmula del disco. Llevo ya dos autoproducidos, Seis peniques y Nota en do, aunque el formato disco no es el moderno porque la gente consume cosas sueltas y la vida de una canción se ha reducido un 80%. A pesar de todo, mis dos discos han funcionado curiosamente, porque tengo un público joven que este formato no lo consume. Esta vez en vez de ir a un disco por año me dedico a la fórmula del single, de sacar un tema y centrarme en él y luego en el siguiente, tomarme las cosas con calma. Pretendo sorprender a la vuelta del verano con una balada con la sinfónica de Bratislava, que ya es una versión más madura y musical mía. Poco a poco surgirá un tercer disco porque también hay muchas ideas que he ido grabando en el estudio cada vez que tengo un rato.
Sus dos discos anteriores han tenido seis millones de reproducciones en plataformas digitales. ¿Cómo me cuenta usted que han sido las ventas del disco físico?
El disco físico, da pena porque se está quedando más obsoleto, sin embargo, aunque mi público sea joven, los fans que vienen a los conciertos a lo mejor siguen queriendo tener algo a lo que agarrarse y poder leer la letra o ver las fotos. El disco es la etapa de un artista que va acompañada de un audiovisual, de unas fotos, de unas letras, de unas historias que contar. Todo se resume en ese álbum físico. Coleccionar y ver la evolución de un artista disco a disco es algo muy bonito. Me ha gustado mucho lo bien que se han vendido los míos. Además le pongo una dedicatoria diferente a cada persona, algo que la gente valora mucho, que le ocupes ese ratito.
Entonces, ¿piensa o no que el soporte en disco acabará desapareciendo, pese a ser el único testimonio duradero de la creación musical?
Como todo se está digitalizando, al igual que el papel, si metemos todo en el mismo saco, los amantes del arte o de la literatura intentamos luchar para que el formato papel o disco no desaparezcan. No tiene nada que ver, como hago yo, escribir una canción en un cuaderno que ponerte a teclear en un ordenador. Soy muy amante del papel, del borrón, de la antigua usanza y seguro que mucha más gente lo defiende, pero es verdad que la industria cambia y hay que ir adaptándose.
¿Cómo valora el concierto en vivo en relación con el medio digital?
No tienen nada que ver. Cuando estoy grabando siempre estoy más triste, pero cuando arranca la gira me siento mucho más feliz. En las redes sociales al final estás solo. La gira te permite acercarte a la gente, abrazar, achuchar, y ver que te están apoyando, te sienten y acompañan. Pienso que eso a los artistas, o al menos a mí, nos retroalimenta y nos da un plus de energía para seguir durando vivos el resto del año en las siguientes grabaciones o en la siguiente promo. El momento gira es muy importante y nos intentamos currar mucho el directo. Es una pena que la música en directo se esté perdiendo bastante porque con el sistema digital te ahorras a los músicos, muchos sueldos y recortas en presupuesto. Pero al final lo bonito es escuchar algo que está sonando en ese momento y que lo haga igual de bien o mejor a lo que escuchas con un café en tu casa en las plataformas digitales.
¿Cómo era su estilo cuando lanzó su primer álbum, Seis peniques , hace dos años?
Fue la primera vez que me senté en un estudio y me autoproduje. Carecía aún de ciertas nociones y tecnicismos musicales. Salió un disco que sonaba más a maqueta, tremendamente orgánico, donde notabas cómo cruje una guitarra o si se produce una desafinación, es decir, que hay gente de la industria que podría pensar que no está bien grabado, pero al final yo le veo la gracia a poder observar cómo evoluciona el artista. Este primer disco fue muy pequeñito e íntimo, pero luego llegó un segundo algo más autoproducido porque ya contaba con más experiencia. Después, he hecho estos singles con una vuelta de tuerca a nivel de sonoridad y global. Lo que une a todos ellos es la esencia: las canciones de amor, el toque de cantautor o la mujer independiente que sigo manifestando y me define.
¿Evolucionó con las canciones de Nota en do , su segundo CD?
De una etapa a otra se evoluciona, ya sea a mejor o a otro escenario. La vida es evolución. Se puede llegar a una etapa más oscura o a una más radiante. En mí se ha notado una madurez a nivel instrumental donde hay más orden y letras más maduras, pero que mantienen un punto inocente, es decir, que intento, según voy creciendo, ser una mujer más independiente, dejar de ser tan niña y saber que sola se está bien. Aunque siga teniendo un punto tierno quiero que mi público vaya creciendo conmigo porque no nos podemos quedar estancados tampoco en la línea del tiempo.
Y en sus conciertos, ¿se cumple el sold out que menciona?
No tengo ninguna queja. En todos los conciertos que hemos hecho ha pasado de todo. En La Riviera de Madrid hicimos un sold out, lo cual hace mucha ilusión, y también en Razzmatazz en Barcelona. Este año volvemos a este lugar y ya hemos vendido casi el 70% de las entradas para un aforo de 2000 personas. También toco en rinconcitos con un aforo más pequeño que me aportan otra experiencia. A lo mejor caben sólo 400 personas, pero con un sold out que me hace tremendamente feliz. Pienso además, que es necesario no abandonar esas salas para no perder la cercanía, y no olvidar de donde vienes y a donde vas. Te pone los pelos de punta ver a muchísima gente en tus conciertos, pero por nada del mundo sacrificaría esas salitas con esos eventos tan íntimos que te hacen pensar en tus primeros pasos.
La cantante con su guitarra y sus propias canciones. ¿Define realmente su estilo el término indie?
¿Qué es indie? Para mí es ser un artista independiente. Hay gente que me dice que soy muy pop y mainstream, mientras que otros me ven muy cantautora e indie, es decir, que aquí estoy yo, esto lo hago yo y me lo guiso y me lo como. Yo me considero indie, pero hago una cosa entre medias, entre cantautora, como enamorada del arte, la poesía y la letra, pero que, sin embargo, intento encontrar la fusión con melodías del agrado de mucha gente, es decir, que se trate de una música que puedas escuchar en familia, tanto para los mayores, los abuelos o lo pequeños. Creo que actualmente hay poca música que pueda escucharse con un concepto de familia y en la que vengan a los conciertos personas de cualquier edad. Eso es algo maravilloso.
