Gran Canaria puede ser el lugar del mundo que quiera. Y en el cine, más. Sus aguas han sido testigo de la obsesión del capitán Ahab por dar caza a la ballena blanca en Moby Dick. Su capital fue Casablanca, en plena Segunda Guerra Mundial, mientras los personajes de Brad Pitt y Marion Cotillard se lanzaban las primeras miradas tontorronas en la trama de Aliados. Santa Lucía, durante unas semanas, se transformó en la aldea de Baler para 1898. Los últimos de Filipinas. Monte León proyectó un futuro distópico en The Titan. Y Palmeras en la nieve puso a Sardina del Norte en el mapa de Guinea Ecuatorial. Ahora, a final de este mes, la Isla se transfigurará en Miami para acoger a otra gran producción cinematrográfica: Wasp Network (Red avispa), un filme que narra la historia de cinco espías cubanos encarcelados en Estados Unidos y que cuenta en su reparto con Penélope Cruz, Gael García Bernal, Ana de Armas, Edgar Ramírez o Wagner Moura, todos bajo la dirección del francés Olivier Assayas.
El proyecto llega a la Isla de la mano de Adrián Guerra. El grancanario ejerce como productor ejecutivo de una película financiada por tres empresas: Nostromo Pictures -compañía que preside él mismo-, CG Cinéma (Francia) y RT Features (Brasil) y que se estrenará el próximo año. El rodaje de la cinta arrancó el mes pasado en La Habana (Cuba), donde se recreará parte de una historia real que transcurrió entre 1998 y 2014, y continuará tras Semana Santa en Gran Canaria -no ha trascendido si todo el equipo cruzará el charco para continuar aquí con la grabación-. En Canarias, la producción deberá permanecer un mínimo de 11 días y contratar a un número concreto de personal local -según su presupuesto- para acogerse a los incentivos fiscales que ofrece el Archipiélago. Esas ayudas económicas, por ejemplo, se convirtieron en 2018 en un reclamo para 71 producciones audiovisuales que eligieron el Archipiélago como escenario y que dejaron, según datos ofrecidos por el Gobierno de Canarias, más de 60 millones de euros.
Wasp Network tiene como argumento una historia explotada, durante las dos últimas dos décadas, a nivel doméstico por la dictadura castrista para cargar contra Estados Unidos, pero que es casi residual más allá del Caribe.
En el horizonte cubano, a partir de 2001, junto a los carteles de la propaganda revolucionaria desperdigados por todo el país que evocaban la figura del Che y los que exaltaban el discurso de Fidel Castro, se colaron numerosos letreros -junto a plantaciones de caña, granos de arroz que se secaban al sol, puestos ambulantes de fruta y guajiros a caballo- en los que aparecían los rostros de cinco desconocidos que respondían a los nombres de Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort, Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar y René González Sehwerert. Todos ellos pasaron de ciudadanos anónimos a héroes del régimen tras ser arrestados en Miami, en 1998, bajo la acusación de espionaje. Conocidos como Los Cinco de Miami, fueron los últimos presos de la Guerra Fría. Pasaron entre 13 y 15 años en cárceles de Estados Unidos y la película -basada en un libro del escritor brasileño Fernando Morais- contará su historia.
Director de culto
Olivier Assayas ha sido el elegido para ejecutar en la gran pantalla la trama tejida por Morais a partir de las vivencias de Los Cinco de Miami. Con una carrera profesional que abarca cuatro décadas, este viernes llega a las carteleras su último trabajo: Dobles Vidas, una comedia protagonizada por Juliete Binoche y Guillaume Canet. Antes, en su hoja de servicios, el director francés ya había firmado joyas como Personal Shopper, con Kristen Stewart, Viaje a Sils María, Las horas del verano, Irma Vep, Cold Water o Demonlover. Capaz de dar forma a comedias, historias íntimas marcadas por la sencillez o cintas de acción -como Boarding Gate, con Asia Argento-, Assayas también ha dejado su sello en la televisión: dirigió Carlos, una mini serie que contaba los años de actividad terrorista del venelozano Ilich Ramírez Sánchez, El Chacal.
El trabajo de producción ha rodeado a Assayas de talento hispanoamericano para el rodaje de Wasp Network. Destaca, en el reparto, la presencia de Penélope Cruz. La española, ganadora de un Oscar por su papel en Vicky Cristina Barcelona (Woody Allen; 2008), acumula varios meses de actividad intensa. Cerró 2018 con su celebrado rol en Todos lo saben (Asghar Farhadi) y arrancó 2019 nominada a un Globo de Oro a mejor actriz de reparto de una serie limitada por su caracterización de Donatella Versace en El asesinato de Gianni Versace: American Crime Story. En la actualidad se le puede ver en los cines como parte del elenco que protagoniza Dolor y gloria, el último filme de Pedro Almodóvar.
Plata o plomo
Anunciada, el año pasado, la presencia en el elenco de Pedro Pascal -Oberyn Martell en Juego de Tronos y Javier Peña en Narcos-, tras caerse el chileno del proyecto su ausencia ha sido cubierta por tres actores de peso en la industria: Gael García Bernal, Wagner Moura y Edgar Ramírez.
Elegido por Alejandro González Iñárritu, en 2000, para formar parte del reparto de Amores perros, la carrera de García Bernal se ha mantenido entre las más firmes durante las dos últimas décadas entre los actores hispanoamericanos. Desde entonces, el mexicano ha aparecido en las fichas de largometrajes como Y tu mamá también, S in noticias de Dios, Diarios de motocicleta, La mala educación, Babel, El crimen del padre Amaro, No o Neruda. En 2015 fue galardonado con un Globo de Oro por su trabajo en la serie televisiva Mozart in the Jungle.
Plata o plomo. La vida de Wagner Moura dio un vuelco en 2015, cuando se metió en la piel de Pablo Escobar para Narcos, la producción de Netflix que ha convertido al criminal colombiano en un fenómeno viral.
Para Edgar Ramírez, su presencia en Wasp Network le permitirá reencontrarse con Olivier Assayas, director con el trabajó en Carlos. La serie, en la que dio vida a El Chacal, le abrió las puertas del negocio a nivel internacional. Desde entonces ha aparecido en Furia de titanes, La noche más oscura (Kathryn Bigelow), El abogado del crimen (Ridley Scott) o La chica del tren (Tate Taylor). Natural de San Cristóbal (Venezuela), en los últimos meses ha elevado el tono en las redes sociales para manifestarse a favor de Juan Guaidó y contrario al régimen de Nicolás Maduro.
Entre los papeles protagonistas, una de las últimas incorporaciones al proyecto la firmó Ana de Armas. La actriz cubana mantiene así abierta la puerta a la industria internacional: en los últimos años ha figurado en producciones como Blade Runner 2049, Toc toc, Manos de piedra, Juegos de armas -y en verano estrenará The Informer junto a Clive Owen y Rosamund Pike-.
