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Teatro

La actitud inteligente ante el fracaso

El Guiniguada acoge este sábado una función de 'Michelle' l Trata de la relación entre un abogado colapsado sentimentalmente y su extraño cliente

De izquierda a derecha: Luis O'Malley, Daniel Tapia, Raúl Moreno, Aurora Moreno, José Luis Massó y Mingo Ruano, ayer, en el Teatro Guiniguada. juan castro

Justo en el momento en el que un prestigioso abogado, con una fracasada vida sentimental, pretende acabar con su vida, recibe la visita de un cliente con el asunto más interesante de su carrera, por lo cual decide posponer el suicidio hasta solucionar el caso.

Es el inicio de Michelle, la nueva obra de Luis O'Malley, que Ángulo Producciones pone en escena este sábado, a las 20.30 horas, en el Teatro Guiniguada.

La obra, dirigida por el propio autor, está protagonizada por los actores Mingo Ruano y José Luis Massó, y, a pesar de lo trágico que puede parecer al comienzo, es una comedia que tiene elementos del absurdo de Billy Wilder o Woody Allen. "Después de hacer Los niños del XXI todos me decían que debería escribir otro drama social, pero al final hice lo que me dio la gana y, como estaba desgastado, escribí una comedia que tenía en mente que, al principio iba a ser más liviana, y luego se fue abriendo a otras cosas", señaló el propio O'Malley durante la presentación.

El director y escritor hizo estas declaraciones en un acto en el que estuvo acompañado por los actores, el productor Raúl Morán, la directora general de Promoción Cultural del Gobierno autonómico, Aurora Moreno, y el director del Teatro Guiniguada, Daniel Tapia. "Es una comedia muy seria, una locura que he tenido la suerte de trabajar con amigos, por lo que me ha hecho feliz y se va a notar la felicidad. La gente va a salir de buen rollo, pensando 'qué gamberros han sido de hacer lo que han hecho".

Mingo Ruano, que interpreta al abogado Maurice Quevedo, definió Michelle como un regalo porque "te permite viajar por muchos matices" y hacer un papel "que no tiene nada que ver contigo". El actor definió su rol como un ejemplo de alguien "con éxito en el trabajo, cuya vida está muy resuelta a nivel profesional, pero que emocionalmente es una mierda". La obra empieza en un momento crítico de este abogado que quiere acabar con su vida, "pero justo en ese momento le llega un cliente que necesita de su ayuda urgentemente y le hace posponer la decisión hasta averiguar su caso", añadió.

Comedia

José Luis Massó, que interpreta a No, subrayó que, sobre todo, Michelle es "una comedia y el público lo va a pasar bien, se va a divertir, y va a pensar porque es muy importante que uno salga del teatro distinto a como ha entrado, con una actitud positiva".

El actor añadió que "mi personaje es tan peculiar que no tengo nombre y cuándo me preguntan contesto que no lo tengo porque nunca ha sido importante para mí, porque no lo necesito, no le veo utilidad a los nombres". Pero la urgencia de este personaje es tan grande que acude al abogado de las causas imposibles.

O'Malley reconoció que la idea se le ocurrió leyendo una noticia que "tenía que ver con la manía que tenemos todos de apropiarnos de las cosas de los demás sin preguntar nada a nadie. A partir de ahí me inventé un personaje que se indigna ante eso y acude un abogado". El dramaturgo bromeó diciendo que "los actores afirman que yo quiero ser como Maurice Quevedo, pero al final no me queda más remedio que ser como No. Y es verdad que muchas veces en la vida queremos tener la determinación de alcanzar aquello que no podemos o no está la alcance".

El autor subrayó que "no estamos defendiendo el suicidio, pero sí el tomar las riendas de nuestras vidas. Maurice tiene mucho valor, pero a veces hace falta en la vida gente como No y su sensatez y honestidad para alguien que pasa por un momento de colapso". En su opinión, "todos hemos estado en una situación de este tipo en nuestras vidas, y hemos necesitado de alguien que nos abra los ojos y nos ayude a seguir adelante". Pero, a pesar de eso, "es una comedia y el público va a cambiar continuamente sobre cuál es el argumento real de la obra, porque al final va de todo lo que el público quiera plantearse, y puede parecer en principio que va de una enfoque u otro, pero se transforma ya que surge de alguien que viene de fuera y cambia el interior de otro".

O'Malley reconoció que la obra no está contextualizado, puede ocurrir en cualquier lugar de una gran ciudad, pero tiene tintes de comedia americana y recuerda escenográficamente a las películas de los años 50. "Todo se desarrolla en el despacho de Maurice Quevedo, con un fondo blanco, imitando un poco la estética del musical Los productores", con lo que el juego de Rafael Morán en la iluminación consiste en transformar ese espacio.

Mingo Ruano añadió que la obra, sobre todo, nos demuestra que "nada es blanco ni negro, que los otros nos pueden ayudar, que vivimos tan centrados a veces en nuestra vida y en nuestros objetivos únicos, que a veces nos olvidamos que con salir un poco de nuestra zona podemos ver mucho mejor el mundo".

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