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31ª Feria del Libro

La lectura como motor de cambio

El escritor Jordi Sierra i Fabra participa en un coloquio con los jóvenes del centro de menores de La Montañeta, después de haber leído su saga 'Berta Mir detective'

El escritor Jordi Sierra i Fabra, ayer, en el Ciemi La Montañeta.

Las páginas que integran un libro tienen la capacidad de invitar a los individuos a sumergirse en un proceso de aprendizaje. Algunos las comparan con un viaje. Otros, con una aventura que no se puede describir solo con palabras. Precisamente, con el propósito de inducir un cambio en la capacidad de raciocinio de los sujetos y mejorar su destreza analítica, el Centro de Internamiento Educativo para Menores Infractores (Ciemi) La Montañeta, ha querido participar en un club de lectura impulsado por la Fundación Ideo y la 31ª Feria del Libro de la capital grancanaria. Esta iniciativa cultural permitió celebrar ayer un interesante coloquio entre el escritor Jordi Sierra i Fabra y más de una treintena de jóvenes, que desde el mes de enero, se ha introducido en la colección de libros Berta Mir detective. Una saga de cinco obras que lleva la rúbrica de este célebre autor de literatura infantil y juvenil.

A las 11.30 horas, Sierra i Fabra, - que además presentó el pasado domingo su obra La venganza del profesor de matemáticas, durante la jornada de clausura de la Feria del Libro- dio comienzo al encuentro en el centro de internamiento capitalino. "Desde pequeño, me gustaba mucho leer y escribir, pero ni siquiera mi familia me apoyaba. Sin embargo, eso nunca representó un obstáculo para hacer realidad mi sueño", anunció el artífice de los 504 títulos que ha logrado poner en circulación en el mercado.

Ante la mirada atónita de la nómina de jóvenes, Sierra i Fabra se aventuró a contar cómo germinan las ideas en su mente a la hora de construir una historia. "Por mi cabeza brotan semillas que se convierten en ideas. Me hago muchas preguntas, viajo a menudo, y sobre todo, aprendo de cada vivencia", explicó. "Un escritor tiene que contar una buena historia", prosiguió el autor, "y aunque soy consciente de que no voy a poder cambiar el mundo, alomejor, puedo ayudar a alguien".

Unas palabras que no pronunció por casualidad, sino para poner en valor que la lectura lo ha salvado de muchos peligros. "Leer me ha salvado la vida. Tengo que decir que era un pésimo estudiante y fue la lectura la que me rescató del fracaso. Además, nunca probé las drogas porque tenía muy claro que mi prioridad era ser escritor", apostilló el novelista.

Fue en ese preciso instante cuando uno de los jóvenes se adelantó a formularle una pregunta: "¿Por qué en muchas de tus obras el protagonista es minusválido, o hay algún personaje en coma?", cuestionó con intriga. A lo que Sierra i Fabra señaló que su intención no es otra más que transmitir las consecuencias de ciertos actos. "No pretendo decirle a la gente lo que tiene que hacer, pero pienso que de cada libro nos llevamos un aprendizaje que tarde o temprano podemos poner en práctica", admitió.

Adversidades

El autor de la saga Berta Mir detective aprovechó la ocasión para revelar a los chicos algunas de las adversidades con las que tuvo que lidiar en el camino -antes de cumplir su sueño- con el fin de animarlos a conquistar sus metas. "Cuando era pequeño, sufrí acoso escolar. Mis compañeros, y algún que otro profesor, se reían de mí porque era tartamudo. Ahora he podido corregirlo, pero en su momento esta dificultad me hizo sufrir mucho", expresó. Si bien es cierto, que la coyuntura le sirvió para dar paso al humor. Un episodio, que a propósito, desató las carcajadas en el espacio.

Y así, entre bromas y confesiones, llegó el momento de poner punto y final a la agradable cita. No obstante, antes de concluir, el autor quiso lanzar un mensaje a los chicos y chicas del Ciemi La Montañeta. "Cuando salgan de aquí, tendrán que defender una vida. No olviden que si de verdad quieren conquistar un sueño, nada ni nadie les impedirá alcanzarlo".

Lo cierto es que el resultado del coloquio fue más que satisfactorio y los jóvenes no pudieron impedir que esta realidad se reflejara en sus rostros. "Me ha encantado poder conocer a Jordi porque su obra, Campos de fresas, me salvó de pasar tanto tiempo en la calle cuando tenía 12 años", enfatizó uno de los jóvenes, que cumplirá esta semana la mayoría de edad.

A su lado se encontraba un compañero, que también mostró su conformidad con la actividad celebrada. "Me ha parecido muy interesante. Pero lo que más me ha sorprendido es su humor, a pesar de haberlo pasado tan mal en su infancia", valoró este adolescente de 16 años, que ya ha leído prácticamente todos los ejemplares que componen la mencionada serie literaria.

Una opinión que secundó otra compañera, que además quiso resaltar la "valentía" del novelista. "Me ha parecido una persona muy interesante y a la vez valiente, porque no todo el mundo es capaz de contar situaciones privadas de su vida delante de desconocidos".

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