Los tribunales de Justicia siguen desestimando los recursos de la Fundación Orquesta Filarmónica de Canarias contra las sentencias que la condenan por despidos injustificados de profesionales músicos vinculados a ella.

Hace pocas semanas fue conocido el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias en la suplicación de la violinista grancanaria Vanessa Gherman contra la sentencia de instancia laboral que reconocía su demanda por despido, declarándolo improcedente. No sastisfecha con esta calificación , la joven violinista interpuso súplica ante el TSJ, que la ha estimado parcialmente en el punto fundamental: declarar nulo el despido. La nulidad implica la readmisión obligada en la Orquesta por parte de la Fundación y es una figura muy raramente concedida en la jurisprudencia laboral. Transcurrido el plazo legal para la casación ante el Tribunal Supremo sin formalización de recurso por parte de la entidad contratante, la sentencia es firme y ha sido cumplida con la incorporación de Vanessa a la Orquesta mediante contrato fijo e indefinido.

En sus antecedentes de hecho, este fallo comenta datos como el del acoso al parecer ejercido contra Vanessa Gherman por ser hija hija de la concertino de la Orquesta, contrala que otros miembros de la plantilla y el comité de empresa mantienen una actitud hostil. De hecho, la huelga convocada por dicho comité fue suspendida desde que consiguieron "garantías" del despido de la joven instrumentista, cuya valía y necesidad en el colectivo acreditan nada menos que veintiséis contratos temporales previos al despido.

Otra significativa demanda por despido es la interpuesta por el pianista Sergio Alonso Santana ante el tribunal laboral, ratificada por el Tribunal Superior de Canarias y no recurrida en casación por la Fundación OFGC, Este prestigioso concertista era desde 1994 el llamado para cubrir todas las partes de piano, celesta, cembalo y órgano incluidas en la instrumentación orquestal de las obras en programa. La relación trabada desde aquella fecha es la del contrato fijo-discontinuo, perfectamente clara en la legislación laboral. La participación del pianista en todas las obras exigentes de teclados no concertantes quedó rota en septiembre de 2017, cuando el nuevo director titular y artístico de la Orquesta Filarmónica, Karel-Mark Chichón, que no le conocía ni le había oído tocar una sola vez, indicó a un empleado de la Orquesta, y así consta en el fallo, que "no quería ver más" al señor Alonso.

Despido injustificado

Fue otro despido injustificado. Entre los antecedentes de hecho incluye la sentencia estas líneas: "En julio de 2016 se convocó huelga de los músicos de la OFGC, entre otros motivos por la contratación de Dª Vanessa Ghermam, violín tutti e hija de la violinista concertino Dª Mariana Abacioaie. El actor (Sergio Alonso) se mostró en contra de la convocatoria de dicha huelga, alineándose con la posición de Doña Mariana. Por dicho motivo, uno de los miembros de la Comisión Artística, el señor Salvador Mir, presidente de facto de la misma, que apoyaba el cese de Dª Vanessa e integraba el Comité de huelga, expresó su deseo de que el actor dejara de prestar servicios por su falta de apoyo a la huelga. Menos de un año después, el señor Chichón "decretaba" el despido de Alonso, como se refleja en la sentencia.

En definitiva, el fallo del TSJ de Canarias ratifica el de instancia laboral y la improcedencia del despido. En caso de no ejecutar la reincorporación, la empresa tiene que abonar al trabajador la suma de 87.399 euros, además de pagar todas las costas procesales de este asunto, como también las de la demanda de la violinista Gherman.

Estas demandas pueden no ser las únicas. Habría otras, por causas similares o distintas,, expectantes de la vía procesal. Es frecuente escuchar críticas al Cabildo de Gran Canaria, titular de la Orquesta a través de su Fundación, por presuntas arbitrariedades, siempre muy caras, que denotan un cuestionable control administrativo de la Orquesta, Entre otras cosas, carece de director gerente desde hace más de un año, siendo ésta una función imprescindible para la fiscalización del gasto desde la creación de la Orquesta por el Cabildo que presidía Fernando Jiménez en los años 80. Tras el cese del último gerente, se cree que el director titular y artístico, Chichón, desempeña la gestión administrativa además de la artística, duplicidad que, de ser cierta, también sería única entre todas las orquestas sinfónicas del mundo con nivel comparable al de la grancanaria.

Es comentada la muy frecuente y costosa incorporación a la Orquesta de instrumentistas "extra" (españoles y extranjeros), para satisfacer el gusto del director titular por el repertorio exigente de gran plantilla. En determinados conciertos han llegado a ser cuarenta. No menor es la expectativa ante el aparente ninguneo del Coro de la Orquesta y su director, que ofrecen una calidad notableemente superior a la de otros "importados" (hasta de los lejanos países bálticos, por hablar de distancias) para cubrir funciones concertísticas de la incuestioble competencia del coro titular, que para ello existe.

Es de desear que el Cabildo de Gran Canaria, patrón de la Orquesta y su Coro a través de una Fundación (pública, evidentemente) emita información detallada las cuentas, para conocimiento exacto del uso de los más de siete millones de euros anuales que cuesta el ente musical a los contribuyentes grancanarios. Por fortuna, no aparece en las listas electorales el nombre de Carlos Ruiz, que ha sido el consejero insular de Cultura musicalmente más ignorante y menos adecuado para la gestión del ente sinfónico-coral de cuantos hasta ahora han tenido en el Cabildo la responsabilidad política de la Orquesta. A ver si quienes gobiernen de aquí en adelante entienden mejor el servicio que se confía a esa consejería y se molestan en contrastar su gestión con la del resto de las orquestas europeas.