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Teatro

La mujer en todas sus vertientes

Este viernes, en el Teatro Guiniguada se representa la obra 'Cinco actrices y un destino' interpretada por artistas femeninas para público a partir de 14 años

Cuatro de las cinco artistas de la obra 'Cinco actrices y un destino'. De izquierda a derecha, Sandra Guerra, Mónica Aguiar, Mónica Sánchez y Mónica Lleó. josé carlos guerra

Cinco actrices y un destino es el título de la obra que se estrena este viernes, 24 de mayo (20.30 horas), en el Teatro Guiniguada de la capital grancanaria. Cinco mujeres en el elenco con una carrera sólida en el ámbito de la interpretación. Sara Guerra, Mónica Aguiar, Nayra Ortega, Mónica Sánchez y la maestra de ceremonias Mónica Lleó, dan vida a diferentes personajes en esta representación donde unen sus fuerzas y sus talentos para mostrar al público una miscelánea teatral compuesta por varios personajes jocosos, cómicos, divertidos, dramáticos, hilarantes y extravagantes. En el escenario se darán cita la comedia, la tragedia, el acoso, el humor, la ternura o el sarcasmo.

Mónica Lleó es la productora del espectáculo. "Aparte de actriz siempre me he autoproducido y he dirigido. De todas formas, en esta ocasión tengo que agradecer el patrocinio del Gobierno de Canarias y en concreto, de Canarias Cultura en Red", señala. Lo diferente en esta ocasión es que "me he querido juntar con muchas mujeres".

En esta profesión hay mucho trabajo, poco dinero y mucho placer", añade Lleó. "Donde mejor estoy es sobre el escenario". Según Mónica Aguiar este espectáculo, aunque sólo cuente con actrices es para todo tipo de públicos a partir de 14 años "porque habla de temas universales que no afectan sólo a mujeres. En escena trabajamos de una forma establecida por mujeres y bajo un punto de vista femenino pero ello no quiere decir que la obra no sea también para hombres". Sara Guerra indica que "echamos de menos más tiempo para hacer más funciones, pero no nos aburrimos sin hombres en las tablas aunque a todas nos encanten".

Mónica Sánchez dice que de todos los tipos de teatro que existen en el que se sienten más cómodas es "en el bueno, con un buen texto, una buena sala, un buen elenco, una buena producción y una buena dirección, no en un género determinado. En nuestra profesión es muy fácil que cuando algo te sale bien te puedan encasillar, pero el actor nace y se hace para lo que le echen. Ahí está el reto de nuestro trabajo, en poder interpretar comedia, pasar por la tragedia, teatro social o del absurdo, etc".

En esta obra las intérpretes se reparten textos de distintos autores: desde Lola Campos Herrero a Tennessee Williams o desde Tavi García a Strindberg. "Me ha quedado mejor de lo que esperaba. Siento que al público le va a gustar mucho esa variedad, ver distintos estilos y lenguajes", aclara Lleó.

Comedia, tragedia, acoso, humor, ternura o sarcasmo son los registros de estas cinco actrices en la obra. "Cada una presenta una pieza diferente y toca uno de estos palos, pero podría darse que una representación tuviera un viaje por diferentes emociones. En este caso cada una hace algo de diez o 15 minutos, así que nos enfocamos a un sólo registro o lenguaje.

Mónica Lleó es el hilo conductor con distintos personajes aportando un estilo propio muy personal y también el de otros autores", determina Aguiar. Según el título de la obra hay un destino "que tendrá que averiguar quien venga a ver la obra", menciona Lleó.

Más actrices que actores

En Canarias hay más actrices que actores. Según Sara Guerra, "en Madrid ocurre lo mismo". Para Mónica Sánchez, se trata de una cuestión generacional. "En las Escuelas de Teatro de nuestros municipios del Archipiélago existe un equilibrio. Las nuevas generaciones se están adentrando cada vez más en el teatro como parte de su formación y crecimiento personal". "Yo veo más reflejada la equiparación en el cine y en la tele donde hay más hombres", apostilla Guerra.

Las artistas, más que elegir personajes concretos que quisieran interpretar se ven seducidas por un buen texto. Al menos, eso dice Mónica Lleó. "He interpretado a muchos personajes reales, de gente que existió, como Wilma Rudolph, y me encanta porque me gusta indagar sobre su biografía, pero me seduce más un buen texto y una buena dirección que querer ser Lady Macbeth o una reina determinada. En cambio me atraen los textos masculinos. Monté un espectáculo en un momento dado de monólogos masculinos que incluían partes de La vida es sueño, Ser o no ser o Cyrano de Bergerac".

Sara Guerra añade que "me interesan las dramaturgias sobre esos personajes pero tratadas desde otro punto de vista a tenor de los tiempos actuales. A veces los textos son magníficos pero hay que adaptarlos. Me gusta ver cómo actrices del momento representan personajes masculinos, como ha hecho Blanca Portillo, por ejemplo. Es más difícil encontrar personajes femeninos de esa envergadura porque tradicionalmente se ha escrito más para los hombres. Es interesante cuándo los dramaturgos escriben buenos papeles para mujeres".

En opinión de Mónica Sánchez "me gusta más interpretar a mujeres del siglo XX porque es cuando han tenido la oportunidad de mostrar su pensamiento, sobre cómo querían estar en la sociedad y el mundo. Yo que he realizado bastantes personajes clásicos siempre me he decantado por los del siglo pasado. Uno que me encantó fue Virginia Wolf, proveniente de la literatura, el modernismo y el feminismo, una libre pensadora".

"A veces es importante desde dónde se coge un texto. Te pueden ofrecer el mismo texto y dependiendo de la orientación que se le dé, el trabajo de adaptación que se haga y la persona que lo dirige, ya sea hombre o mujer es mejor o peor, te interesa o no", recalca Guerra. "La mayoría de los pepeles son autoría de hombres y hasta los personajes clave para mujeres han sido escritos por hombres. En la actualidad el teatro como espejo de un mundo que ha cambiado aún no se puede apreciar porque mujeres y varones no están a la par. Por eso es positivo que las actrices nos unamos como en esta ocasión para dar imagen femenina. Virginia Wolf no era exclusiva para el teatro sino una mujer mucho más amplia. Con cualquier cosa se fabrican héroes masculinos; sin embargo hay que rescatar del olvido a las heroínas de este tiempo, como Amelia Earhart para llevarlas también al cine o al teatro ya que no se ha trabajado sobre ello y sí sobre todos los roles masculinos destacables".

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