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Entrevista | Rafael Sánchez-Araña

"La 'Obertura canaria' es un viaje por el folclore insular en el lenguaje sinfónico"

"El programa incluye dos composicones contemporáneas, pero con una estructura totalmente tonal", afirma

El director de orquesta nacido en Agüimes, Rafael Sánchez-Araña. la provincia / dlp

¿Qué supone para un director joven estar al frente de la Orquesta Filarmónica en uno de sus conciertos de abono?

Es una gran oportunidad sin lugar a dudas. Soy asistente del maestro Karl Chichon en la Filarmónica desde hace dos años, pero hasta ahora sólo había dirigido a la Orquesta en conciertos escolares o extraordinarios. Y aunque el año pasado dirigí la zarzuela La hija del mestre en el Teatro Pérez Galdós, nunca había tenido la responsabilidad de dirigirla en un concierto de abono. Pero ahí es donde se expone más tu capacidad como profesional y se desarrollan las posibilidades de los músicos desde todas las maneras posibles por lo que es lo máximo a lo que puede acceder un director invitado.

¿Cómo definiría el programa elegido para el concierto?

Es un programa que tiene la estructura de un concierto absolutamente clásico, porque está formado por una obertura, un concierto y una sinfonía. Se incluyen las creaciones de dos autores contemporáneos, pero ambos se expresan con un lenguaje absolutamente tonal.

Comienza el programa con la Obertura Canaria del compositor tinerfeño Emilio Coello.

Es una obertura canaria que dura en torno a unos seis minutos y medio y está hecha básicamente por pinceladas de todo el folclore y la música popular canaria. Se trata de una obra sinfónica grandísima con muchísima orquestación. Empezamos con una variación de una isa y luego pasamos al baile del vivo. Seguidamente llega la folía, luego una saltona, etc. Hay veces que no se reconocen las melodías porque están medio ocultas en la misma pieza. Es un viaje por el folclore canario en el lenguaje sinfónico.

¿No ha habido precedentes de obras de este tipo anteriormente en la música canaria?

Hay caso de algunos arreglos con alusiones a la música de las Islas, pero un compositor canario que haya creado un obra de estas características creo que no. Emilio Coello es un gran compositor, afincado en Madrid, y su trabajo siempre es magnífico.

¿Es un lenguaje ortodoxo?

Hoy en día tenemos en vigor algunas tendencias contemporáneas o electroacústicas y aunque haya muchos compositores que siguen ese lenguaje, hay otros que cogen la música tonal para explayarse con la orquestación. Y este el caso de Coello porque, al final, el sorondongo es un palo sencillo, pero la magistralidad de la orquesta, surge, precisamente, de cómo el compositor maneja la orquestación. Porque la orquestación son como los elementos de una pintura. Tienes un lienzo y una base previa, pero la orquestación son colores que pueden ser el de la flauta, el clarinete, etc. Una buena orquestación engrandece siempre una obra. Aunque la orquestación, en estos temas que son de tipo populares, es la única forma de engrandecerla.

¿Hay muchos casos como este en la historia de la música?

Sí, porque al final todos los compositores grandes se han basado en la música popular de su pueblo para componer alguna vez El mismo Chaikovski, en la obra que también interpretamos, la Sinfonía nº 1, al final del cuarto tema incluye una melodía popular rusa. Todo está basado en la música que hemos mamado de pequeño. Incluso no hace mucho hablaba con el mismo Coello y me comentaba que él no hizo una selección previa de las melodías que quería utilizar, Sino que, de su memoria musical, le fueron saliendo melodías como la saltona, etc. y con eso hizo una obertura de formas libres que pueden tener varios temas a la vez, una introducción, etc,

¿Y qué destacaría de la siguiente pieza, el Concierto para clarinete nº 2 de Oscar Navarro?

Suena como música para película. Imagínate la banda sonora de Harry Potter, que al final es un lenguaje. Los temas son sencillos, pero tienen una orquestación increíble. Este compositor maneja muy bien la orquestación y por eso, con pocos elementos y muy sencillos, hace que suene muy poderosa. La obra está estructurada en tres partes diferentes. Incluso hay una parte central que es la parte de flamenco, y una en la que incluso parte de la orquesta tiene que hacer palmadas, como si fuera un ritmo dentro de la partitura, y con los músicos mirando a los palmeros del flamenco. Y es una parte que el compositor escribió de tal manera para que sonara en estéreo. Para que por un lado estuvieran las palmadas graves y por el otro las palmadas agudas, y con la orquesta acompañado al clarinete. Por lo que es un mix de culturas fenomenal. La parte central es la más conocida. Luego pasamos a la parte lenta que es la más melódica y acabamos con una danza maravillosa y bastante juguetona. El concierto termina muy bien, es superagradecido.

Y concluye el programa con, nada menos, que Chaikovski.

Es un compositor conocido sí o sí, pero las obras suyas que más se interpretan son las de su madurez musical que conforman las Sinfonías Cuarta, Quinta y Sexta, que son las que más se tocan. Esta Primera Sinfonía fue una obra de juventud, una sinfonía en la que él experimentada y por eso se trata de una obra que, para ser un compositor romántico, resultaba bastante clásica ya que él amaba e idolatraba a Mozart. Entonces, dentro de su lenguaje románico, tiene bastantes elementos e incluso formas, que son absolutamente clásicos. Chaikovski le tenía mucho cariño a esta sinfonía, pero también es cierto que la cambió en muchas ocasiones. De hecho, esta versión es de 1886, pero antes hubo como tres revisiones que hizo el propio compositor porque no estaba contento con el resultado ya que también era la primera experiencia que tenía con el sinfonismo. Luego, en la siguiente sinfonía se consolidó, pero aquí vemos a un Chaikovsky que está experimentando con un futuro increíble.

A nivel de un director de orquesta cuál de las tres obras es la más compleja.

La sinfonía porque la obertura es una pieza también para orquesta, pero mucho más corta, o concentrada. Y en un concierto, cuando tocas junto a un solista, siempre estás supeditado a lo que pueda pasar, ya que se pueda ralentizar o todo lo contario, ir más rápido. Pero el director está para coordinar el trabajo entre solista y orquesta. Y en la sinfonía es la orquesta y el director. Por eso el director tiene que hacer todo el trabajo y sacar la versión que él considere de esa música.

¿Y qué puede destacar del clarinetista Radovan Cavallin?

Es de los mejores clarinetistas que hay en Europa. Debo decir que tenemos mucha suerte, en la Filarmónica de Gran Canaria, de tener a Radovan y a otros solistas de tanto nivel. De echo a Radovan lo invitan a tocar en muchísimas orquestas con frecuencia. Cumple 30 años dentro de Orquesta Filarmónica que coincide con su cincuenta cumpleaños.

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