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Entrevista a la exministra y escritora

González-Sinde: "Cambiaría muchas cosas de las que hice como ministra"

La guionista y novelista vuelve al mundo literario con 'Después de Kim', una historia de familia y muerte que llega tras perder a su marido hace tan solo 4 meses

Ángeles González-Sinde fue finalista del Planeta en 2013. Miriam Cos

Su etapa como ministra de Cultura o su presidencia en la Academia de Cine español la catapultaron a la fama más ingrata pese a que ya había despuntado en el mundo del cine gracias a sus guiones. Goyas en ristre, finalista del Premio Planeta y creadora de la polémica Ley Sinde contra la piratería, Ángeles González-Sinde (Madrid, 1965) vuelve a saltar a la palestra, en esta ocasión, de la mano de su última novela. 'Después de Kim'. Una historia de encuentros y muerte en la que una pareja separada hace frente a la pérdida de su hija y el descubrimiento de un nieto. Todo ello cuatro meses después de que González-Sinde dijera adiós a su marido, Claudio López Lamadrid.

Con los propios monstruos reflejados en el papel y una actitud calmada, como en paz, la exministra habla de su nueva obra bajo el velo de la experiencia y de demasiadas historias vividas.

-¿Recuerdas el día que decidiste escribir este libro?

-Sí que lo recuerdo. A veces hay un momento muy fructífero que es cuando estás en la cama en duermevela, ni estás dormido ni despierto, y tuve como un sueño en el que estos personajes protagonistas aterrizaban o al menos llegaban a mi imaginación y pergeñé la historia.

-Desde entonces, ¿la historia ha mutado mucho?

-No ha cambiado, realmente en lo esencial tenía claro el arranque y también el final. Es así como yo trabajo. Lo que no tenía tan claro era el cómo iban a llegar a ese final los personajes, que es lo que fui construyendo. Tampoco tenía nada claro y que fue surgiendo después fue el pasado de esos personajes. La novela habla por una parte del presente con la muerte de la hija, el crimen que es el detonante del viaje a España y también vamos adelante y atrás en el tiempo en la historia del matrimonio.

Vídeo: Miriam Cos

- A la hora de escribir una novela, ¿es inevitable echar las hieles y las miles de uno mismo?

- Creo que se escribe, entre otras cosas, precisamente para deshacerse de aquello que a uno no le gusta de sí mismo o de los demás o de la vida que ha llevado... no es que tengan que ser todas autobiográficas pero si que al final, de donde tiras, es esa mina interior donde se han ido depositando sedimentos de tu experiencia, de lo que has vivido o de lo que ves a tu alrededor. Siempre hay cosas que se basan en esto.

-En este caso, ¿qué has decidido echar en 'Después de Kim'?

- Esta novela habla de muchas cosas. Por una parte de una familia que empieza siendo convencional y se desintegra; de un matrimonio en el que se van desarrollando intereses distintos; de la ausencia y la pérdida, de lo que es cuando una persona muere demasiado joven de una manera abrupta, cuando su vida no ha llegado a madurar y los que quedan quieren reconstruir eso que no han vivido con ella, en este caso hay muchas lagunas. Los padres ni siquiera sabían que tenían un nieto ni dónde vivía su hija... la novela tira de mi experiencia en el sentido de que yo había perdido, pocos años antes, a mi hermano en un accidente de tráfico y además yo estaba iniciando una relación amorosa que ha sido muy importante en mi vida, eso me llevó a querer escribir sobre el amor.

"Cambiaría muchas cosas de lo que hice como ministra. Ahora pienso más en lo que se dejó por hacer o en lo que no salió cómo esperaba"

Ángeles González-Sinde - Escritora

- Y para esto, ¿hace falta haber vivido el amor y el desamor?

- Es difícil escribir en general si no has vivido. No es que no puedas escribir sobre la conquista de la luna si no has ido, y aunque la documentación es muy importante, tu conocimiento del ser humano es lo que te va a servir para hacer que esos personajes de ficción sean reales para el lector.

- ¿Por qué la familia es un tema recurrente en tu obra?

- Esos personajes que están exentos de todo me resultan menos creíbles. La familia nos condiciona mucho para bien y para mal. El que la tiene llega un momento que te pesa, te abruma y te llena de expectativas, te limita... para los que no la tienen también esto es importante, el carecer de esos apoyos, de ese acompañamiento y sostén a lo largo de tu vida. La familia es importante y esas dinámicas que se crean y que muchas veces son calladas, invisibles, me interesan. Nunca terminas de explorar esto del todo.

- Exministra, premios, exdirectora de la Academia de Cine... ¿piensas que tu trabajo se va a mirar con lupa por tu trayectoria?

- No tengo esa sensación. No pienso que estoy más sometida a examen que otros. Quizás la mayor exigencia es la que me pongo yo misma y la realidad es que a mi me gusta hacer cosas cada vez más complejas. Cuanto más sabes más ambiciosa es tu manera de querer contar el mundo y querer hacerlo de una manera más compleja que la anterior. Si los demás ven esto con prejuicio o sin él es secundario.

Vídeo: Miriam Cos

- Todo el mundo te pregunta si volverías si la política y dices que no. ¿Cuál fue la mayor lección que aprendiste siendo ministra de Cultura?

- Aprendí muchísimas lecciones y por eso esta responsabilidad tan alta y en un cargo tan alto es una experiencia que te cambia como persona. Intelectualmente es un desafío, pero también en lo humano y personal. Una de las más importantes es que la política sirve, está presente en nuestras vidas de la mañana a la noche, no podemos desentendernos y lo peor es el escepticismo. No hay que ser descreído porque los ciudadanos pueden hacer muchísimo aunque piensen que su aportación es insignificante.

Pionera

- Visto desde lejos, ¿cambiarías algo de lo que hiciste?

- Cambiaría muchas cosas porque soy una persona que cuando echa la vista atrás piensa más en lo que se dejó por hacer o en lo que no salió cómo esperaba que en lo que quedó bien. Es mi carácter y mi mirada sobre mi vida. Quizá soy más condescendiente y generosa con el mundo que conmigo. La experiencia se va acumulando y cuando has estado una vez en política, si repitieras, se haría mejor con todo lo aprendido.

- Si tuvieras que pensar cuál fue tu peor momento como ministra...

- Lo pero de mi etapa política era la exposición mediática, era muy difícil, el estar siempre bajo el escrutinio, la dureza del juicio sobre ti, los ataques frontales y tener que estar siempre tan constreñida públicamente para no dar pie a que te pillen en un error. Todo eso fue muy duro.

- Cuándo viste lo que le pasó a Màxim Huerta, ¿qué pensaste?

- Sentí muchísima empatía y lo dije públicamente. Me pareció muy injusto el grato que tuvo y también innecesariamente duro porque él no era ningún delincuente, no ha ocultado nunca sus ingresos a Hacienda y los ha declarado en su totalidad. Otra cosa es que Hacienda tuviera un criterio distinto a la hora de juzgar lo que tenía que pagar, pero no hubo engaño. No se merecía ese juicio y sin posibilidad de explicarse. Me sentí muy de su lado y le di el apoyo moral que pude.

- Desde la Ley Sinde, ¿en qué ha cambiado la forma de consumir cultura?

- El consumo ha cambiado mucho en estos 10 años desde que yo entré y empecé a impulsar una norma que sirviera para convivir en la red y que los derechos de todos fueran compatibles. Sobre todo, creo que el modelo que propusimos era muy avanzado distinto al del resto de países. No se perseguía ni se castigaba al usuario sino a los que se lucran con el tráfico de contenidos. La conversación de entonces, aunque fuera un debate muy encendido que a mí me desgasto mucho personalmente, sirvió para que la gente tomara conciencia de que había algo desequilibrado. Ahora estamos en otro contexto pese a que sigue habiendo piratería. Hay gente que se quiere seguir lucrando ilícitamente pero también los negocios y plataformas legales se han convertido en algo habitual que la gente asume como lógico.

"Sigo la política pero no con el interés o el apasionamiento de antes, sí como ciudadana", dice la escritora

- Y en este sentido, ¿te sientes pionera?

- Siento que sí, que di un paso adelante cuando no había nada o lo que había no se respetaba en absoluto, pero era mi obligación como ministra, velar por la propiedad intelectual.

- Como escritora, ¿eliges libro electrónico o papel?

- Depende, leo indistintamente. En el libro electrónico leo, sobre todo, lo que leo en inglés e italiano, me es más sencillo tener ahí las ediciones extranjeras. Pero también leo libros de papel, porque queda una biblioteca física que luego tus hijas heredarán. Yo he descubierto muchos libros en la biblioteca de mi padre o de amigos. Un libro electrónico es algo individual, íntimo, que no te deja descubrir un libro de alguien. Esa parte del libro de papel la valoro mucho, permite más la transición de lecturas y conocimiento.

- ¿Cómo ves la política actual?

- Sigo la política pero no con el interés o el apasionamiento de antes, sí como ciudadana. No me interesan tanto los dimes y diretes entre los políticos, lo que me interesan son las ideas, planes y la políticas concretas. Ese enfrentamiento tan agrio que hay constantemente no es muy agradable da un ejemplo cívico muy malo.

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