Vender más de cinco millones de ejemplares de las propias obras tiene que cambiar inevitablemente a quien los escribe. ¿Qué ha cambiado en usted desde que en 2004 editaron su primer libro más de 30 países?
Nunca pienso en los ejemplares que he vendido cuando estoy escribiendo. Evidentemente cuando escribes tienes un deseo de comunicarte con los demás, de compartir tus historias, pero jamás lo he hecho en términos de cuánto voy a vender. No es una prioridad. Sí lo es que mis novelas lleguen a los lectores, compartirlas con cuantos más, mejor, pero no quiero vivir con la presión de tener que vender por obligación.
Tras La Hermandad de la Sábana Santa , como se titulaba aquella novela, salieron de su imaginación otras seis. ¿Han clausurado para siempre su vocación de periodista?
El periodismo siempre ha sido una gran pasión, pero hubo un momento en que tuve que tomar una decisión. Siempre he entendido el periodismo como algo que exige las 24 horas del día. No concibo un periodista con horario. Para mí esta profesión suponía la pasión de poder contar lo que sucedía a mi alrededor. Era incompatible con escribir novelas. Si hubiese tenido 30 o 40 años seguramente no habría tomado la decisión de dejar el periodismo, pero cuando ya lo has hecho prácticamente todo en él no te importa tanto cerrar esa puerta. No lo echo de menos. Estoy en otra etapa de mi vida en que me siento cómoda haciendo lo que hago. Cuando dejé el periodismo tenía miedo de no ser capaz de pasar de la vorágine de esa vida a la soledad porque son dos vivencias distintas. El periodismo es contar la vida y el escritor está en una habitación cerrado, solo, imaginando... Pero, prueba superada.
Ahora presenta Tú no matarás , un relato de perdedores . ¿Es realmente así, o son héroes conmovedores pensados para otro best-seller ?
Tú no matarás es una historia sobre el exilio, la condición humana, el peso de la conciencia y sobre la venganza. En mis novelas me interesa indagar acerca del ser humano porque creo que el último gran misterio que hay en este planeta es el hombre. Sobre los best-seller he de decir que no existen. Siempre me ha parecido una inmensa majadería calificar un libro de este modo. Cuando uno escribe nunca sabe qué va a pasar con la obra. Además, no se puede garantizar a nadie que vaya a vender libros. Na hay nada que te garantice que haciendo una determinada mezcla de ingredientes se obtenga un resultado que los lectores quieran y por tanto se sepa que se van a vender miles de ejemplares. Los lectores deciden qué libros se venden y cuáles no.
Cómo periodista y como narradora, sólo ha conocido el éxito. Cuando fabula sobre la culpa, la venganza y el peso de la conciencia está especulando sobre un fracaso. ¿Es pura invención o se inspira en seres reales?
Creo que cuando uno escribe, como cuando hace cualquier cosa en la vida, sientes el peso de lo vivido, de lo que se ha escuchado, de lo que se ha leído y conocido, es decir, que al final tú terminas reflejando la vida, no a una persona concreta.
Comienza la acción al final de la guerra española. Fernando, Catalina y Eulogio, personajes centrales, emprenden un largo viaje para huir de sí mismos y del país de la posguerra. ¿Qué les ha pasado?
Huyen de una España en blanco y negro que se había quedado sin futuro, de la represión y de los fusilamientos. Se trata de tres jóvenes a los que han arrebatado su futuro y se marchan en busca de él en otro lugar como hicieron tantos miles de españoles.
Esta obra, dice usted, que es un homenaje a la literatura y a quienes hacen libros.
Es un homenaje a los escritores, editores, libreros y lectores, al mundo de la literatura. Tú no matarás está lleno de poesía.
Cuando regresan a Madrid no acaba la pesadumbre de los personajes porque han de enfrentarse a sus fantasmas. ¿ A qué fantasmas?
La novela comienza con un poema de Cavafis, el Ítaca, donde nos habla de que cuando emprendemos el largo camino de la vida todos soñamos con llegar a un destino que no siempre conseguimos. Mis personajes salen de Madrid y regresarán a ella justo en los tiempos de la Transición, pero cuando vuelven ese viaje tan largo e intenso que han emprendido nos les va a llevar a encontrar el destino que soñaban. Sus vidas han sido y son un fracaso a pesar de que cierran el círculo regresando al punto de partida.
La universal metáfora del Retorno a Ítaca , de Cavafis, propicia una novela cosmopolita a través las grandes capitales europeas, la mítica Alejandría. Chile, Nueva York, Boston, etc. ¿Es un elemento indispensable o un turismo vendedor?
No tenía ni idea que se podía calificar de turismo vendedor. No, en todas mis novelas el viaje es un elemento importante. No concibo la vida entre cuatro paredes porque la mía nunca lo ha estado. Siempre he vivido de un lado para otro a la hora de escribir, así que mis personajes hacen lo mismo. Siento una enorme curiosidad, no sólo por lo que ocurre a mi alrededor sino un poco más allá y ello me ha llevado a viajar por todas partes y a mis personajes también. Es algo cosustancial a mí y a lo que hago. El viaje como búsqueda del conocimiento, no como turismo, Me interesa conocer en los lugares los por qués de la gente y aprender. No voy a los sitios a hacerme fotos.
¿Qué le dice su marido, el conocido columnista Fermín Bocos, de los problemas del periodismo actual, acosado por los poderes fácticos o por las perversiones tecnológicas?
No hace falta que él me diga nada, yo también lo veo. Además, muchos de mis amigos son también periodistas. Creo que asistimos a un momento especialmente complicado para el periodismo y aunque ya no lo ejerza siempre me sentiré parte de esa gran familia que son los periodistas, quienes vemos con preocupación cómo las nuevas herramientas tecnológicas han dejado descolocadas a las empresas tradicionales, cómo vamos a tener que adaptarnos a esas nuevas tecnologías, a una nueva manera de contar las cosas que requieren esas herramientas. No creo en el periodismo ciudadano, por tanto, desconfío mucho de esas noticias que circulan por la red disfrazadas y no sabes quien te las cuenta. Creo que detrás de cualquier noticia tiene que haber siempre un profesional. Por eso opino que el periodismo y los medios de comunicación son más importantes que nunca en estos momentos en que a través de las nuevas herramientas tecnológicas funcionan como pez en el agua las falsas noticias. Las empresas de comunicación se tienen que adaptar a esas herramientas para llegar a los lectores. Aun así mi idea es que el papel nunca desaparecerá.
¿Le parece que el periodismo está en crisis?
Sí, es enorme la crisis. Se paga mal a los trabajadores y se ahorra a la hora de hacer buen periodismo. La crisis de los medios de comunicación tiene mucho que ver con eso. Si no tienes una buena redacción de gente que está donde debe, contando lo que sucede, al final los lectores lo notan y te van a abandonar.
Cuando una primera obra se convierte en best-seller , ¿queda obligada la autora a las grandes ventas, o es capaz de soportar un fracaso a manera de purificación?
Cuando escribí mi primera novela la sorpresa fue que me la publicaran y que sin haber hecho promoción empezara a funcionar por el boca a boca. Los lectores la convirtieron en éxito. Yo no escribí un best-seller. Con cada libro que escribo tengo la sensación de empezar de cero porque los lectores te juzgarán por esa obra en concreto. Hasta ahora he tenido suerte de que mis siete novelas hayan tenido reconocimiento. Si algún día una novela mía no gusta me llevaré un disgusto porque son años de trabajo y de pretender comunicarte con los demás.
