Veinte años han transcurrido desde que naciera la Orquesta Sinfónica de Las Palmas, un proyecto que ha permitido que muchas jóvenes promesas de la música clásica en la Isla pudieran desarrollar sus talentos y que ha evolucionado con repertorios cada vez más interesantes.
Para celebrar dicha efeméride la formación ofrece hoy, sábado, 1 de junio, a las 20.30 horas, en el Auditorio Alfredo Kraus, un concierto bajo la batuta de su director, Rafael Sánchez-Araña, donde interpretará la célebre cantata Carmina Burana, en la que intervienen 75 músicos junto a su coro, dirigido por Maite Robaina, y los solistas Carlos Daza, Eugenia Box y Christian Gil-Borrelli.
La Orquesta Sinfónica de Las Palmas nació como un aglutinador de nueva savia musical, donde el talento joven y la experiencia de consagrados intérpretes se dieran la mano. Antonio Melián, antiguo intérprete de viola de la Filarmónica, fue su presidente e Hilda Saura como secretaria.
El concierto inaugural de la Sinfónica tuvo lugar el 29 de mayo de 1999 en el Teatro Pérez Galdós, bajo la batuta del maestro Gregorio Gutiérrez, acompañado por el afamado clarinetista Radovan Cavallin como solista. El programa ofrecido estuvo compuesto por obras de Beethoven y Mozart. Desde entonces, y hasta ahora, la formación ha trabajado, entre otros, con Amigos Canarios de la Zarzuela, Amigos Canarios de la Ópera, Festival de Música de Canarias, Los Sabandeños, Los Gofiones, Mari Sánchez, Pedro Guerra o Isabel Pantoja, siendo el más multitudinario el Concierto Popular de Año Nuevo.
En la actualidad, la Orquesta Sinfónica de Las Palmas la componen más de ciento cincuenta músicos que ofrecen conciertos y proyectos musicales en distintos formatos. Su coro, que nace en abril de 2018, está dirigido por la vocalista y experta en pedagogía del canto, Maite Robaina.
"La Sinfónica fue un proyecto muy importante pues perseguía llenar un hueco en el mundo semiprofesional que le diera expectativas a los jóvenes", asegura Gonzalo Angulo que, en aquel momento, era consejero de Cultural del Cabildo y principal impulsor de la orquesta.
Esperanzas
"Estaba claro que la Filarmónica no podía abarcar todo ese talento joven y llamé a dos de sus músicos veteranos que se habían pasado a la enseñanza para que la gente tuviera esperanzas y perspectivas de desarrollar su talento musical en el contexto de una orquesta sinfónica", añade. El exconsejero recuerda que a los dos impulsores les insistió en que tenían que autogestionarlo, y, desde el principio, que hubiera gente que "les transmitiera los códigos de comportamiento de la experiencia musical", asegura.
Para Angulo el resultado ha sido positivo materializado, sobre todo, "en un crecimiento cada vez más importante en todo tipo de formatos, pero mejorando y alcanzando cotas más altas".
El actual director de programación de la Fundación Auditorio Teatro, Manuel Benítez, y que por entonces era coordinador de la Filarmónica, fue otro de sus grandes impulsores. "Era una apuesta por tener una segunda orquesta en Las Palmas para que los jóvenes pudieran empezar a tener un rodaje profesional", señala en un principio. "Pero cumplía otra función que yo creo que incluso era más importante u que consistía en aligerar la presión que había sobre la Filarmónica para atender una demanda que cada vez era mayor". Para Benítez la Sinfónica es una formación que "gestiona muy bien los recursos, que tiene vocación de estabilidad, que casi tiene una temporada, y que ha ganado una posición en la actividad de la sociedad". En su opinión su concierto de fin de año "es una de las citas obligadas de la ciudad".
Antonio Melián, el primer presidente de la formación, recuerda que la Orquesta surgió porque crecía la actividad musical en Las Palmas, pero "había que regularizarlo y a partir de ahí fue Gonzalo Angulo el que nos sugirió que creáramos una sociedad para dar a la gente de alta y presentarla a las ayudas. Melián recuerda además que la Sinfónica "sirvió para hacer músicos". Y pone el ejemplo del mismo director Sánchez-Araña "que tenía quince años cuando empezó y tocó el violín con nosotros".
Finalmente, el clarinetista de la Filarmónica, Radovan Cavallin, que fue el primer solista, en el primer concierto de la nueva formación surgida hace 20 años, asegura que "yo no tenía duda de que sería un proyecto impecable y con continuidad por los grandes músicos y magnífica labor de la directiva". En su opinión fue "un reto importante y difícil". Pero ha dado "unos resultados positivos con creces", y en estos años "se ha visto la calidad" en los programas que ejecutan.
Una Orquesta Sinfónica, en definitiva, con nuevos músicos que se renuevan constantemente, y que augura muy buenos conciertos para años venideros.
Grandes batutas de prestigio
- La Sinfónica ha sido la titular de las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen en La Palma en sus dos últimas ediciones; y ha protagonizado proyectos como la obra costumbrista La Rebelión de los Sureños,en el Teatro Pérez Galdós, que narraba un hecho histórico sucedido hace tres siglos en Gran Canaria. Directores prestigiosos como Gudio Ajmon-Marsan, Patrick Baton, José Brito, José María Damunt, Ricardo Frizza o Montserrat Font Marco ha estado al frente de ella. La formación, desde marzo de 2017, es orquesta residente del Teatro Cruce de Culturas en el Cruce de Arinaga. |
