Antonio González Padrón analizará, el 18 de junio, a las 19.00 horas, el encuentro de Galdós con la reina Isabel II en su exilio parisino, durante una charla en la Casa-Museo Pérez Galdós.

En 1887 Fernando León y Castillo era nombrado embajador de España en Francia. Un cargo que resultó el último de una señalada trayectoria política en el último tramo del siglo XIX. En aquel momento histórico Isabel II se exilió en París, tras el levantamiento de la Gloriosa liderado por los generales Prim y Serrano y el almirante Topete.

La monarca sin trono enfocó sus esfuerzos para que su hijo Alfonso XII recuperara la corona. Allí, en Francia, Benito Pérez Galdós se entrevista con Isabel II y consigue un valioso material que luego aprovechó en la construcción de Narváez y Bodas reales de sus Episodios Nacionales.

Este encuentro con el público, bajo el título Isabel II, Galdós y León y Castillo: trío de ases, se enmarca en el ciclo de conferencias Hablando de Galdós que organiza la Casa-Museo dependiente del Cabildo grancanario, y se enmarca en el programa de actos del Bienio Galdosiano, que desde 2018 y hasta 2020 conmemora el 175 aniversario del nacimiento de Pérez Galdós y el centenario de su muerte.

El objeto de la charla de Antonio González no es baladí: se ubica en un contexto crucial para el desarrollo de la historia española en el Siglo XX. Además, subraya las conexiones entre Galdós y León y Castillo, compañeros de la infancia y del Bachillerato, que ambos cursaron en el antiguo Convento de San Agustín, en Vegueta (hoy Palacio de Justicia).

El político canario destacó en los últimos años del reinado de Isabel II en varias publicaciones liberales, en un entorno conocido por el escritor. En su papel de actor de la política internacional se significó por defender la neutralidad española en la Primera Guerra Mundial o por la redacción de un nuevo tratado franco-español que ampliaba la presencia española en Marruecos (con la distribución de las áreas del Sáhara y Guinea). Era un hombre de carrera consolidada al que recurrió Galdós para propiciar un contacto con Isabel II: encuentro que disfrutó -y aprovechó- un escritor ya maduro en el ejercicio de su suerte literaria.

Precisamente, a través de la Literatura Don Benito se convirtió en un cronista impagable del devenir de la historia en España y de su realidad social. Era, sin duda, un gran conocedor de las claves políticas de su tiempo, por participar en ellas y por sus conexiones personales. Apartado en el que destacó su amistad con León y Castillo.

El escritor ya escribió al embajador para felicitarle por sus gestiones en el tratado con Francia, en una publicación en prensa. "Tu carta es, no solo una prueba de nuestra antigua amistad, sino un acto pu?blico, que yo juzgo de trascendencia", le contestó Fernando, al que Galdós visitó en París en distintas ocasiones.

Esa relación se remontaba a años precedentes, también en formato epistolar. Ya como embajador, producido un primer encuentro, Fernando recibe una misiva del literato en el que le adelanta que procurará "nuevamente hablar con la Reina Isabel, a ver si quiere contarme algo de su reinado. Cuanto ma?s estudio la historia de los u?ltimos 60 an?os, ma?s claro veo que Isabel II es la figura ma?s interesante del siglo, y como persona, la ma?s simpa?tica entre los Borbones".

La contestación de León y Castillo no pudo ser mejor recibida por Galdós: "Mi querido Don Benito. La Reina Isabel esta? encantada de cuanto de ella dices en tu libro 'Narva?ez' y me encarga que te de?, en su nombre, las gracias ma?s expresivas. Me encarga, adema?s, que te envi?e un retrato, que te dedica y que te mandare? con persona de confianza. Por el correo se estropeari?a".

Añadía el embajador que "Su Majestad que con mucho gusto te recibira? y te dara? todas las noticias publicables, que tu? le pidas sobre sucesos de su reinado. Date, pues, una verde en Pari?s y vente. Te ruego, ya lo comprendera?s, que nada digas, a propo?sito de cuanto antes te comunico acerca de la Reina Isabel. Desea esta Sen?ora que nadie se ocupe de ella y por eso no quiere dar motivo ni pretesto para que hablen de su persona".