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Cine

Esteban Crespo: "La llegada de Netflix a España es una bendición para el sector"

El cineasta madrileño rueda durante dos semanas en Gran Canaria su segundo largometraje, el thriller 'Black Beach' l "Las posibilidades canarias son inmensas"

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Grabación de la película 'Black Beach' en Vegueta

Luis García Berlanga, Carlos Saura y Pedro Almodóvar son los directores de cine españoles referentes para Esteban Crespo (Madrid, 1971), que ayer comenzó a rodar en Gran Canaria las dos semanas previstas de su segundo largometraje, Black Beach, ambientado en un país imaginario de África. De directores internacionales, Crespo nombra los estadounidenses Martin Scorsese y Paul Thomas Anderson y el hongkonés Wong Kar-wai.

Las expectativas de Crespo como director han cambiado radicalmente con la llegada de las plataformas audiovisuales. Especialmente de Netflix, cuyo primer centro de producción en Europa, Casa Netflix, se inauguró el pasado mes de abril en Tres Cantos (Madrid). "Es un momento brillante, de gran auge de la ficción española", decía el pasado martes por teléfono desde una VTC en la capital de España que lo llevaba al aeropuerto donde iba a tomar un avión que lo traería a la Isla. "El cambio que ha experimentado el sector en España en los últimos dos años ha sido como la noche y el día", añade. "Si miras estadísticas, poder hacer una segunda película para un director español es un privilegio. Sí, pienso que en este nuevo contexto voy a tener más oportunidades de seguir haciendo cine".

En Gran Canaria, Black Beach, nombre de una temible prisión de Guinea Ecuatorial, país en el que Crespo vivió dos años como cooperante de una organización no gubernamental, se rueda de martes a domingo, ambos inclusive, hasta el domingo 23 de junio. Ya se han filmado dos semanas en varias ciudades de Ghana y dos más en Bruselas. Tras la filmación en Gran Canaria, el rodaje terminará durante una semana más en Madrid y Toledo. La película cuenta con un presupuesto de casi 4,5 millones de euros. La productora principal es LaZona, con títulos en su haber como No habrá paz para los malvados (Enrique Urbizu, 2011), Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez Lázaro, 2014) y El autor (Manuel Martín Cuenca, 2017). Netflix es también coproductora del filme. El estreno en salas, prevé su director, será "probablemente a finales de 2020" por los muchos efectos digitales con los que cuenta.

Sin la plataforma audiovisual Netflix, coincide Esteban Crespo, las oportunidades de un director en España como él, con una película y 48 años recién cumplidos, serían hoy más exiguas. Pone como ejemplo su primer largometraje, Amar (2017), que no funcionó bien en las salas de cine españolas y, sin embargo, fue un "éxito mundial" en Netflix, según le comunicaron desde la plataforma. Por su cortometraje Aquel no era yo (2012), también ambientado en África, Esteban Crespo cuenta con una nominación a los Premios Óscar de Hollywood y un Premio Goya al mejor corto de ficción. Además, ha participado en campañas publicitarias como realizador, por ejemplo la de Holograms for freedom (2014), contra la llamada ley mordaza del gobierno español de 2013, que el madrileño realizó gratuitamente para la plataforma No somos delito. Holograms for freedom ganó 16 Leones, 7 de oro, en el festival de cine publicitario de Cannes.

"La llegada de Netflix es una bendición", insiste Crespo. "Nosotros antes hacíamos cine y series de televisión para el mercado español, ahora lo hacemos para el mercado mundial. Eso es un cambio de mentalidad tan grande y tan bueno que no se puede imaginar. El mercado español es menos del 4% del mundial", razona, "con lo que todos los que hacíamos cine aquí estábamos luchando por una porción muy pequeñita del pastel. Ahora ya no tienes la necesidad de gustar mucho a un sector muy pequeño. Puedes gustar menos, pero tienes un sector mucho más grande al que llegar, con gustos más abiertos y diversos", afirma.

Aquí hay talento

En opinión de Crespo, el aterrizaje de Netflix en España se ha producido porque "se ha dado cuenta de que el producto que hacemos aquí gusta en el mundo. No es una empresa que haga favores: va a dónde está el talento. En España tenemos muy buenos técnicos, precios competitivos y una gran diversidad de localizaciones. Es un espaldarazo para toda la industria. Y, en ese contexto, las posibilidades de Canarias son inmensas. Aquí hemos encontrado unas localizaciones increíbles, y las Islas tienen una luz especial", destaca.

En Gran Canaria, Esteban Crespo rodará la mayoría del tiempo en una plataforma petrolífera de Astican en el Puerto de La Luz, pero también, "en un hospital, unas casas de lujo y unos edificios abandonadas en mitad del bosque, son casi todo exteriores que simulan el país africano donde se desarrolla la historia. El rodaje aportará un valor de producción importante", dice el director. El miércoles, primer día de rodaje, se filmó en Las Palmas de Gran Canaria en el restaurante Segundo Muelle de Ciudad Jardín y también se rodará en la capital en calles de Guanarteme. Además, se filmarán vistas generales de la ciudad, pues Las Palmas de Gran Canaria aparece por su propio nombre en la historia.

La película cuenta con producción belga y española. La grancanaria Macaronesia Films, que este año ha ampliado flota y capacidad con la adquisición de un camión de maquillaje y nuevo material de iluminación, es la empresa que hace el servicio de producción. "Llevamos dos años acompañándoles en el desarrollo del proyecto, desde que lo conocimos en el festival de cine de San Sebastián de 2017", explica su consejero delegado, Jaime Romero.

"Fui feliz en África"

En Black Beach es un thriller sobre un mediador español que trabaja en una petrolera y es enviado a África para negociar la solución a un secuestro. "La historia tiene muchos elementos para gustar", revela Esteban Crespo, "pero lo más importante es que, más allá del thriller y la acción, nos centramos en el conflicto de los personajes, en este caso del protagonista con su vida anterior, su mujer actual y, sobre todo, con su madre, que es un Alto Comisionado de Naciones Unidas".

A los que admiraron la película chilena Gloria (Sebastián Leilo, 2013) les gustará saber que el papel de la madre en Black Beach lo interpreta la actriz Paulina García, protagonista de aquel filme, uno de los más destacados del cine latinoamericano de esta década. "Una diosa", dice el madrileño para calificar a la actriz. Escarbando en el sentido profundo de su película, añade: "Muchas veces parecemos la persona más honesta, pero nuestro objetivo final es otro. También es importante diferenciar cómo nos afectan las cosas si estamos involucrados en ellas o no. Nos importa menos un seísmo que haya matado a mil desconocidos que otro donde mueren cinco, pero son cercanas, o simplemente gente que conocíamos".

La relación de Esteban Crespo con África es especial. Su productora se llama Africanauan. "En pichi, la lengua criolla hablada en Guinea Ecuatorial, significa 'África es una', es un grito para la unión de los africanos", explica el director. "Con 26 y 27 años viví allí, también he pasado un tiempo en Namibia. África te obliga a estar en el momento, a sobrevivir, a disfrutar de la vida. No conozco a mucha gente que pueda decir 'yo soy feliz', yo puedo decir que he sido feliz en Guinea Ecuatorial", concluye.

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