La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista | Talía del Val

"En un musical no basta con salvarlo, tienes que mojarte"

"Siempre he trabajado muy a gusto en Canarias, porque es un público exigente pero muy agradecido", manifiesta la actriz (María en 'West Side Story')

La atriz Talía del Val en el papel de María, protagonista de 'West Side Story'. LP/DLP

En esta adaptación española de West Side Story

En realidad, mi María se ha ido construyendo a través de la suma de cada función, desde el primer día de ensayos el pasado verano hasta ahora. La base estuvo en Romeo y Julieta, donde nacen estos personajes, porque nuestro director, Federico Barrios, nos pidió que trabajáramos desde la base de los textos de Shakespeare. Desde este punto de partida y a lo largo de más de 200 funciones, nuestros personajes han ido incorporando nuestras propias fichas y los hemos hecho muy nuestros.

¿Cuáles son los mimbres fundamentales que enganchan al público a esta propuesta?

El mimbre fundamental es que es West Side Story, un clásico entre los clásicos que no es fácil de mover en España, porque no es fácil verlo o que una productora mueva un aparato tan grande. Luego, a nivel de producción, contamos con un cuerpo espectacular de bailarines y de músicos, con más músicos que ningún otro musical que se haya sacado de gira en España, y donde cantamos lírico y bailamos tal como está concebido en el musical de Broadway. Luego, desde nuestro punto de vista como intérpretes, nos dejamos la piel en cada función, porque nuestro nivel de implicación es máximo. Por eso, el resultado es una montaña rusa emocional con partes muy alegres, muy dramáticas y muy lustrosas. Yo recomiendo, de corazón, que nadie se lo pierda, porque no existe nada alternativo mínimamente parecido, así que es una oportunidad para disfrutar de este clásico tan bien hecho al lado de tu casa.

Dentro de este ritmo vertiginoso de espectáculos, que incluye varios dobletes a la semana, ¿cuál es la clave para que cada función sea como la primera?

Para mí, la clave cada vez que afronto una nueva función de West Side Story es no pensar en cómo va a acabar, porque el final es tan trágico que, a veces, lo difícil es tratar de olvidarlo para volver a empezar desde la ilusión y la inocencia del personaje de María. Lo que hago es tratar de entrar en la función desde esa pureza del principio y, luego, atravesar cada paso como si fuera la primera vez que lo doy, hasta el final.

¿Cuál diría que es el mayor reto que afronta como protagonista de West Side Story

La verdad es que son muchos los retos. A nivel vocal es una obra muy exigente, con muchas partes cantadas, muy delicadas y muy agudas, pero, al mismo tiempo, María es un personaje muy dramático, que pasa por gritos, llantos y momentos de pasión. En este sentido, pasas por muchos estados vocalmente y, en cierta medida, tienes que dejarte ir porque, si te concentras mucho en la voz, no lo vives. Entonces, creo que esa mezcla de entraña pura en la interpretación y de control vocal es el mayor reto de todos. El objetivo es poder soltar la mente y, a la vez, tenerlo controlado.

En este sentido, ¿diría que el teatro musical es una de las categorías escénicas más exigentes por su transversalidad?

Absolutamente, porque en este mundo no basta con que te especialices en una disciplina y que el resto se vaya salvando. De hecho, por suerte, cada vez se demanda más nivel y los intérpretes tienen que mostrar un nivel máximo en las tres disciplinas, que son canto, danza e interpretación; siempre atendiendo a las características de cada producción concreta. Por ejemplo, en West Side Story, la parte bailada es de una exigencia altísima. Aunque mi personaje no tiene tanta, cada uno tiene que dar muchísimo en cada parcela. En un musical no basta con salvarlo, tienes que mojarte.

Los Miserables, El Fantasma de la Ópera, La Bella y la Bestia o Los Miserables, El Fantasma de la Ópera, La Bella y la BestiaMamma Mia!

Siento que todos estos personajes tienen ese punto en común que es la implicación absoluta, en los que te das por completo a su historia y, al final, te los llevas a todos contigo. No podría quedarme con uno por encima de otro, porque le he dado muchísimo a todos, y viceversa. Pero es que tampoco tienes otra opción en los espectáculos musicales de estas características. Por ejemplo, en La Bella y la Bestia, aunque se trate de una historia de Disney, no puedes rebajar la intensidad y representarla como si fuera un dibujo animado. En mi caso, que interpreté a la Bella, las situaciones que atraviesa son duras, como el secuestro de su padre o sus desencuentros con la Bestia, y tienes que vivir esa emoción cada día. O en Mamma Mia!, que aunque no tiene la carga dramática de West Side Story, exige una representación realista, porque tiene su historia detrás. Pero es cierto que en West Side Story entramos en otro terreno, porque esta obra supone carga tras carga tras carga emocional. Y como intérprete, acabas un poco destrozada (risas).

Después de ocho meses en cartel en el Teatro Calderón, en Madrid, ¿cómo afronta el despegue de la gira nacional en Las Palmas de Gran Canaria?

Me ha dado muchísima pena dejar Madrid, porque lo hemos dejado en un punto muy alto, con muchísima asistencia diaria; pero, por otro lado, prefiero que nos vayamos en esa clave a que sucediera lo contrario. Y ahora me hace muchísima ilusión empezar la gira, sobre todo, para ver cómo reacciona el público fuera de Madrid. Además, el hecho de que iniciemos la gira en Canarias me hace una ilusión especial, porque he estado muchas veces en las islas y es una de mis plazas favoritas. Aparte de que me encantan Las Palmas de Gran Canaria y su gente, siempre he trabajado muy a gusto en Canarias, porque tiene un público exigente, nada fácil, pero muy agradecido cuando le gusta una propuesta. Y eso me motiva muchísimo, porque te transmite una energía muy buena que se nota mucho en escena.

En los últimos años, la Gran Vía madrileña se ha consagrado como el nuevo epicentro del teatro musical en Europa. Como asidua del circuito, ¿cree que este tipo de espectáculos vive su demanda más alta en España?

Totalmente, aunque mi percepción es muy desde dentro. Yo llevo 11 o 12 años en este circuito, así que no soy veterana, pero tampoco acabo de llegar (risas). Mi percepción es que antes costaba más que arrancasen grandes producciones como esta y, sobre todo, que fuera íntegramente española. Esto era algo impensable hace unos años, cuando estaba Hoy no me puedo levantar y poco más. Pero cada vez hay más movimiento, más productoras y más proyectos que, luego,obtienen muy buenos resultados e, incluso, repiten. También lo que se exige desde dentro de las producciones ha crecido mucho y, aunque siempre ha sido un sector muy profesional y siempre ha sido duro, el público nota esa evolución.

Compartir el artículo

stats