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Entrevista | Luis Morera

"César Manrique aún es incómodo"

"Canarias necesita personas auténticas y formadas; gente con garra y poder. No debemos permitir que nuestros políticos carezcan de esa formación", señala el cantante, compositor y artista plástico

El cantante, compositor y artista plástico Luis Morera. JOSÉ TÁNDEM

¿Qué significa para usted formar parte de este proyecto tan ambicioso que es César Manrique, el musical

Es un homenaje a lo que fue la vida de César desde pequeñito a mayor. No digo que merecido, porque eso está de más pero sí creo que es oportuno porque su figura debería estar más propagada entre los canarios. Este proyecto lleva muchos años fraguándose y ahora, coincidiendo con todos los memoriales que en todas las Islas se celebran coincidien- do con el aniversario de César, se levanta por fin el telón con mucha ilusión por represen-tar y estar, al menos por mi parte, conviviendo con ese homenaje.

Para usted, que conoció muy bien a Manrique, debe ser un bombón participar con sus letras y su voz en el musical.

En un momento del espectáculo interpreto un tema que compuse dedicado a él, Escrito en el fuego, que es una canción con unos arreglos increíbles donde yo canto a capella junto al coro y la orquesta y que se trata de un momento muy importante del espectáculo.

Usted siempre insiste en que se siente identificado con Manrique. ¿En qué sentido?

César y yo somos artistas que caminamos por las mismas veredas creativas. El tiene el ADN de Lanzarote y yo el de La Palma. Son dos mundos totalmente diferentes: uno es volcán y el otro, la isla verde. En la parte creativa, al menos desde mi visión, la vida nos dotó a ambos de muchas facetas dentro del mundo creativo. Mi vida está basada en compositor para mi grupo Taburiente, la parte de la escultura, la pintura, la poesía y, cosa que hacía él genialmente, tratar los espacios para crear obras artísticas como son Jameos, Jardín de Cactus, los Miradores... Y yo estoy ahora en esa dinámica, construyendo el Mirador del Universo, en La Palma, basado también en la Isla, como hacía César con Lanzarote. La vida nos ha dotado de una serie de cualidades y es muy difícil encontrar a artistas con todo ese abanico creativo; nosotros hemos manifestado nuestra creatividad en un todo. A él sólo le faltó, para estar en la misma comparativa, cantar pero sin embargo con su voz era capaz de ir con un altavoz por todo Lanzarote hablando al campesinado para que defendiesen y entendiesen la isla que tenían, dentro de una especulación feroz que había en aquel momento.

Usted tampoco ha sabido estarse callado ante los atropellos que se han producido en las Islas y su identidad, y en eso también coincide mucho con César Manrique. ¿Me equivoco?

No se equivoca. Somos artistas que no cogemos curvas: siempre vamos rectos. Yo para decir las cosas no pienso antes lo que digo para después hablar. Soy muy espontáneo y cuando estoy enfadado y cabreado por algo o porque se le está haciendo un daño físico a mi propia Isla, pues me quejo. Yo siempre he estado manifestándome en mi juventud y ahora sigo en la misma dinámica pero dentro de mis 72 años: hablar claro y no traicionarse a uno mismo, sin insultar ni ofender, es un derecho que me he ganado y que lo utilizo tanto para hablar con un presidente o con quien sea. Claro y sin tapujos.

Como César.

Ahí tenemos otra similitud. Nunca, y eso lo quiero recalcar, un artista se repite. Y César es único. César es irrepetible y a Luis Morera también le pasa lo mismo. Hay unos artistas que serán iguales y otros que copian, que son otros campos en los que no debo entrar, pero yo, si me hablas de César y de mí, cuando nos sentábamos a hablar era el artista con el artista abordando la vida, la creatividad; nos preguntábamos mucho qué estábamos haciendo, qué hacemos. Él con su experiencia, al tener unos años más que yo, me aconsejaba porque vivir en Canarias como artista es muy difícil. Las instituciones hoy todavía no lo apoyan y además el canario no sabe valorar lo que tiene en su propia tierra. Esta semana quizá el mundo les ha dado una lección a todos los canarios que no entienden que cada tierra es única y que cada una tiene su personalidad al designarse Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria Patrimonio de la Humanidad. Eso nos tiene que hacer reflexionar que no sólo Gran Canaria sino todas nuestras islas son como aquellas Islas Galápagos que ya son patrimonio del mundo. Pero Canarias debe ser ante todo valorada por el propio canario. Defenderla desde nuestra casa. Defenderla nosotros mismos y valorarnos mucho más de lo que nos valoramos. Canarias necesita de gente auténtica con mucha garra y con mucho poder y hoy la política nos devora, nos come con los intereses creados y nos maneja como títeres. Por eso deben estar los artistas para ser claros y decir las cosas que sentimos aún aguantando las consecuencias porque cuando uno es claro hay gente que se molesta.

¿Y no cree que todavía hoy, siguiendo el sentido de su respuesta, César Manrique continúa siendo un personaje incómodo para algunos sectores de Canarias?

Es que el mensaje que dejó no ha muerto. El dejó escrito el libro Escrito en el fuego, que yo se lo recomiendo a los responsables de muchas instituciones para que lo tengan en su mesa de noche y que, antes de tomar decisiones y actuar, se lean algún párrafo. Claro que es incómodo César porque en un mundo especulativo donde el dinero prevalece antes de la naturaleza y la protección de nuestro medio pues así nos va. Somos gente incómoda y César lo fue.

Pero muerto aún lo es.

Claro, por la manera en que tenía de pelear y de expresarse tan directa. Ahora, con motivo de su centenario, al recuperarse su mensaje pues todavía habrá gente que se revuelve por la rotundidad de sus palabras. Por eso hablaba al principio de que yo soy, como César, un artista que no coge curvas y que me llevaré a la otra vida la dignidad.

"Ni César ni yo somos artistas que cogemos curvas" es un buen titular.

Hay una cosa que me molesta mucho y me desiluciona de casi todas las nuevas generaciones de periodistas, que van de kamikazes de las instituciones y vienen con los guiones ya escritos. Cuando luego hacen una entrevista no se nota la libertad, la creatividad... Parece como si los propios periódicos y las propias emisoras les privaran de ser libres a la hora de escribir.

Le aseguro que yo no he vivido eso.

Pues a veces es la sensación que uno tiene.

Puede que quizá por esa juventud no tengan los mismos intereses. Y luego están los sueldos de esta profesión aunque estoy con usted en que sin un poco de pasión cualquier trabajo es una porquería.

El problema que yo veo es la carencia cultural. Quien no lee, quien no se informa, quien no está interesado y sólo se centra en el "yo soy" y el ego... Eso demuestra las carencias del personaje. Y cuando el canario es capaz, por envidias, machacar al vecino o aquel que intenta sobresalir por su cratividad es ya de una falta de educación y cultura... Hoy está presente en todas las intituciones: gente muy poco preparada tomando decisiones importantísimas. Así va la política.

¿Cree que falta formación en nuestra clase política?

Si tuviéramos un presidente con una buena cabeza, con creatividad... Porque las personas que se proponen para dirigir el timón de una tierra deben estar preparadas para ser sensibles a una tierra con tanta fragilidad como la nuestra y con un potencial enorme. La pena es que tienen que venir unos señores de fuera para decirnos que Risco Caído es una joya única cuando nosotros lo hemos utilizado como bodega y como trasteros. Ese reconocimiento mundial debe haber partido primero de nosotros. No dedicarnos a abrir las puertas primero y luego coger las riendas nosotros según nos indiquen. Habría que haberse planteado aquí inicialmente qué queremos y luego abrir las puertas. Aquí lo hacemos todo al revés. Mire, un ejemplo: aquí cuando llegan los cruceristas al muelle ¿cómo se les recibe? Pues tocando batucadas, bailando samba, nuestras mujeres vestidas de brasileña... Le damos unos palos a lo nuestro, con unos complejos tremendos, para resaltar, dándole la espalda a tu ADN, para cantar y bailar la música de otro sitio cuando ¿qué ocurre con eso? Pues que para bailar la samba hay que haber mamado la samba; que para cantar flamenco, bien, estructurado, hay que haberlo conocido desde chico y haberlo estudiado; para cantar una buena malagueña y una folía también tienes que haberla mamado desde chico. No te puedes imaginar a un chino cantando una mala- gueña.

No lo diga muy alto.

Bueno, poder haberlo puede que los haya porque exista gente con una sensibilidad especial pero no es lo mismo: a un canario se le nota el ADN. Hablo mucho del ADN porque es la base de la diversidad. ¡Pobre el mundo sin la diversidad! Imagine que todos tuviéra-mos la gorrita ladeada y estuviéramos todo el día reggetoniando, ese mundo musical repetitivo y machista en sus textos... Eso me da una tristeza enorme ¿sabe?

¿Por qué?

Pues porque lo oyes por todas las esquinas aquí en Canarias. En los coches a toda pasta aunque también es verdad que hay afortunadamente un sector de juventud que profundiza. No son todos pero hay bastantes que se hacen daño a sí mismos ignorando su cultura. Canarias tiene que defender su cultura y sus raíces y ahí Cé- sar jugó un papel tremendo por el cual lo maltrataron muchísimo.

Hablamos de la importancia de la formación y la cultura y, sin embargo, César no era un hombre especialmente formado, al menos académicamente. Todo lo contrario.

¿Le parece que hay una mejor formación que la que tuvo? El encuentro con el mundo natural, la pasión, el tocar las cosas, estudiarlas; amar la vida y la naturaleza. Sentirlas. No hay mejor doctrina que esa. Ahí es donde está el dios de nuestras vidas. Ante el hecho de aprender o estudiar para ser un intelectual y analizar con pedantería yo me quedo con lo otro: con quien ama la tierra, el que la respeta, el que habla derecho, el que va recto...

¿César qué diría hoy de lo que sucedió en los años 90 en Lanzarote?

¿A qué se refiere?

Pues a los disparates y delitos urbanísticos que, por ejemplo, llevaron a la cárcel a muchos políticos de toda esa Isla.

Pero esa es también la época de Dimas [Martín], del Gobierno de Canarias que no le hacía ni le ha hecho caso a todo lo que César decía... Después de Jerónimo Saavedra. Aquella era también una mala época para Canarias en la que era un problema encontrarse con el discurso de César aunque luego tdoos era amigos, amigos entre comillas, pero se tuteaban y respetaban. En el fondo, cuando ellos hablaban de César entraban en una contradicción porque César era muy duro, muy claro a la hora de hablar sobre las cosas que se estaban haciendo en las islas, cómo se estaba especulando con ellas o el crecimiento desmesurado de Lanzarote que estaba comiéndose la Isla.

De alguna manera eso no ha parado.

En absoluto. La figura de César Manrique, aunque parece increíble, era tan grande que él solo era capaz de frenar cualquier cosas y hoy ese mismo papel lo desempeñan todas las personas que trabajan en la Fundación. La fuerza de su mensaje es inmensa y se mantiene vivo por todo el legado que nos dejó. Y hoy, en este centenario, se está celebrando todo eso, por lo que estoy muy ilusionado de formar parte de este musical.

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