La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El concierto más singular del año

La Filarmónica interpreta un repertorio ligero entre los contenedores del Muelle de la Luz l Los asistentes elogian el carácter "mágico" del entorno

Imagen del escenario, en la terminal de contenedores del Muelle de La Luz, donde actuó ayer la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, bajo la dirección del maestro Karel Mark Chichon. quique curbelo

Es una cita única en la programación musical del año. El concierto en la Terminal de Contenedores del Muelle de La Luz-Boluda Corporación, que ayer se celebró por octava ocasión consecutiva dentro de la programación del Festival de Teatro, Música y Danza, atrae a un público muy heterogéneo que incluye desde el melómano exigente que ama a la música clásica hasta el neófito que busca relajarse en una refrescante noche veraniega y escuchando la mejor música posible.

La cita de ayer llevaba el título de Aires gitanos porque incluía varias obras relacionadas con esta temática. Y al aliciente que supone disfrutar de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, dirigida por el maestro Karel Mark Chichon, con un repertorio diferente a lo que suele ser su programación, con música más cercana al jazz y el tango, hubo que sumar la presencia del violinista ruso Sergej Krylov que se lució en dos páginas con toque español del repertorio de Pablo Sarasate.

En la dársena del puerto de Las Palmas, que ocupa unos 50 mil metros cuadrados, el espacio destinado exclusivamente a dicho montaje, que incluía escenario, backstage y aforo, ocupaba aproximadamente 5.000. El escenario se situó bajo dos grúas de 60 metros de altura con unas 800 toneladas de peso cada una y en esta ocasión se utilizaron unos 70 contenedores para la realización de la caja escénica con un formato diferente a los anteriores.

Escalonada

Como novedad, la parte que quedó detrás de la orquesta se dispuso de forma escalonada con un contenedor central que hacía de tótem y que permitió la difusión más nítida del sonido. Y como en la pasada edición, dos enormes columnas de contenedores sirvieron de pantalla en la que se proyectó todo el espectáculo para facilitar también mejor la visión desde las localidades más alejadas. Por otro lado, el sonido se distribuyó electrónicamente en doce puntos de salida que optimizarán en la totalidad del área.

Muchos de los espectadores que acudieron ayer reconocían que el concierto del Muelle de la Luz es una de las citas que no se pierden ningún año. Aparte de las obras de Sarasate, el programa lo completaba dos composiciones de Johann Strauss II ( Las Csárdás y El barón gitano), una de Franz von Suppé ( Caballería ligera) y las piezas Por una cabeza de Carlos Gardel y Mambo de Dámaso Pérez Prado para dar un toque más ligero al concierto.El recinto contó con un aforo estimado de unas 3.200 butacas.

"Para mí es el primer concierto de mis vacaciones, la cita que anuncia el principio del verano", señalaba Sebastián González, en los prolegómenos del espectáculo. "Es un evento en el que se reúne gente de todos lados y gusta tanto porque se trata de una idea pensada de forma inteligente ya que Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad con una costa inmensa, que tiene uno de los mejores litorales del mundo", añade.

En su opinión el concierto de la Terminal de Contenedores es una muestra de que "a la gente le gusta participar en eventos diferentes porque este es un trabajo en el que se juntan música, arquitectura e ingeniería y del que no existan precedentes en ningún lugar del mundo", y donde los efectos de luminotecnia del equipo técnico convierten a contenedores para el transporte naval, muy desgastados ya de tanto llevar mercancía por todos lados del mundo, en "algo mágico". Este aficionado también subraya que sea un proyecto "en el que se combina el gasto entre empresas tanto pública como privadas".

Ruth Michell, es otra aficionada de origen suizo pero que vive desde hace años en la capital grancanaria, y que acude siempre que puede a esta cita anual. "La primera vez fue totalmente mágica", recuerda. "Nada más llegar eres consciente de que se trata de algo diferente, un montaje cuidado al más mínimo detalle, con una magnífica entrada flanqueada por las dos grúas", y con detalles que no se olvidan "como ver pasar silenciosamente un barco a pocos metros del escenario". Para la aficionada "es un espectáculo inolvidable y bien organizado que cuenta con un sistema magnífico de transporte de guaguas que se mueven eficazmente y provoca que no haya colas ni retenciones por la zona".

Otras asistente, Sona Sadarangani, reconoce los factores positivos del evento, como el tema de la seguridad "ya que evacúan enseguida a todo el mundo", pero señala que "si tienes una entrada en un buen sitio disfrutas, pero si estás en la zona posterior no te enteras de mucho". En opinión de la espectadora "influyen otros factores como el que haya viento o no". En su opinión, Temudas debería incluir "un efecto sorpresa porque los amantes de la música ya pueden escuchar ese mismo repertorio en el Auditorio".

Una cara conocida en el mundo cultural, la cineasta y fotógrafa María Miró, también estuvo ayer en el concierto. "Me parece una maravilla que se celebre", señaló. "Porque es algo que hace diferente al entorno, y más cuando una zona de containers se reconvierte en un enorme escenario para la música clásica".

Para Miró lo mejor de todo es "la oportunidad de tener un concierto al aire libre, rodeado de barcos, en ambiente de muelle y en una zona a las que normalmente no podemos acceder" y que además, por una noche, todo eso "se convierta en un teatro y que reúna a tantísima gente para oír música de calidad".

La cineasta también elogió la buena organización, "lo fluido que es el transporte ya que al final la zona se desaloja inmediatamente con tranquilidad", por lo que en su caso, que las condiciones acústicas no sean las más óptimas "no es tan importante". De una manera muy similar se expresaba otra espectadora ayer en el muelle, Nilia Bañares, que aclaraba que se trata de "un espectáculo increíble con una organización fantástica", en un entorno arquitectónico que presenta "un paisaje industrial" con un resultado visual que ya quisieran otras ciudades europeas.

Compartir el artículo

stats