Inédita durante 141 años, tras su publicación en 1978, Los guanches o la destrucción de las monarquías de Tenerife se convirtió en un pilar de la identidad canaria al contraponer la apacible vida indígena con la crueldad de los conquistadores. Ahora llega una edición ampliada con información novedosa.

La obra de Manuel de Ossuna (1809-1846) ha sido ampliada y revisada por el investigador grancanario Francisco Osorio, y publicada por el Gobierno de Canarias y el Centro de la Cultura Popular Canaria, según indica la entidad cultural en un comunicado.

Ossuna fue un intelectual, diputado a Cortes en 1842, director del Jardín Botánico de La Orotava y miembro de varias academias y sociedades científicas y literarias.

Pero su obra Los guanches o la destrucción de las monarquías de Tenerife, que escribió en 1837, permaneció inédita hasta que en 1978 Francisco Osorio la publicó en Madrid con el Taller de Ediciones JB, al cuidado de Josefina Betancor y Manuel Padorno, y se reeditó en varias ocasiones.

Ahora vuelve a ver la luz una nueva edición ampliada con novedosa información obtenida por Osorio después de que en 2015 llegasen a sus manos las páginas de un primer borrador juvenil de la obra de puño y letra de Manuel de Ossuna, así como otras notas.

Una visión del pasado

Francisco Osorio explica en la introducción de la obra que esta se puede calificar como novela histórica o historia novelada, y está escrita en el modo romántico típico de la época, pues de hecho se considera a Ossuna como uno de los fundadores del romanticismo nacionalista canario.

La obra trata la desaparición del modo de vida guanche y muestra las bondades de una civilización primitiva que estaba en los albores de su desarrollo, de tal forma que Ossuna relata cómo era "la felicidad en que vivían los antiguos moradores de la isla de Tenerife, la dulzura de sus costumbres y las crueldades que con ellos cometieron sus conquistadores".

Son unas páginas amenas "pero llenas de sangre y horror", continúa Ossuna, al tiempo que Francisco Osorio explica que su intención es contraponer la placidez de la vida de los guanches con "el baño de sangre y horrores al que se vieron sometidos y su incapacidad para afirmarse no ya como nación política, sino como ente cultural".

"No hay que olvidar que Canarias fue la primera piedra que la poderosa mano imperialista que era la España de aquella época redujo a polvo en su camino hacia las Indias", afirma.

La obra fue redactada tres veces en un lustro porque su autor quería dar a conocer la grandiosidad de unos personajes minimizados hasta ese momento, de cantar las virtudes heroicas de unos personajes y por extensión, las de una cultura ancestral: la guanche, expone el investigador Osorio.