La Provincia - Diario de Las Palmas

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Antoni Serra

"Yo no quiero gustar; si al lector le intereso, bien, y, si no, que se joda"

"Cuando muera quiero ir al infierno porque ahí me esperan lasmujeres que deseo", afirma el escritor

"Yo no quiero gustar; si al lector le intereso, bien, y, si no, que se joda"

¿Sigue defendiendo como únicas virtudes verdaderas la gula, la lujuria y la pereza?

Desde luego. También he dicho siempre que cuando me muera quiero que arrojen mis restos en medio de la calle, que ya pasará Emaya y se los llevará, y si no, a mí qué más me da. Yo no quiero ir al cielo, sino al infierno, porque ahí me esperan tres mujeres con las que deseo estar: Marilyn Monroe, Pola Negri y Esther Williams.

¿Cuál es su ciudad ideal?

La ciudad que más he visitado ha sido Lisboa, de donde proviene mi detective Celso Mosqueiro.

Del que se reedita un best-seller de la novela negra de los años 90, Cita a Belgrad. ¿Era consciente al escribirlo que estaba frente a un clásico?

No. Y no es el mejor libro de los cinco que protagoniza Mosqueiro. Prefiero RIP, senyor Mosqueiro. Lo que pasa es que los de Ifeelbook están entusiasmados con este libro, que no deja de ser una buena novela.

¿Cuándo una novela se convierte en una buena novela?

Para mí, mis grandes novelas no son esas, sino las experimentales, como El cap dins el cercle, (La cabeza dentro del círculo) una novelística muy difícil y complicada.

¿Qué define a un personaje como Mosqueiro?

Mosqueiro es completamente individualista, no se casa con nadie, un hombre independiente que siempre hace lo que le pasa por los huevos, algo que supongo estimula al lector. Es alguien que no se vende.

¿A usted le gusta vender?

Muchos novelistas actuales desgraciadamente hacen lo que yo llamo novela best-seller, y lo único que les importa es gustar. Yo no sigo ese camino, con ninguna de mis novelas, sean negras o no lo sean. Mi camino es el de la libertad total, no quiero que me controlen. Y si al lector le interesa, bien, y si no, que se joda.

¿Siempre le ha caído bien, Mosqueiro?

Por su culpa el lector, sobre todo las mujeres, se preocupa más por él que por mí, y eso me cabrea. Las mujeres tie-nen una debilidad por los detectives.

¿Nunca ha pensado en resucitarlo?

No. Quise hacer solo cinco libros de la serie Mosqueiro para no superar los siete que tiene otro detective, muy grande, Philip Marlowe. Con Mosqueiro llegué a tirar 10.000 ejemplares... Hablo de los años 70 y 80.

El lenguaje audiovisual, su otra gran pasión. ¿Todavía se rinde al cine?

Ahora ya no. Me enganché al cine con Escuela de sirenas, con una seductora Esther Williams. Al cine actual le reprocho los defectos especiales. Es muy fácil deformar la realidad con cosas que la gente desea para vivir en otro mundo. Como los best-sellers, hay películas que muestran una realidad plana, con lo que el público no tiene que pensar nada.

Si un día llegara al cine, o a la televisión, ¿a qué actor le quedaría bien el traje de su detective?

Hay un actor que me gusta, amigo mío y que ha hecho muchas cosas: Pep Tosar.

Cita a Belgrad está dedicado a Maria-Antònia Oliver y Jaume Fuster. ¿Por qué ellos?

Los tres formamos parte de Ofèlia Dracs [el colectivo de escritores en lengua catalana que en los 80 apostó por profundizar en la literatura de género, erótica, negra o de terror]. Tuvimos un éxito brutal y manteníamos una excelente relación entre nosotros. Ahí me decidí por la novela negra.

¿La novela negra goza de buena salud en España?

Hoy en día nada ni nadie en España goza de buena salud, salvo algún best-seller.

¿Se divierte escribiendo?

Yo escribo porque no sé hacer otra cosa. Tengo libros que quiero que nunca se publiquen. En ellos escribo lo que me pasa por los huevos. La novela difícil, como dije antes, es la que me entusiasma, esos libros que la gente no entiende. Me encanta que el lector no los entienda.

¿Por qué?

Porque vivimos en una sociedad que no es normal. El día que la gente sea normal y pueda leer esos libros habremos dado un gran paso.

¿Qué entiende por una sociedad normal?

Una sociedad que no se deje influenciar por una cantante que dice cuatro tonterías y es idolatrada; o por escritores que hacen una literatura completamente plana. A mí me interesan los grandes novelistas, como el siciliano Elio Vittorini, autores capaces de deformarlo todo y crear desde la más absoluta libertad.

¿Le inquieta el auge de la extrema derecha?

Sí, y sobre todo el de Vox. También los hitleristas en Alemania, que vuelven a estar ahí. Todo esto demuestra que en el fondo no ha cambiado nada.

Los movimientos nacionalistas, croatas, en este caso, también son protagonistas en Cita a Belgrad. ¿Son necesarios los nacionalismos?

Más que necesarios hay una realidad, cultural y lingüística, que no es igual por todo el mundo. No toda la humanidad tiene el mismo pensamiento y la misma lengua, y yo lo único que exijo es que estos autores, lingüísticamen- te, se defiendan y no desaparezcan.

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