La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Agüita

La expresión puede tener distintos significados según el contexto en que se inserte

Agüita

La expresión puede tener distintos significados según el contexto en que se inserte. El sentido más usual del término "agüita" nos muestra esa tendencia tan común en el español de Canarias a cargar afectivamente ciertas voces usando su diminutivo, como por ejemplo: "echarse un vinito", "un cafecito" o "un buchito de café", y toda una serie de sustantivos formados con este sufijo diminutivo para nombrar cariñosamente ?por así decirlo? tanto objetos o cosas como animales o incluso personas (como sucede con los hipocorísticos que habitualmente se forman con diminutivos, y que suman al trato cariñoso un gesto de respeto hacia una persona mayor: "Miguelito" o "Carmita"). Así el "agüita" puede entenderse en el sentido más común como un simple diminutivo resultado de cargar afectivamente la voz agua.

En otras ocasiones se usa para designar el "agua guisada", esto es, cualquier infusión de hierbas que las abuelas preparan como remedio casero ante cualquier dolencia. Es común escuchar: un agüita de manzanilla o un agüita de yerbaluisa, pasote o toronjil . El uso del diminutivo para referirse a una infusión de hierbas, en general, parece no ser exclusivo de las islas, sino también propio de algunas zonas de América. De igual modo, la voz comparte en estos casos esa carga de afectividad que el isleño, de habla afable, tiende a imprimir en las palabras, como si las impregnara de emotividad.

Entre las acepciones de este diminutivo podemos documentar una variante que parece tener origen en el argot suburbial de las capitales canarias de la década de los 70 o 80. Su aparición puede estar ligada a ambientes marginales donde es frecuente el trapicheo al margen de la ley. Nace probablemente como una suerte de grito de alerta ante la presencia policial en los barrios: ¡Agüita!, o ¡agüita ahí!, o simplemente ¡agua! y que tendría el mismo valor que: ¡Atención! ¡Cuidado! ¡Que viene! El término "agüita", en este contexto, no parece guardar relación con su significado primario, ni siquiera metafóricamente; es por ello que sostenemos la idea de que surge como parte de un código cuyo significado pretende permanecer oculto, en cierto modo, a otros hablantes y ser accesible solo a sus usuarios, como parte del lenguaje marginal del grupo que lo acabará incorporando posteriormente a la comunidad de pertenencia como argot.

Este "metalenguaje" de significados crípticos es común en la jerga de ambientes marginales y malvivientes para denominar determinados objetos, sustancias, usos y procedimientos ilegales o espurios o, como en este caso, una voz de alerta o advertencia de peligro.

Sin embargo, el uso del término se extiende a otros sectores sociales ?al menos en la capital grancanaria? hasta implantarse por lexicalización en el habla juvenil de la época y ser adoptado con posterioridad en el vocabulario de las generaciones sucesivas. Su significado se traslada de aquella voz de alerta o aviso frente a cualquier eventual peligro: ¡Agüita!, hasta expresar sorpresa, incredulidad o advertencia, entre otros usos corrientes. Por ejemplo: agüita, como sinónimo de la expresión "cuidado con eso".

Se advierte la ausencia de tal acepción en los léxicos de canarismos. La explicación probable es la que considera este y otros vocablos como modismo o jerga juvenil exclusivamente. Sin embargo, con el "agüita" ocurre como con las voces "arrecha", "pibe", "papafrita", "nota" o "changa" que comenzaron siendo argot juvenil o "marchoso" en una época y terminaron incorporándose al lenguaje común, hasta tomar carta de naturaleza como expresión propia del español hablado en Canarias, por lo que bien podría formar parte de los canarismos de última generación.

Pero a buen seguro, otro uso del "agüita" que a muchos lectores les resultará familiar, sobre todo en vísperas de la popular fiesta de La Rama de Agaete, es aquel grito que se ha convertido en emblema contemporáneo de este rito ancestral: ¡Agua, agüita, la Rama está sequita!

Compartir el artículo

stats