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El cementerio viviente

Este mes se cumple el 30º aniversario del estreno de la versión cinematográfica de la novela de Stephen King

Los actores Dale Midkiff y Brad Greenquist en una escena de 'El cementerio viviente'. © Paramount Pictures Corp.

Este verano se cumple el trigésimo aniversario del estreno de El cementerio viviente (Pet Sematary, 1989) en España. Coincidiendo con esto se ha reeditado la película en Blu-ray, y no he desperdiciado una ocasión tan especial para hablar con algunos de los principales participantes en la película, como Dale Midkiff, Denise Crosby, Brad Greenquist, Peter Stein, Tom Finan, Carlene Hirsch y, por supuesto, la participación estelar de la directora Mary Lambert.

Hace unos meses realicé un artículo sobre el remake Cementerio de animales (Pet Sematary, Kevin Kölsch, Dennis Widmyer, 2019) en el que comentaba mi intención de recuperar el espíritu de los monográficos que publicaban antaño revistas como Fangoria. En esta ocasión he ido un paso más allá y he realizado un doble especial en el que hablaré de las dos entregas dirigidas por Mary Lambert en sendos artículos: presumiblemente, la próxima semana veréis el de Cementerio viviente II (Pet Sematary II, 1992). Este artículo y el de la segunda entrega no solo son fieles reflejos de aquel espíritu, sino que han ido más lejos. Quienes desempolven las revistas de antaño se encontrarán sorprendidos con que estos artículos poseen muchos más participantes y declaraciones inéditas que aquellos que me inspiraron. Como el lector se imaginará, lograr esto para una publicación en castellano fue toda una odisea, más aún tratándose de una de las franquicias más famosas creadas por Stephen King y estando de rabiosa actualidad por diversos motivos. Tampoco puedo ocultar mi sorpresa ante la nula reivindicación en nuestras tierras de Mary Lambert, una de las mujeres más famosas a nivel internacional dentro del cine de terror.

Hablar de la franquicia iniciada con El cementerio viviente nos lleva principalmente a dos nombres, Stephen King y Mary Lambert. Esta última se había hecho famosa a lo largo de los 80 gracias a los videoclips que rodó para estrellas como Janet Jackson, Rod Stewart, y sobre todo Madonna, con quien elaboró éxitos como Like a Virgin (1984) o Material Girl (1985). Realmente, El cementerio viviente fue su segunda película, ya que poco antes rodó Relación fatal (Siesta, Mary Lambert, 1987) que poseía cierta vinculación con España. La directora cuenta cómo acabó dirigiendo la película: "Todo sucedió cuando estaba editando un vídeo de Madonna. Mi agente me llamó y dijo: '¿Te gustaría leer el guion de El cementerio viviente?', Inmediatamente dije que sí, porque conocía el trabajo de Stephen King desde hacía años y también había leído el libro. El guion era obra del propio King y fue una lectura realmente rápida, me pareció genial. En aquel momento no me consideraba como una directora de terror, pero me atraía mucho este material porque no era el típico festival gore de la época o una tortura pornográfica de adolescentes. Tenía una historia muy convincente sobre la obsesión, la muerte, y en última instancia era principalmente un drama familiar. Toma toda la emoción y el apego que está presente en un grupo familiar y muestra su lado oscuro, lo que los acaba atrayendo hasta el cementerio de mascotas".

Stephen King no solo era el autor de la novela y el guionista de la película, también se involucró muchísimo en su creación, y pese a que la apuesta personal de King, el maestro de la muerte viviente George A. Romero, no pudo hacerse cargo del proyecto por estar inmerso en la producción de Atracción diabólica (Monkey Shines, 1988), la directora recuerda que tenía buena sintonía con el rey del terror: "Stephen y yo no hablamos demasiado sobre los temas espirituales de El cementerio viviente. Es un maestro narrando historias y es brillante estructurando tramas. Principalmente trabajamos en el ámbito del texto porque teníamos las mismas ideas sobre el subtexto".

Otro de los grandes talentos que fueron convocados para El cementerio viviente fue Peter Stein, director de fotografía que ya era conocido entre los fanáticos del cine de terror por su participación en las dos primeras entregas de la archiconocida Viernes 13. Pese a todo Stein no quería que su nombre estuviera vinculado al cine de terror, solo terminó aceptando cuando se le convenció de que la película sería principalmente dramática. Peter solo tiene buenas palabra para la labor de la directora: "No podría haber sido fácil para Mary conseguir el trabajo como directora de El cementerio viviente porque en esos días había pocas mujeres en ese puesto. Es una directora amable, dura y muy talentosa. Trabaja muy bien con los actores y sabe lo que quiere de ellos. Puede ser muy dulce con todo el mundo, pero cuando llega el momento buscará la mejor forma de que hagas lo que quiere o necesita para la escena. Puede ser muy dura si es necesario. Comprendió completamente el guion y los personajes y era ágil cubriendo una escena".

Irónicamente uno de los mayores desafíos que confrontó el fotógrafo fue el cementerio Micmac (el que realmente resucita a los muertos), nos cuenta por qué: "El problema principal con el cementerio Micmac era lo grande que era y lo lejos que estaba. Todavía tengo visiones de los maquinistas acarreando las partes de la grúa, las dollies y las vías arriba por la ladera, y por supuesto el equipo de cámara cargados con maletas de cámara subiendo la montaña también. Necesitábamos usar una grúa para ver el alcance del área ya que no había zonas de tierra más altas que ella para rodar desde arriba. No podíamos usar atmósfera (humo) allí arriba debido al tamaño de los planos y el viento que no estaba presente en el cementerio de mascotas ? ya que estaba más contenido y tenía árboles y otras cosas que crecían dentro de él. Esas cosas ayudaron a determinar cómo rodamos".

Otra figura imprescindible en una película es el montador, en este caso uno de los involucrados en esta tarea fue Tom Finan, profesional del sector cuya tarea sería más importante en la segunda parte y que cuenta con un abultado currículo con títulos como Platoon (Oliver Stone, 1986) o El rey león (The Lion King, Roger Allers, Rob Minkoff, 1994). Él no era el montador original de la película, estos eran Michael Hill y Daniel Hanley. Finan nos cuenta la razón de su participación: "Mike y Dan trabajan en todas las películas de Ron Howard y cerca del final de El cementerio viviente se fueron a trabajar en Dulce hogar... ¡a veces! para Ron. Conocía y había trabajado con Dan y Mike desde hacía años y cuando se fueron me recomendaron a Mary y yo terminé la película. Sólo nos solapamos por más o menos una semana pero como habíamos trabajado juntos antes fue bastante fácil llegar y retomarlo donde ellos lo habían dejado. Ya habían dejado listo el primer montaje de la película a esas alturas y estaban casi acabando el montaje de Mary para el estudio y el preestreno.

Yo le di los últimos toques al montaje, monté algo de escenas que fueron rodadas varias veces según creo, y efectué los ajustes de los preestrenos y post-preestreno hasta dejarla cerrada. Entonces supervisé todo el trabajo final de postproducción incluyendo el del laboratorio y las mezclas de sonido. Creo que mi tiempo en el film fue de aproximadamente entre tres y cuatro meses".Reparto

Como El cementerio viviente fue principalmente una película dramática, gran parte del peso recaía en los actores. Entre el reparto destacaban nombres como Dale Midkiff, Denise Crosby, Brad Greenquist y el fallecido veterano Fred Gwynne, quien es el nombre más recordado de la película. Dale Midkiff interpreta aquí al desdichado protagonista de esta aventura: Louis Creed. Aunque el actor no ha parado de trabajar desde 1985, muy posiblemente Louis Creed sigue siendo su papel más famoso. El actor no considera que la película sea de terror: "Siempre lo entendí como un film dramático. Consideré que trataba sobre una familia empezando de nuevo, y las cosas se salen un poco del camino, por así decirlo. Para ser honesto contigo, en ese momento de mi vida yo no tenía hijos, así que la parte más difícil era imaginar tener un hijo y perderlo. Ahora que tengo tres hijos, creo que acerté bastante con mi interpretación. Algo así debía ser devastador". Rachel Creed, la sufrida mujer de Louis, es interpretada por Denise Crosby, quien tiene un currículo aún más abultado como el de Dale pero con abundantes participaciones en series de televisión de éxito como Expediente X, Dexter, Mad Men, The Walking Dead o Prision Break. La actriz nos confiesa que su participación en la película se debe a la propia Lambert: "Mary y yo éramos amigas desde antes de que empezase El cementerio viviente, ya que yo había trabajado en varios vídeos musicales con ella como directora. Siempre fui su primera opción para el papel de Rachel Creed. El film para mí es una horrible tragedia que le ocurre a una familia incapaz de aceptar la muerte y la pérdida. El regreso de entre los muertos es una metáfora de eso".

Además, Denise nos regala una anécdota que tuvo lugar cuando conoció a cierto escritor de Maine: "¡Stephen era divertidísimo! Estuvo allí al principio para un ensayo de dos semanas y respondió a todas nuestras preguntas sobre quiénes eran estos personajes y lo que significaban para él. Fue generoso con su tiempo e intelecto y nos dio mucho apoyo. Me firmó mi libro de Cementerio de animales, me puso 'Tú eres Rachel Creed y Rachel Creed es tú'. Nunca olvidaré eso y, por supuesto, todavía tengo el libro". Cabe destacar que Crosby padeció el mismo problema que Dale Midkiff a la hora de interpretar a su personaje: "El mayor desafío para mí fue encontrar la auténtica desesperación a la que esta mujer tuvo que llegar por la pérdida de su hijo. Yo todavía no era madre cuando interpreté a Rachel, pero siéndolo ahora, no puedo imaginar una pérdida tan enorme. Espero haber honrado a todas las madres con eso".

Quien desgraciadamente sí conocía ese dolor de primera mano era el veterano actor Fred Gwynne (muy conocido por su papel de Herman Munster), al haber sufrido el fallecimiento de su hijo de corta edad Dylan, ahogado en una piscina en 1963. Ese hecho precisamente le motivó para aceptar el papel, pese a no interpretar a un personaje que sufra esa pérdida de forma directa. Sin ayuda del Wendigo no podremos preguntarle nada, pero por fortuna Mary Lambert se encarga de desenterrar su recuerdo: "Fred era un actor asombroso. Era capaz de bailar y cantar en Broadway. Era capaz de interpretar convincentemente a un gángster o a un policía cómico.

Sus habilidades técnicas eran perfectas. Una vez planificamos una escena con Fred y Miko, y Fred volvió a maquillaje mientras colocábamos las luces y la cámara. Mientras él no estaba, decidimos cambiar levemente el movimiento de cámara y yo temía que él fuese a estar de espaldas a la cámara en un momento crítico de actuación de personaje. Se lo dije a Fred y sugerí que podíamos cambiar sus marcas. Él dijo '¿Cuándo quieres que mi cara salga en cámara? Simplemente dímelo y saldrá'. Y salió".

Pese a que El cementerio viviente es considerada una película de zombies, el no-muerto que más tiempo sale en pantalla es Victor Pascow, un horripilante pero bienintencionado fantasma interpretador por Brad Greenquist, actor que también tiene una interesante carrera televisiva pero que nunca se ha separado demasiado del cine de terror, apareciendo recientemente en Annabelle: Creation (David F. Sandberg, 2017). Brad está encantado con su papel de Victor Pascow y le encanta que se le pregunte por su experiencia en la cinta: "¡No hace falta decir que pasé la mayoría de mis horas en la película en la silla de maquillaje! Para el maquillaje completo (brazos, manos y piernas incluidas) llevaba cinco horas. Si solo me tocaban primeros planos, los tipos de maquillaje, David Anderson y John Blake, podían tenerlo hecho en tres horas. La mayoría de días era algo intermedio, pero acercándose más a las cinco horas. Quitarme el maquillaje llevaba una hora en el tráiler de maquillaje y luego otra hora más una vez volvía a mi residencia. Debido a esos largos días, la producción trataba de planificar un montón de lo que yo debía rodar para el mismo día. Así que, cinco horas en maquillaje, entre cinco y diez horas en el set, dos horas quitándome el maquillaje... eso hacía que los días fuesen larguísimos".

Ambientación

Días larguísimos y ajetreados lo fueron no solo para los intérpretes enterrados bajo capas de látex, sino para el equipo al completo. La ambientadora de los exteriores de la película, Carlene Hirsch, responsable de que los dos cementerios de la historia (el de mascotas y el Micmac) ofreciesen el aspecto adecuadamente siniestro que se requería, nos cuenta cómo se desenvolvían dichas jornadas, aludiendo al mayor desafío que le presentaron las mismas: "Creo que fue el clima. Filmamos la película entre junio, los últimos días de junio, y hasta la segunda semana de noviembre, así que tuvimos que pasar por el final de la primavera, el verano, el otoño, y el clima era un tanto loco. Y lo planificaron para poder hacer rodaje de interiores cuando el clima no cooperaba, pero eso significaba que tenías que estar listo al momento para ir de decorado a decorado. Incluso en un día comenzamos en una localización y viajamos a otra para finalizarlo, cuadrando la iluminación y todos los otros elementos del film".

Llegado el preestreno, parece que el público no quedó contento con el final original que tenía la película. Nos lo cuenta Dale Midkiff: "Bueno, en el primer final, si mal no recuerdo, estaba solo yo sentado en la cocina, en el suelo, y la cámara se movía hacia mí como si fuese mi esposa. Y no la vemos. El final que acabaron por usar y que fue refilmado en Los Angeles, era mucho más gráfico, y para Denise, ella tuvo que someterse a cinco horas de maquillaje o algo parecido para darle ese aspecto. Era un beso herético, por así decirlo". Después de este primer final del que poco se sabe aún existen otros dos en los que participó Denise Crosby. Nos lo cuenta la actriz: "El final siempre fue el mismo. La razón por la que lo volvimos a rodar fue que el estudio quería que mi maquillaje fuese más sangriento y desagradable, así que volvimos de Maine y reconstruimos el set en un plató de Paramout y lo hicimos de nuevo pero más asqueroso. Nunca hubo un final diferente en el que yo estuviera. Ponerme mi maquillaje llevaba aproximadamente cuatro horas y media".

Pese a estos contratiempos, la directora está orgullosa de su trabajo en la cinta: "La mayoría de vídeos musicales y Relación fatal tenían unas estructuras muy poco lineales. Además en mis primeros trabajos me atraían mucho las narrativas paralelas. El cementerio viviente era una historia y un guion estructurados de una forma mucho más tradicional. Tuve que focalizarme en dirigir un film que fuese menos 'artístico' y más accesible para un público general. Por supuesto, a Stephen King le encanta pensar de forma original así que todavía fui capaz de implementar algúnos elementos visuales radicales". Quienes quieran saber cómo siguió la odisea de Mary Lambert con el cementerio Micmac en los 90, tienen una cita en el suplemento Cultura de LA PROVINCIA la próxima semana. Por primera vez desde su estreno se desenterrarán declaraciones y entrevistados que los fans de Stephen King nunca habían tenido la oportunidad de escuchar.

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