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Elogio a la lectura

Dos premios Nobel, Jean Marie Gustave Le Clézio y Mario Vargas Llosa, inauguran el II Festival Hispanoamericano de Escritores

El II Festival Hispanoamericano de Escritores, que se celebra en Los Llanos de Aridane, en la isla de La Palma, arrancó este martes nada más y nada menos que con las ponencias de dos grandes de la literatura. Dos premios Nobel, Jean Marie Gustave Le Clézio y Mario Vargas Llosa, dieron el escopetazo de salida a lo que viene siendo -y amenaza con quedarse- la fiesta de la literatura hispana.

Jean Marie Gustave Le Clézio no pudo estar presente por motivos de salud pero no perdió la oportunidad, a través de videoconferencia, de compartir con el público que se dio cita en el Museo Arqueológico Benahoarita, su visión de la literatura, íntimamente ligada al mar, al que hizo alusión en toda su charla. El nobel francés descubrió el placer por la lectura y la escritura en un viaje que realizó en barco en el año 1948 para buscar a su padre en la colonia británica de Nigeria. Para el niño Jean Marie, escribir era una forma de ganarle la batalla a las horas muertas del viaje y a la angustia de dejar atrás a su querida abuela. En el mar, como relató el escritor, no pasaba nada, y él tenía que buscar peligros y aventuras en medio del brazo de agua que se extendía ante él. Le Clézio concluyó con una cita "la creación literaria es el ritmo del mar".

Buena literatura

Tras la videoconferencia, el público de los Llanos se congregó en la Plaza de España en torno al peruano Mario Vargas Llosa. El autor de Conversaciones en la catedral aprovechó su coloquio para enaltecer el papel de las Islas Canarias, gracias a su situación geográfica, como puente cultural entre España y América, e hizo especial hincapié en la importancia de leer buena literatura. Porque la buena literatura es la que hace partícipe al lector del proceso crítico de lo que sucede a su alrededor. Según él, el resto es solo pseudoliteratura de entretenimiento.

Continuó su discurso recordando la importancia de la lengua hispana, una lengua rica, no solo por su diversidad, sino por su permanencia y expansión. Y recordó cómo en el siglo 16 se prohibieron las novelas en la América española. Más de trescientos años de silencio literario indultado gracias a la imaginación y el contrabando. Por ello, y como derrota a la barbarie, el Nobel incita a grandes y a pequeños a leer, a no permitir que los estímulos visuales apaguen el proceso intelectual y sensitivo que nos regala la lectura, donde cada lector, en la soledad de las páginas de un libro, tiene que ponerle a los signos imágenes. En palabras de Mario Vargas Llosa, "la buena literatura nos defiende del retroceso".

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